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Izquierda española (y de derechas)

«Izquierda Española no es, o no parece que vaya a ser, un partido de derechas; quizá lo más criticable es que suena a una izquierda ligeramente anticuada»

Opinión

Ilustración de Erich Gordon.

  • Periodista y miembro de la redacción de ‘Letras Libres’ y autor de ‘Mi padre alemán’ (Libros del Asteroide, 2023).

¿Para qué sirve una ideología? En teoría, para aclarar las ideas políticas. Una ideología es un atajo mental para comprender la política. Pero en un mundo en que la política es solo superficie retórica y un juego de sombras, la ideología confunde más que explica. ¿Qué significa ser hoy de derechas o de izquierdas? Nada. Las etiquetas a menudo nos las pone el adversario, que no tiene especial interés en ser exacto al definirnos. 

Ante el anuncio del nuevo partido Izquierda Española, que se vende como una alternativa progresista antinacionalista, varios analistas han señalado que en realidad, a pesar de su nombre, el partido es de derechas. Algunos señalan que se va a producir una situación sin precedentes: un partido autoproclamado de izquierdas acabará quitándole votos al PP. Una analista incluso ha dicho que «El votante de la izquierda no nacionalista es el votante del PP de Rajoy» (esta última reflexión me desarma). 

Si el partido se parece a las ideas del grupo del que surje, El Jacobino, es indudablemente de izquierdas. Su líder, Guillermo del Valle, reivindica la izquierda de los ochenta y noventa; uno de sus referentes es el líder histórico del PCE Paco Frutos; Del Valle hace un discurso clásico antioligárquico, de una izquierda obrerista, y hace especial hincapié en el componente clasista del proceso independentista catalán, que critica como un movimiento oligárquico y burgués. No es, o no parece que vaya a ser, un partido de derechas; quizá lo más criticable es que suena a una izquierda ligeramente anticuada, que encaja en una época de Estados de bienestar «de un solo país». 

Izquierda Española, en definitiva, es un partido de izquierdas. Y muchas de las ideas de su líder contra Maastricht, contra la OTAN y su supuesta (bueno, supuesta, más bien falsa) culpabilidad en la guerra de Ucrania, contra el neoliberalismo, contra las oligarquías (un concepto muy cargado ideológicamente) podrían seducir al votante de Podemos. ¿Por qué, entonces, ha salido toda la opinión sincronizada a calificarlo de derechas? Es muy sencillo. En España, la medida de la moderación es la posición que uno tiene con respecto a los nacionalismos. 

Uno puede ser maoísta ecoterrorista y trans y será considerado de izquierdas; pero en el momento en que tenga un cierto interés en denunciar los excesos de los nacionalismos periféricos, inmediatamente pasará a formar parte de la derecha. Me gusta recordar una reflexión del expresidente del Senado Manuel Cruz, que decía que no hay temas de derechas ni de izquierdas, sino soluciones de derechas y de izquierdas. En España, el tema más de «derechas» es la crítica a los nacionalismos. Y si uno se acerca a él, acaba siempre contaminado. 

27 comentarios
  1. 23xtc

    Exdirigentes de Izquierda Unida, Ciudadanos, UPyD y algún socialista despistado… todos ellos pretéritos. La mayoría duchos en la puñalada trapera que pone punto final a la conspiración que desencadena la escisión. Ipso facto los escindidos afirmarán que su objetivo irrenunciable es la unión… de lo que acaban de romper. Propóngales fundar un partido político. ¿Qué puede salir mal? Para asegurar la operación, incluya en el lote algún trotskista, a ser posible de los que todavía están reconstruyendo la IV Internacional.

    Añaden a hembristas de la «violencia machista» que se fueron al 8 M de 2020 sin mascarillas, como dijo Carmen Calvo «nos va la vida en ello», pero a ella murió de covid a pesar de no haber nada para los contagiados, salvo para ella, Irene Montero, Dalias, y la esposa de Sánchez.

    Seguro que Guillermo del Valle acudió con sus «hermanas» a ese 8 M.

  2. garciadeleon48

    Ricardo: quizá porque soy mayor me gusta ese tono ligeramente anticuado, pero fundamentalmente porque a mis 75 me parece que los obreros siguen necesitando quién los defienda sin hacer «negocio» con ellos.

  3. XaviLopez

    De forma ingenua podría decir que el partido nace con muchas posibilidades de exito.

    Una izquierda obrerista le puede quitar votos, en realidad, a todos los grupos mayoritarios: A los desencantados con PSOE y Podemos pero que aun les votaban por decirse “de izquierdas”, los desencantados con PSOE y Podemos que no tenian problema en votar al PP (que por otro lado, tampoco es tan diferente) y ojo, a Vox, que tiene un fuerte voto obrerista pero que no comulga con ciertos aspectos conservadores de Vox.

    La prueba de que IE se puede comer algo importante es que PSOE y Podemos han corrido a acusarles de ser de derechas, el peor sanbenito que un partido puede tener en la política española, más aun si aspiran a ocupar un espacio de izquierdas (ya no digo nada si le acusan de ultraderecha).

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