THE OBJECTIVE
Francesc de Carreras

Hay un espacio vacío

«Tras más de cinco años de gobiernos de Pedro Sánchez, el PSOE ha mutado de naturaleza y desde el pasado verano de manera acelerada»

Opinión
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Hay un espacio vacío

Ilustración de Alejandra Svriz.

Sí, sí, «cuando un amigo se va queda un espacio vacío», lo cantaba hace muchos años Alberto Cortez. Pero, ¿también hay un espacio vacío cuando un partido se va? Porque el PSOE, desde luego, se ha ido. Tras más de cinco años de gobiernos de Pedro Sánchez, el PSOE ha mutado de naturaleza y desde el pasado verano de manera acelerada.

Su podemización creciente cuando el Podemos auténtico está ya descalabrado, sus políticas identitarias para recabar el apoyo de los partidos nacionalistas catalanes y vascos, su vulneración constante de las instituciones políticas en detrimento del buen funcionamiento de la democracia parlamentaria, incluso su confusa y contradictoria política internacional, demuestran que el PSOE es muy distinto al que fue en sus años de gobierno con Felipe González a la cabeza.

A ello hay que añadir, y no es poco, su nulo debate interno, con el ejemplo de la expulsión sin argumentos razonables de dos veteranos como Joaquín Leguina y Nicolás Redondo Terreros para demostrar, esta vez sí, que quien se mueve no sale en la foto, crear pánico y escarmiento entre los militantes que intenten discrepar. El PSOE actual es un partido sin alas cuando en el pasado podían discutir amigablemente, e identificarse sin temor, los felipistas, los guerristas, los renovadores, la izquierda socialista… Un partido donde lo que se pretende exhibir es la mansedumbre de los corderos, que nadie arroje sombra alguna a las decisiones del líder máximo.

El cambio ya empezó con Rodríguez Zapatero, básicamente en dos aspectos: la idea de memoria histórica y el viraje hacia una izquierda identitaria.

La memoria histórica fue interpretada como una vuelta a las dos Españas enfrentadas, dos bloques que por definición no se podían entender nunca, el embrión del guerracivilismo y, en definitiva, sin decirlo con claridad, un rechazo a la forma en que se llevó a cabo la Transición y volver a la política de bloques que tan fatalmente contribuyó al fracaso de la II República. Ahí se puso la semilla del populismo.

El viraje hacia la izquierda identitaria se produjo al aliarse los socialistas catalanes, el PSC, con Esquerra Republicana, nada menos que para reformar el Estatuto de Cataluña, es decir, buscar como aliado a un partido independentista para una reforma en principio autonomista. Naturalmente el experimento no podía salir bien, el resultado fue el procés, pero los socialistas catalanes antepusieron alcanzar el gobierno de la Generalitat a la lealtad a sus principios y a la inteligencia de sus política. Los socialistas catalanes están en el origen de los males presentes: ahí se puso la semilla de la izquierda identitaria.

Este sector del PSOE, consciente o inconscientemente bipolarizador e identitario, es el que da la victoria a Sánchez como secretario general en 2014 y 2017. Su idea de que lo importante es alcanzar la presidencia del Gobierno al precio que sea empieza a desarrollarla en la moción de censura de junio de 2018, apoyado por populistas y nacionalistas, el incoherente bloque con el que todavía gobierna.

Pero toda acción suscita una reacción, y tras las frustradas esperanzas de que sus apoyos no fueran suficientes en las pasadas elecciones del 23 de julio, se desencadenó algo que ya se venía cociendo de tiempo atrás: una izquierda no identitaria sino igualitaria que permitiera desbloquear el sistema político con una vuelta a los principios clásicos. El espacio vacío que ha dejado el PSOE empieza a colmarse.

Dentro de los militantes del PSOE se forma la plataforma Fernando de los Ríos, cuyos líderes más visibles son Nicolás Redondo y Pedro Bofill, pero a la que se suman numerosos antiguos y nuevos conocidos socialistas, en claro desacuerdo con la actual política de su partido, que por el momento están agazapados a la espera de acontecimientos.

Por otro lado, hace algo más de tres años, comenzó a funcionar la plataforma El Jacobino que ha desarrollado una línea de pensamiento de izquierdas que pretende agrupar a un amplio abanico de ciudadanos desde el centro-izquierda a la izquierda y que se ha constituido en partido la semana pasada bajo el nombre Izquierda Española, liderada por el abogado Guillermo del Valle, a la que se han sumado personalidades conocidas de la política, del sindicalismo y del mundo cultural, sean independientes o antes vinculados al PSOE, Ciudadanos o Izquierda Unida.

«Izquierda Española, lo que suceda con la plataforma Fernando de los Ríos, incluso lo que queda de Ciudadanos, están dispuestos a llenar el vacío que deja el partido que ha mutado y, por tanto, se ha ido»

Del Valle acaba de publicar un libro de expresivo título, La izquierda traicionada, que resume bien su pensamiento y sus posiciones políticas ante el actual panorama español. Frente a la izquierda identitaria—PSOE, Sumar, ERC, Bildu— propone una izquierda igualitaria sin privilegios territoriales que hagan posible pactos fiscales a favor de las comunidades ricas y la ruptura de la caja única de la Seguridad Social, tal como está a punto de ceder Pedro Sánchez de acuerdo con los pactos con estos partidos.

A su vez, Del Valle sabe que la política de bloques beneficia a las derechas nacionalistas —PNV, Junts— que al saberse claves de la gobernabilidad exigen que se les concedan otros favores claramente discriminatorios con las demás comunidades. Finalmente, el autor es jurista y sabe que cualquier política de izquierdas debe respetar al Estado de Derecho y no erosionarlo para acabar destruyéndolo. Algo que el actual gobierno Sánchez insiste en hacer de forma persistente.

Izquierda Española ha comenzado su andadura y en los próximos meses podrá comprobarse si sus propuestas son apoyadas por el electorado. En todo caso, el espacio que están dejando el PSOE y Sumar es propicio al éxito si el nuevo partido sabe calibrar bien sus fuerzas y agrupar a los muchos ciudadanos decepcionados por la «izquierda reaccionaria», tal como la calificaba Félix Ovejero en un libro seminal y que firma el epílogo de la Izquierda traicionada destacando la honestidad intelectual, los conocimientos políticos y el afán de verdad de Guillermo del Valle.

El vacío político siempre se llena y el ahora existente, los ciudadanos desconcertados que no saben a quien votar, va en aumento. Aquello que dijo Pedro Sánchez hace algún tiempo de que la izquierda estará formada por el PSOE y el espacio de Yolanda Díaz ya no es hoy realista. Izquierda Española, lo que suceda con la plataforma Fernando de los Ríos, incluso lo que queda de Ciudadanos, están dispuestos a llenar el vacío que deja el partido que ha mutado y, por tanto, se ha ido.

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