MyTO

La rebelión de Javier Cercas

«La columna de Javier Cercas llega justo a tiempo para convertirse en la palanca que abrirá la primera brecha en el muro de hielo que Sánchez ha construido para tratar de perpetuarse en el poder»

Opinión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Ilustración: Alejandra Svriz

  • Fundador y Director General de la compañía de consultoría estratégica Redlines.
    Ha dirigido campañas electorales tanto en España como en diversos países de América latina, y es analista político habitual en diversos medios de comunicación.
    Es autor de los libros : «Guía práctica para abrir Gobiernos» (Goberna, 2015), «Otro Gobierno» (Algón Editores 2012), y «Open Government – Gobierno Abierto» (Algón Editores, 2010).
    Le encantan los platos de cuchara, sufre con cada partido del Athletic de Bilbao y no se pierde un concierto de Los Planetas.

Desde que hace más de 20 años cayó en mis manos Soldados de Salamina, siempre me he sentido muy cercano a Javier Cercas.

Y es una cercanía que no solamente tiene que ver con las historias que cuenta o con su compromiso cívico en defensa de los valores democráticos, sino también con sus orígenes familiares en Ibahernando a escasísimos kilómetros de los míos en Aldeacentenera, dos pueblitos del secano rabioso cacereño que le convirtieron a él (según sus propias palabras) en un extremeño catalanizado o un catalán que no acierta a dejar de ser extremeño y a mí en un vasco profundamente extremeñizado al calor de los veranos luminosos de aquella tierra o un extremeño euskaldunizado que nunca ha querido dejar de ser ninguna de las dos cosas. 

Una afinidad por tanto prepolítica y que, así constituida, ni siquiera se resintió al leer la columna que Cercas publicó en el diario El País poco antes de las pasadas elecciones y en la que bajo el título Por qué voy a votar a Pedro Sánchez su excepcional prosa desgranó en un ejercicio de voluntarismo tan bello -y tan fútil- como la carga a caballo de los lanceros polacos contra los panzer de Hitler todas las razones por las iba a votar a Sánchez, es decir, lo que solo cinco meses más tarde ya se ha convertido en el mejor testamento posible de las razones por las que ni Javier Cercas ni muchos como él  van a votar a Sánchez nunca más en sus vidas, por largas que estas sean.

Pero Cercas no se ha conformado con eso, no podía hacerlo tras haberse convertido de forma entusiasta durante las pasadas elecciones en el intelectual de cabecera del sanchismo y su entorno mediático, la pantalla que les sirvió para enmascarar lo que era un cada vez más tibio apoyo por parte de la intelligentsia orgánica de nuestro país y hoy ha publicado la que probablemente sea la columna más valiente y difícil de su ya larga trayectoria como articulista del diario que desde su fundación en 1976 y hasta 2018 fue la referencia indudable de la prensa escrita de nuestro país.

«Cercas realiza no sólo la crítica más articulada y disolvente que pueda realizarse desde posiciones progresistas al mandato de Sánchez sino nada más y nada menos que una llamada a los ciudadanos de izquierdas a rebelarse contra el Gobierno»

Una columna en la que bajo el proteico título Un llamamiento a la rebelión realiza no sólo la crítica más articulada y disolvente que pueda realizarse desde posiciones progresistas al mandato de Sánchez sino nada más y nada menos que una llamada a los ciudadanos y ciudadanas de izquierdas a rebelarse contra el Gobierno al que hace escasos meses votaron con el fin de salvar la democracia y la convivencia, una columna que tiene párrafos como este:

«Yo he visto cosas que nunca creí que vería. He visto cómo un partido progresista, a quien voté durante décadas, ha hecho justo después de unas elecciones lo que siempre dijo que nunca haría. He visto cómo ese engaño colosal suprimía a millones de personas, que políticamente ya no existimos o sólo existimos como papel higiénico: la prueba es que, en el acuerdo firmado por el PSOE y JxCat, Cataluña se identifica sólo con los secesionistas, lo que quiere decir que los no secesionistas, que ya sobrábamos en Cataluña, también sobramos ahora en España».

Demasiado tarde, dirán los que creen que debió escribirla antes de los pasados comicios.

Demasiado pronto, dirán los que piensan que faltan aún cuatro años para las próximas elecciones generales y desconfían de la memoria de sus conciudadanos.

Yo, sin embargo, creo que llega justo a tiempo para convertirse en la palanca que abrirá la primera brecha en el muro de hielo que Sánchez ha construido para tratar de perpetuarse en el poder, permitiendo que muchos otros ciudadanos que se sienten progresistas se quiten la venda que ellos mismos se han puesto en los ojos y contemplen bajo la brillante luz del sol extremeño de la infancia de Javier Cercas la realidad de un país que hoy es menos igual y menos libre que el día que Sánchez accedió al palacio de la Moncloa por primera vez. 

Y por eso hoy quiero dar las gracias a Javier Cercas, un intelectual valiente que ha demostrado una vez más su compromiso con su país, un catalán de Ibahernando al que este vasco de Aldeacentenera se sigue sintiendo muy cercano.

20 comentarios
  1. SAVINIEM

    Cercas, a buenas horas mangas verdes.
    Después de haber colaborado a poner a Sánchez en el poder, con su propio voto y el de todos a los que convenció, ahora de qué sirve el mea culpa. Es culpable en parte irreparable de las fechorías que lleve a cabo el sinvergüenza de Sánchez. A ver si es capaz de arreglar ese estropicio con otro artículo de bienqueda.

  2. PSP-C

    Cercas se ha visto defraudado, como muchos votantes socialistas, por el giro oportunista de Sánchez y no se quiere callar. Pero es significativo que declare que a partir de ahora votará en blanco y que es partidario de elegir a los gobernantes por sorteo: ni se le ha pasado por las mientes votar al PP. Sánchez le ha defraudado, pero Núñez le debe de seguir pareciendo lo mismo que en el primero de los dos artículos de Cercas que cita Calderón («un Gobierno del PP y Vox, aparte de ser derechista, sería extremista…»). Entiendo el enfado y la decepción de Cercas, que vive en Cataluña y se considera catalán, pero con su prometido voto en blanco favorecerá la formación de ese Gobierno derechista y extremista que temía en su primer artículo. Ese es realmente el dilema de los socialdemócratas españoles hoy: su partido de siempre ha dejado de ser lo que fue, pero la derecha sigue siendo la de siempre: no hay más que leer este periódico para comprobarlo.

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