MyTO

No soporto a la tropa progre

«Además de destrozar desde el Gobierno los consensos de la democracia, viven empeñados en reinventarse la historia y difuminar nuestros orígenes y valores»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

Con independencia del carácter atávico de sus políticas, más allá de su escaso respeto a las ideas ajenas e incluso al margen de cuestiones ideológicas, reconozco que cada vez me cuesta más soportar vitalmente a los militantes de la progresía española. Por poner un ejemplo, lo sucedido en estas Navidades en la que se están inventado todo tipo de ridículos eufemismos para evitar llamar a las cosas por su nombre me resulta inaguantable. Es patético comprobar los ingentes esfuerzos que realizan para evitar mencionar la palabra Navidad. Contemplar como desde la tribuna del Congreso Sánchez desea «felices fiestas» a todos los diputados, escuchar a algún otro progre imbécil felicitar el «final del otoño» y oír a alguno todavía más cursi referirse al «solsticio de invierno» me da tanta rabia como pena. Rabia por descubrir lo mezquinos que pueden llegar a ser algunos, pena por detectar que además de la mezquindad les invade también la estulticia. 

Yo no soy musulmán y en consecuencia no practico el ayuno durante el mes del Ramadán. Por pura coherencia tampoco conmemoro el Eid al-Fitr con el que se celebra su final, no organizo el célebre y opíparo desayuno entre amigos y familiares y ese día ni luzco prendas nuevas ni entrego regalos a los pequeños de mi familia. ¿Qué hacen entonces los que quieren presumir de no ser católicos celebrando la Navidad? Y, a más a más, que diría el actual socio preferente de Sánchez, si aún con todo la celebran, ¿por qué les da tanta vergüenza hacerlo hasta el punto de cambiar el nombre a las fiestas navideñas? 

Pensándolo bien, lo de nuestra tropa progre y la Navidad no es más que otro signo del tormento cultural en el que viven. Han nacido y se han criado en una sociedad basada en la civilización judío-cristiana, la que más libertad, progreso, democracia y respeto a los derechos humanos ha proporcionado a la humanidad. Y sin embargo se empeñan en renegar de sus raíces abrazando cualquier postura, fuera la que fuese, que pueda socavar sus principios y valores. Están tan empeñados en una guerra cultural contra la Historia, nuestra historia, su historia, que acaban cayendo en posiciones absolutamente ridículas cuando no esperpénticas. Es el caso -todos conoceremos alguno- de aquellos que celebran el bautizo civil de sus hijos o, aún más cómico, de las hilarantes celebraciones de una primera comunión civil. 

Durante mis años de tertuliano en la Cadena Ser, cuando me tocó desempeñar el rol de coartada liberal en los programas Hoy por Hoy y Hora 25, comprobé en primera persona la enfermiza obsesión que invade a la tropa progre española. Cada vez que al hilo de cualquier tema de actualidad yo me refería a la Iglesia, a Pepa Bueno le faltaba tiempo para matizar «la Iglesia Católica». O cuando en alguna ocasión en la que venía al caso yo resaltaba la meritoria función que en ayuda a los más necesitados realiza Cáritas, ella se veía en la obligación de añadir «y el resto de las ONG’s». Es evidente, les molesta sobremanera la relevancia sociocultural que el catolicismo mantiene en la sociedad española y están empeñados en una suerte de anticruzada para tratar de combatirla al tiempo que intentan imponer su relativismo moral sobre el conjunto de valores que conforman la civilización basada en el cristianismo.

«No es un sino un reflejo de la actitud que mantienen ante todo reinterpretando la realidad a su conveniencia»

Comentándolo esos días con algunos amigos, uno de ellos me apuntaba que, en realidad, esta atormentada conducta de nuestra progresía en la cuestión señalada no es un sino un reflejo puntual de la actitud que mantienen por lo general ante todo reinterpretando la realidad a su conveniencia. En términos históricos, se recrean con el bombardeo de Guernica pero silencian la matanza que provocaron las bombas social comunistas en el pueblo cordobés de Cabra, relatan de forma novelada las acciones represivas de los franquistas durante nuestra Guerra Civil ocultando las que se llevaron a cabo en los territorios controlados por el otro bando.

