Sumar es restar
«En los próximos meses veremos qué pasa con el Gobierno. Cuántos se bajan de la investidura. Pero Sánchez ya es presidente y ni él sabe por cuánto tiempo»
Sánchez decía que la amnistía no era constitucional y ahora resulta que va a concederla. Que por convicción personal era imposible y ahora resulta que sí se puede. ¿Cómo van a tener buena comprensión de lectura los jóvenes si leen las declaraciones de los dirigentes políticos? El significado de las palabras en los bocachanclas de los políticos hace imposible superar cualquier prueba de comprensión. El resultado del informe PISA es una mala noticia por la que la ministra del ramo ha sido capaz de felicitarse. No se puede ser más sinvergüenza. Para desgracia del Gobierno los peores datos PISA se han dado en Cataluña que si fuera nación estaría en la cola del mundo y, por el contrario, con el gobierno de las derechas Castilla y León estaría entre los diez mejores países del mundo. Glup.
Y encima no se les ocurre otra explicación, que han debido de pactar con el observador en Ginebra, que la de afirmar que la culpa de los resultados en Cataluña es el alto porcentaje de la inmigración. Les ha faltado acusar directamente a los menas. De un partido de extrema derecha como JxCAT no me extraña, lo alucinante es ver cómo Santos Cerdán, el PSOE y todos los periodistas del régimen se han lanzado a justificar el resultado por la inmigración. Todo lo que diga Puigdemont se asume sin problema. Por supuesto que en las variables de análisis no están, ni se les espera, los problemas que provoca la inmersión lingüística. La desgracia para Sánchez es que la mejor capacitación escolar de España se da en la muy conservadora Castilla y León, en español puro, y donde gobiernan en coalición el Partido Popular y Vox.
La desgracia no es solo en lenguaje, lectura y comprensión. En matemáticas es igual. Resulta que Sumar es menos cinco. O sea, Sumar es restar. Con una política así también vuelven locos en matemáticas a los chavales y a Sánchez.
«El problema para Sánchez es que Podemos consigue visibilidad en el hemiciclo que hará que su discurso no sea el más de izquierdas»
Podemos, tarde y mal, abandona Sumar. La política es el arte de combinar las decisiones y éstas con el tiempo. Y Pablo Iglesias no ha sabido hacerlo. Ha sido cobarde. No se movió y tragó la investidura. Tuvo el momento de exigir que si no negociaban con él presencia, cargos y portavoces se abstendría hasta que el PSOE — o sea Yolanda— negociara el régimen de funcionamiento de Sumar. Tuvieron en sus manos provocar la segunda votación para poner en valor su fuerza. No lo hicieron. Tragaron, sonrieron a los guiños de Feijóo a su Irene y sumisamente auparon al cielo a Pedro, que echó a Pablo, y a Yolanda que echó al resto. Pedro Sánchez consiguió lo que ansiaba que era suceder a Pedro Sánchez y así visualizar que había ganado las elecciones. Y pudo hacerlo gracias a Pablo Iglesias y Podemos.
Ahora, supuestamente despiertan y reaccionan y se van al grupo mixto. Es verdad que descoyuntan a Sánchez y su insostenible mayoría. La de veces que le puede suceder esto en los próximos meses con las parejas imposibles. El PNV con EH Bildu y ERC con JxCAT.
El problema para Sánchez es que Podemos consigue minutos de visibilidad en el hemiciclo que harán que su discurso no sea el más de izquierdas, el más social, el más radical y el más progresista. Se le ha caído el monopolio populista progresista. Yolanda, en su inutilidad espacial, no ha sabido gestionar y bloquear con cargos y pasta las necesidades de Podemos.
En el muro que ha levantado Sánchez para separar a las dos Españas resulta que, aunque pequeñito, hay un tercero más progre que él. Dirán que no tiene sentido que esa voz minoritaria obligue a modificar el discurso de la mayoría progresista. Pero resulta que esa voz minoritaria es tan pequeña como la del PNV y tiene un escaño menos que Bildu o sólo dos por debajo del todo poderoso JxCAT.
«Veremos si la empresa familiar es un proyecto político o un instrumento de gestión de casta»
Veremos en los próximos meses el nivel de ruptura y de crisis política para Sánchez. Depende de qué hagan y cómo lo hagan. Puede que sea una acción política sólida de izquierda radical o un movimiento para lograr prebendas y financiación. Ejercer en el Congreso su acción política de izquierda social y radical les obligará, muchas veces, a votar no a las políticas blanditas de Sánchez. Hay que ver cuánta capacidad tienen para resistir la presión política y mediática de, por razones totalmente opuestas, coincidir en muchas votaciones con el Partido Popular y Vox. ¿Lo harán? ¿Serán capaces? ¿O todo va a reducirse a un postureo reivindicativo de canal de YouTube a cambio de dinero?
Veremos si la empresa familiar es un proyecto político o un instrumento de gestión de casta. Lo único cierto es que largándose de Yolanda ya tienen minutos de visibilidad y reciben 8.000 euros más al mes. Y eso en su situación es pasta. Además, la operación ha servido para intentar lanzar el canal de Pablo Iglesias como un presunto medio de comunicación. La información en exclusiva de la noticia tiene el mérito de yo lo pienso, yo lo decido y por mi canal me lo cuento. Pedazo trabajo de investigación periodística.
En los próximos meses veremos qué pasa con el Gobierno de Sánchez. Cuántos se bajan de la investidura y a dónde van. Pero Sánchez ya es presidente y ni él sabe por cuánto tiempo. Lo que no podrá encargar a Santos Cerdán es que con los observadores internacionales —de verdad— modifiquen el dictamen sobre la situación catastrófica de la enseñanza. PISA es estructural. Lo de Sánchez y Podemos coyuntural.