MyTO

Y Sánchez cruzó el Rubicón

«Y mientras los verdaderos problemas de España quedan postergados o deteriorándose, viviremos en una democracia bajo acecho»

Opinión

Pedro Sánchez. | Alejandra Svriz

  • Ricardo Cayuela Gally (Ciudad de México, 1969) es editor y ensayista. Filólogo por la UNAM. Becario del Centro Mexicano de Escritores. Ha sido profesor universitario y conferencista. Fue jefe de redacción de ‘La Jornada Semanal’, editor responsable de ‘Letras Libres’ y director editorial de Penguin Random House México. Es autor de ‘Las palabras y los días’; ‘Para Entender a Mario Vargas Llosa’; ‘La voz de los otros’ y ‘El México que nos duele’.

Cuenta Suetonio en Vida de los doce césares que Julio César repetía estos versos de Eurípides como un mantra: «Si es necesario violar el derecho, que sea para gobernar; de otro modo, respetad la justicia». Las dudas atormentan al procónsul. ¿Debe o no cruzar el Rubicón, límite legal de las provincias bajo su mando? «Todavía podemos retroceder, pero si cruzamos ese puentecillo, todo habrán de decidirlo las armas», comenta con los generales con los que ha conquistado las Galias. Un prodigio le indica que debe dirigir sus cohortes a Roma, romper la legalidad vigente de la República y jugar todas sus cartas a una sola: obtener el poder, aunque sea al costo de una nueva guerra civil. Así que arenga a sus tropas: «Marchemos a donde nos llaman los signos de los dioses y la iniquidad de nuestros enemigos. Iacta alea est».

Efectivamente, los políticos tienen un límite moral y, si una vez deciden cruzarlo, ya nada los detiene. No hay marcha atrás. «La suerte está echada». Su envilecimiento se vuelve rutina. Y se acelera. Ese es el proceso que está viviendo España con Pedro Sánchez y su aceptación de la amnistía impuesta por sus beneficiarios. Y con la amnistía, el marco conceptual del nacionalismo. El problema de estas dinámicas, típicas de la radicalización de los populismos actuales y de los procesos revolucionarios de antaño, es que no hay tiempo de discutir y de analizar cada nueva línea roja traspasada. Las concesiones y mentiras justificativas se solapan entre sí. Una fisura institucional sustituye a otra. Un escándalo sustituye al otro. Todo a ritmo frenético. Por eso es necesario hacer una pausa y analizar el dibujo, la trama, que marcan los puntos rojos sobre la hoja en blanco.

¿Qué significan la revelación de Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE y líder de la negociación por parte del Gobierno, de que los contactos con Puigdemont habían empezado mucho antes de las elecciones? ¿Qué significa la palabra del candidato Sánchez cuándo afirmaba con rotundidad en mítines y entrevistas que el destino de Puigdemont era la cárcel mientras se le aclaraba en susurros que esos eran gestos para la galería?

¿Qué significa que la presidenta del Congreso dirija la dinámica parlamentaria al servicio del partido en el poder, lejos de la neutralidad institucional que se espera de su cargo?

«Los políticos tienen un límite moral y, si una vez deciden cruzarlo, ya nada los detiene»

¿Qué significa haber renunciado a debatir con Feijóo en su intento de investidura?

¿Qué significa que se haya sustituido al letrado del Congreso por un alfil del PSOE días antes de decidir si la proposición de ley de la amnistía cumple con los preceptos constitucionales?

¿Qué significan las carcajadas del presidente en su debate de investidura al mencionar el fracaso de Feijóo para ser presidente? ¿Qué significa el ataque, escarnio y ridiculización a la oposición desde el Gobierno?

¿Qué significa que el brazo derecho del presidente reúna en una sola cartera ministerial Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes?

¿Qué significan las razones utilitarias de la amnistía reconocidas por un personaje grotesco como Óscar Puente y su aún más torpe intento de corrección (que era como casarse de penalti)?

¿Qué significa el veto al diario ABC y a otros medios de comunicación como THE OBJECTIVE en el esperpéntico viaje del presidente Sánchez a Israel?

¿Que significa una televisión pública al servicio del poder?

¿Qué significa el uso de la presidencia rotativa de la Unión Europea para llevar acabo una agenda partidista? 

¿Qué significa que se empiece a lexicalizar por parte de conspicuos personajes del Gobierno (y de todos medios afines) el término lawfare?

¿Qué significa un gabinete de 22 ministerios y que los perfiles adecuados al cargo de sus responsables se puedan contar con los dedos de una mano?  

¿Qué significan dos ministros antisemitas?

¿Qué significa el intimidatorio despliegue policial de Grande-Marlaska contra los manifestantes en Ferraz?

Las respuestas están en la mirada del Rey el día de la toma del cargo del nuevo presidente. Sánchez cruzó el Rubicón. Y mientras los verdaderos problemas de España (demografía y desequilibrio público/privado) quedan postergados o deteriorándose, viviremos en una democracia bajo acecho. Un país polarizado desde el poder, con derechos y obligaciones diferentes según la zona, una Babel artificial con un Gobierno en eterna dependencia de socios cada vez más radicales.

Aunque esté rodeado de Brutos, con Pedro Sánchez no acabarán ni una conjura palaciega ni una daga traicionera, por suerte. Lo hará el enemigo que habita dentro de él. Se llama hibris. Y a diferencia de Julio César, la historia no lo amnistiará.

2 comentarios
  1. Boomer

    Para todas las preguntas que Ricardo Cayuela plantea sólo hay una respuesta cierta y evidente para mi y creo que para muchos.
    Vivimos en una dictadura de facto, que no de iure. Y Pedro Sánchez no le llega a la altura de los zapatos a César que al cruzar el río Rubicón puso las bases del Imperio Romano. Sánchez también ha cruzado su Rubicón; pero para mal. Nos lleva a la ruina y a un posible enfrentamiento civil.
    Coincido con el señor Cayuela que a Sánchez no le absolverá la Historia con mayúsculas pero ya tiene su sitio en la pequeña historia mundial de los infames y malvados.

  2. JoseARuizAragonMu

    The Objetive es ha convertido se ha convertido en el medio de comunicación con mejores columnistas, son también muy buenos los de Vozpopuli, que además cuenta con la honradez fuera de toda duda de su director don Jesús Cacho. Los columnistas más sobresalientes de Vozpopuli son Irene González, (Para mí la mejor columnista de España) Alejo Vidal-Quadras, Jesús Cacho y Francisco Rosell que es su nuevo director. Y hay que leer siempre a Juan Carlos Girauta en El Debate.

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