En términos más actuales, no se les cae de la boca la palabra Gürtel para intentar horadar la credibilidad de la derecha política, pero pretenden que olvidemos que dos presidentes del PSOE están condenados por la corrupción que llevaron a cabo desde la Junta de Andalucía cuando ellos la presidían. O utilizan el término «extrema derecha» para criminalizar los acuerdos del PP con Vox al tiempo que se refieren como «pasos hacia la normalización» a lo que pacta el PSOE con independentistas y delincuentes condenados por sedición, malversación o terrorismo.

Así son nuestros progres, esa tropa que además de estar destrozando desde el Gobierno los consensos básicos de nuestra democracia, vive empeñada en reinventarse la historia y difuminar lo que son nuestros orígenes, nuestros principios y nuestros valores. Confieso que cada vez los soporto peor.

34 comentarios
  1. Sor_Intrepida

    Pero Sr. Ruiz Jarabo:esta gente son los profetas de «la nueva normalidad».Pepa es una de sus profetisas,iluminada por San Stalin el magnánimo y su apostol Mao Zedong.Cobrando muy bien ,al contado y en euros.
    Para ellos «El Campesino» y sus mesnadas eran «liberadores» y las chekas y los gulags eran lugares con todos los lujos para convertir a los herejes a la verdadera fe.Y claro el que no se convencía….matarile.La Motorizada.
    Ya dijo La Pasionaria que era mejor fusilar a 100 inocentes que se escapara un fascista.
    Y se entiende por fascista,por ejemplo, a cualquier individuo que salte el muro,o simplemente que esté al otro lado del muro,el «enemigo» dice el ber enjeno.
    Por cierto , los muros de los proges,sea en Berlín,en Corea del Norte,en Venezuela,Nicaragüa o Cuba,siemprere los saltan en la misma dirección.Y no precisamente hacia los «liberadores».

  2. JoseARuizAragonMu

    Por favor señor moderador pásele este comentario al señor Rui-Jarabo para ayudarle a comprender porque los zurdos son así.

    Es muy fácil señor Jarabo, el rojerío tienen invertidos los valores. El mundo es bipolar: Alto bajo, concreto abstracto, hombre mujer, protón electrón, etc.
    Las derechas en general o son cristianas o si no lo son, defienden los valores que hay detrás de los principios del cristianismo, que al final se concretan en que defienden como Jesucristo la Verdad, el Bien y la Belleza que resulta de ello. En cambio las izquierdas son todas herederas del marxismo, y el marxismo defiende sus contrarios, es decir defienden y justifican la falsedad cuando dicen que «La mentira es un arma revolucionaria» y defienden y justifican la maldad cuando dicen que «La violencia (malvada) es la partera de la historia»
    Resulta que la suma de Verdad y Bondad, además de dar Belleza, es el amor, en cambio la suma de sus contrarios falsedad y maldad, además de dar fealdad (Les gusta el feísmo en arte) dan el odio.
    (SIGUE)

  3. ruizvinto

    Señor RuizJarabo, me temo que olvidado a usted una cuestión fundamental, sobre todo por lo indigesta que resulta. Los progres son una fuente contínua e inagotable de lo que se ha venido en llamar mantras (creo que lo que siempre se llamaron bulos, embustes). La profusión de embustes (mantras) propalados por el mestér de progresía en España es inagotable y también insufrible. Son un atentado contínuo a la realidad histórica y al sentido común. No creo que haya que demostrar el exagerado número de muertos que adjudican en Guernica, cuando los lugareños actuales dan las cifras reales; de ser España el segundo país con más de muertos no identificados en fosas, cuando es el la guerra número 35 en muertos acasionados y Europa un cementerio de desconocidos generado durante siglos y sin pausa; las cifras imposibles del «genocidio» americano, la imposición de la lengua a la que España sometió a los naturales de los virreinatos, por no ser así la cuestión; los niños robados tras la guerra, aprovechando que el Pisuerga pasaba por Argentina, etc, etc. Cuando un rojo progre escribe alguna de estas diatribas, si escarbas, indefectiblemente, siempre, siempre, te toparás con una mentira.

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