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El Cuarto Poder

«¿Cuáles son los contrapoderes ahora mismo en España? La prensa, en teoría. Pero hay columnistas que se postulan a los premios al talento a base de comer de la mano del Gobierno»

Opinión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un corrillo con periodistas. | Europa Press

Esta semana que hoy agoniza entre manifestaciones y cánticos, ha sido, para muchos, la semana más representativa de la democracia que nos duele. Vivimos entre la esperanza y el abismo, en plena efervescencia, porque todos los grandes contrapesos que nos gobernaban están haciendo su unánime desaparición en la Dictadura que efectivamente vivimos y ahora, por mucho que algunos se afanen lo que sale a relucir con toda claridad es la línea que separa al constitucionalismo del sanchismo.

El presidente se presenta ya, seductoramente, como el personaje con más posibilidades de perder el relato. Esto es parte de la tradición política española, y es posible en parte gracias al contrapoder de la prensa, las redes y toda la comunicación de terraceo, sobremesa y aperitivo, porque la propaganda es muy burda y los españoles somos más sofisticados y libres. Los dioses, como los caudillos, como los dictadores, disponen de su santidad y de su comunicación con un poder invisible que les produce, en pleno brote de delirio, la carcajada siniestra. Pero no creo yo que la carcajada del presidente sea meramente astuta, sino que tiene muchas más significaciones de las que podrán hacerse cargo los psicólogos.

También interesa estudiar la psicología de los votantes, cómo hay españoles que sienten fascinación hacia los caudillos, los psicópatas, los líderes como el Sr. Sánchez. Étiene de La Boétie escribió sobre ello hace más de 300 años en su famoso discurso: «Hay una sola cosa que los hombres, no se sabe por qué, no tienen la fuerza de desear. Se trata de la libertad». Aquí hay que incluir a la familia Escolar y otros bufones del Sanchismo, se nota el fervor por la servidumbre y sobre todo en la España provinciana, especialmente burgalesa.

¿Cuáles son los contrapoderes ahora mismo en España? La prensa, en teoría. Pero hay columnistas que se postulan a los premios al talento a base de comer de la mano del Gobierno. Todo funciona mediante un sistema de premios, castigos y silencios que es siempre más fáctico y atroz. La profesión también busca y necesita adictos al poder y los premios, propagandistas de la cosa. Por estas cosas, nunca se ha creído una esa fantasía de que la prensa sea un contrapoder. En cualquier caso, si algunos periódicos somos el Cuarto, los tres anteriores son éstos, a saber: Sánchez, Puigdemont y Conde-Pumpido. La Crónica Rosa actúa estos días como contrapoder de Conde-Pumpido Junior aprovechando la tentación, la fruta prohibida brasileña. Pero como todos sabemos, con el TC cooptado, el Ejecutivo tiene poder omnímodo. Casi por diseño institucional.

Nuestra fuerza, la de la prensa está, precisamente, en ser ya acaso el único contrapoder del Sanchismo. Quienes no buscamos premios en los círculos de poder nos venimos a la bodeguilla a trabajar. Lo dijo Larra y lo repitió Cela, que el columnista no tiene otro patrimonio que su firma y su pulcra, implacable letra. Seguiremos cantando las canciones de la Jurado, pero ya no saben a lo mismo. Como tampoco sabe igual la democracia, que una vez fue tan leona como la Jurado. La democracia era así, y eran otros hombres. España era España. Vivimos más tranquilos sin leer los periódicos, pero ya solo queda el Cuarto Poder, la viveza de los que hoy se manifiestan en las calles y la grave mirada de Felipe VI en todas las portadas de los periódicos. Y a veces una mirada vale más que mil palabras.

10 comentarios
  1. Esparta234

    Desafortunadamente ese ‘cuarto poder ‘ está en manos de cuatro que dictan la línea editorial de sus medios , y lo hacen conforme a los intereses de los grupos políticos que les dan de comer. Negarlo es simplente quere tapar el sol con la mano.
    La ética es algo que hace mucho se perdió en esta país. Desapareció en la política con los enormes casos de corrupccion en este país, con ese » y tu mas » con el que los fanáticos aborregados, retenden justificar lo injustificable.
    Lo mismo ocurre con la mayor parte de los medios, dispuestos a influir la opinión de los lectores no siempre con la verdad , sino con una verdad a medias, titulada y adornada según sus intereses. Muchos medios entre los que se encuentran los más atendidos, son culpables de esta felonía convertida en práctica corriente. Y así nos va.

  2. danif

    El estado clientelar es el estado del bienestar para unos pocos, la clase política dirigente y sus apoyos y el sector cultural, intelectual y mediático que comparten , con ellos, el banquete de los ingresos públicos. El día que los beneficiarios mediáticos , salgan de la mesa del reparto, tendremos una idea más exacta de la corrupción estructural del sistema , del despilfarro y de la incompetencia. Porque¿ cómo van a criticar la corrupción y la incompetencia de los políticos si reciben de ellos las subvenciones? . Aún tienen suerte que no les llamen corruptos.

  3. Pinton

    La prensa hace tiempo que ya ni se preocupa en contrastar sus propias informaciones. Imposible ejercer un cotnrapoder así. Cuando lo que interesa es publicar los susurro que a alguien interesa, se acabó la noble profesión que un día fue.

    Ya no ejercen con profesionalidad ni los periodistas que escriben artículos dizque periodísticas (es ya difícil distinguir la sección de opinión de la de política) y ya no lo hacen las agencias de noticias. De esta semana es el titular » Bruselas no ve ‘a priori’ ámbito para actuar porque la amnistía salva los fondos europeos y deja fuera el ‘lawfare’» que han reproducido fielmente todos los media españoles sólo porque era lo que decía Europa Press.

    Con todos los poderes revueltos, solo pierde la ciudadanía.

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