¿Aquí quién es el nazi?
«Parece una broma macabra que los que han usado la palabra nazi para despreciar al que discrepaba con sus postulados justifiquen ahora el asesinato de judíos»
No me han escandalizado las declaraciones de las rectoras de tres de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos defendiendo la libertad de expresión de sus estudiantes para manifestarse en defensa de sus particulares ideas y de atender al contexto antes de efectuar un juicio. Es más, lo celebro. Lo que me ha escandalizado no es tanto eso, que me parece lógico y lo deseable en la Academia (alentar, preservar y difundir el conocimiento, lo que implica defender vehementemente la libertad de expresión) sino que solo lo hagan en determinados temas. Las mismas que se mostraban prudentes a la hora de tildar como delito de odio las expresiones contra israelíes y judíos en sus campus son las que enarbolan constantemente la bandera de la tolerancia cero frente a cualquier manifestación que pueda levemente incomodar a negros, mujeres, musulmanes o comunidad LGTBI+ (disculpen si me dejo alguna consonante o el orden no es el correcto, o ambas a la vez).
Defender que una idea pueda ser expresada en voz alta poco tiene que ver con la defensa de la idea misma o con estar de acuerdo con ella. Es solo la defensa de la libertad de expresión como bien a preservar. Y la libertad de expresión es también para los que piensan diferente, para los impertinentes, para los equivocados, los estúpidos, los torpes, los pesados y los mentirosos. Es una obviedad, pero lamentablemente en estos tiempos que corren es necesario señalarlo. Y no solo necesario, sino casi subversivo. La prueba la tienen en que muchos de los que han arremetido contra la cultura woke, las políticas identitarias y las consecuencias de su aterrizaje en las universidades y las instituciones están celebrando que estas tres señoras hayan recibido una dosis de su propia medicina. Exigen, no que deje de practicarse lo que ellas llevan haciendo demasiado tiempo y con lamentables consecuencias, sino que se les haga lo mismo a ellas.
«Los que decían que ellos eran las dolientes víctimas, sin matices ni contexto, están ahora defendiendo a un grupo terrorista»
No me parece la solución. Creo que solo agrava el problema. Porque lo que nos encontraremos a este paso es una sociedad dividida en dos posturas irreconciliables defendiendo ideas contrapuestas con actitudes especulares. A lo que deberíamos aspirar no es a que los que pretenden callarnos a los que disentimos sean silenciados por los que piensan como nosotros. Lo suyo sería defender que todos podamos expresar nuestras ideas libremente, siempre que no se sobrepasen los límites establecidos en el marco legal que compartimos, porque es la única manera de poder confrontar argumentos y que los mejores ganen a los peores. Que sean las buenas ideas las que predominen precisamente por eso, no porque sea imposible atender a otras y demostrar que son equivocadas. Y la única manera es atendiendo al contexto. Ahora y siempre.
Lo curioso de esta paradójica situación es que ellos ahora se están viendo en el lugar en el que nos han colocado durante tanto tiempo al resto. Los que defendían que el mundo se divide en oprimidos y opresores, y ellos eran las dolientes víctimas, sin matices ni contexto, que los hombres blancos y heterosexuales someten a mujeres, negros, homosexuales, transexuales y musulmanes, están ahora defendiendo a un grupo terrorista que utiliza la violencia sexual sistemáticamente y de la manera más bárbara, que prohíbe la homosexualidad y la transexualidad, que no contempla la emancipación de la mujer, que asesina niños despiadadamente, que no respeta los derechos humanos. Y cuando se les interpela, cuando se les exige un argumento o, en su defecto, una rectificación, piden libertad de expresión y atender al contexto. Exactamente lo que han negado ellos siempre: libertad de expresión y atender al contexto. Parece casi una broma macabra que los que han utilizado la palabra nazi para despreciar y desacreditar a todo el que discrepaba con sus postulados sean ahora quien está justificando desprejuiciadamente el asesinato de judíos. Seamos serios… ¿Aquí quién sería el nazi?