El (falso) relato socialista
«El asistencialismo clientelista del Gobierno Sánchez no genera progreso económico y ascenso social, sino estancamiento y dependencia política»
Llevamos ya 13 días, todos los transcurridos desde que comenzó el actual mes de diciembre, en los que el Estado español solo sobrevive gracias a la deuda. La cobertura que proporcionan los ingresos públicos, a pesar de su intenso crecimiento por la creciente presión fiscal a la que nos somete el Gobierno Sánchez, se agotó el pasado 30 de noviembre y desde entonces, los españoles vivimos colectivamente de prestado. Así lo demuestra el magnífico informe denominado El Día de la Deuda que ha elaborado el Instituto Juan de Mariana en el que, además, se reflejan otra serie de datos que dejan al desnudo la irresponsable gestión de las finanzas públicas llevadas a cabo en España durante los cinco últimos años.
Únicamente a modo de muestra entre las varias cuestiones que se abordan en el informe, cabe señalar como en éste se refleja que España es el segundo país de Europa que más se ha endeudado desde final de 2019, que la Seguridad Social española es la que presenta un mayor déficit de caja de toda la Unión Europea, o que a cada hogar español le toca como media 75.000 euros ¡poca broma! de nuestra deuda pública.
Si bien es cierto que el aumento del importe del endeudamiento público es casi una constante histórica en nuestra economía, también lo es que lo sucedido desde la llegada de Sánchez al poder ha roto todos los esquemas preexistentes. Con Felipe González, nuestra deuda aumentó 300.000 euros en 13 años y medio, 22.000 euros anuales. Con Aznar el aumento fue de 70.000 euros entre 1996 y 2004, 9.000 euros por año. Con los Gobiernos de Zapatero y de Rajoy, la deuda creció aproximadamente 400.000 euros en cada caso lo que supone una media anual del orden de 50.000 euros. Pues bien, con Sánchez y en tan solo cinco años, la deuda pública de España ha aumentado casi en 450.000 euros lo que supone un crecimiento anual de 90.000 euros, hasta situarse a final del pasado septiembre en 1.577.000 euros.
Las cifras expuestas evidencian que Sánchez es, y con mucho, el campeón de la deuda. Pese a ser el que lleva menos tiempo en el poder, ninguno de los presidentes que le precedieron endeudó tanto a España como él, siendo especialmente llamativa la comparación con el Gobierno de Aznar. Con éste, vamos a reiterarlo, la deuda de España creció a un ritmo anual de 9.000 euros y con Sánchez viene aumentando 90.000 euros al año ¡diez veces más!
«Desde 2018, años en los que España se ha endeudado en 450.000 millones, su distribución de la renta permanece igual»
Lo curioso del caso es que si se requiriera a cualquiera de los ministros -actuales o pasados- del Gobierno Sánchez para que explicara esta comparación, todos responderían como autómatas repitiendo mecánicamente el relato oficial socialista. Primero esgrimirían el carácter marcadamente social de la política aplicada por Sánchez cuya política iría destinada a mejorar la situación de los más desfavorecidos. Y segundo, la contrapondrían a la que aplicó Aznar que, evidentemente, calificarían de antisocial y cuyo marcado austericidio habría perjudicado a los pobres y favorecido a los ricos. Pero una cosa es el relato y otra el dato.
Si utilizamos el índice de Gini como medidor óptimo de la distribución de la renta, así es universalmente aceptado, es fácil observar como el dato desnuda al (falso) relato socialista. Veámoslo. Cuando Aznar llegó al poder, en España el índice Gini era el 0,340 y cuando lo dejó era el 0,310. Como el citado índice adopta el valor 1 en el caso de la distribución más desigualitaria de la renta y el valor 0 en el supuesto de la distribución más igualitaria, quiere decirse que, endeudando a España en solo 70.000 millones de euros a lo largo de ocho años, con Aznar se logró que la renta estuviera más repartida. Por su parte, cuando Sánchez llega a La Moncloa, el índice de Gini era 0,332 y en 2022 era 0,330. Es decir, en estos últimos cinco años, en los que España se ha endeudado en 450.000 millones de euros, su distribución de la renta permanece prácticamente igual. ¿Quién practicó una política social más eficaz? ¿Quién endeuda a su país hasta las cejas y no logra igualar la distribución de la renta o quién sí lo consigue con un endeudamiento público significativamente más moderado? Bienvenida al dato y adiós al (falso) relato socialista.
Lo que indican los datos expuestos es que el asistencialismo extremo, alocado, incontenido y clientelista practicado por el Gobierno Sánchez no genera posibilidades de progreso económico y de ascenso social, sino de estancamiento y de dependencia política. Que no hay mejor escenario para el progreso colectivo e individual que una política económica favorecedora del ahorro y de la inversión. Y que castigar a uno y a otra con una fiscalidad abrasiva, con una sobre regulación y con medidas intervencionistas es el modo más eficaz de impedir la competitividad de una economía nacional y, por ende, de empobrecer al conjunto de sus nacionales.
Pero no cabe hacerse ilusiones. Los líderes socialistas españoles son como aquel personaje que recreó Jean Cocteau en su obra Los novios de la Torre Eiffel cuyo epitafio decía: «No se rindió nunca ante nadie ni ante nada, ni siquiera ante la evidencia». Y, en efecto, por evidentes que sean los datos, los líderes socialistas españoles seguirán en su (falso) relato. El de los ricos y los pobres. El de los poderosos y los desfavorecidos. El de los ajustes austericidas y las ayudas del Gobierno. El del doberman y el benefactor. La explicación es sencilla pues les va en ello el poder, les va en ello su futuro, les va en ello su sueldo público y el de sus familiares y amigos. Que se endeude España hasta las cejas si yo mientras tanto tengo un cargo oficial, ésta y no otra es su auténtica máxima.