De aquellos polvos
«En realidad, aunque el de Gerona no lo sabe (¡ignora tantas cosas este alcalde!), los que están meando sangre son los españoles y eso incluye a todos los catalanes»
En el pasado mes de agosto, El Independiente y Onda Cero informaban acerca de una conversación de Puigdemont con su entorno. Al parecer, el prófugo habría dicho que si Sánchez quería ser presidente con los votos de Junts «mearía sangre». La expresión pixar sang es muy de Gerona.
En uno de sus maravillosos cuentos, creo recordar que era en A Piece of Steak, Jack London narra el combate de un boxeador viejo y arruinado que por pura necesidad se enfrenta a uno mucho más joven. Como dice el título, lo hace «por un bistec» para él y su familia, todos medio muertos de hambre. El boxeador, cuando se alivia en los urinarios, mea sangre.
Ese era el mensaje que Puigdemont quería enviar, no a Sánchez, sino a sus secuaces independentistas. Él iba a entenderse con Sánchez, pero no debían preocuparse los fanáticos por el contagio, ese entendimiento iba a costarle a Sánchez que meara sangre.
Se equivocaba el gerundense porque lo que ignoraba es que Sánchez no lleva sangre en sus venas. Por ese circuito corre el presupuesto nacional de España y todas las instituciones estatales en seco. Un contenido que Sánchez sólo se lo mea a quien le da la gana. De modo que no está orinando sangre desde el comienzo, sino que orina millones de euros pagados con los impuestos de los españoles y cientos de empleos con sueldos de consejo de administración pagados por todos los contribuyentes. En realidad, aunque el de Gerona no lo sabe (¡ignora tantas cosas este alcalde!), los que están meando sangre son los españoles y eso incluye a todos los catalanes.
El último episodio de la sangría tuvo lugar esta semana que ahora concluye, y ha permitido que Sánchez orine abundantemente sobre las cabezas de su banda mafiosa. A los catalanes les ha orinado la inmigración, seguramente para que se hagan ilusiones sobre la posibilidad de no dejar entrar a los murcianos y andaluces que son lo más detestado por la alcaldesa de Ripoll y todo el facherío separatista.
«El partido correspondiente al de Junts durante la República se llamó, en plan solidario y progresista, ¡Nosaltres sols!»
También les ha orinado unas ayudas, sobornos o subvenciones para que vuelvan al redil a las empresas que huyeron de la sandez nacional catalana. Eso está muy bien. Y deberían añadir la potestad de nacionalizar aquellos negocios que no estén en manos de independentistas. Ni que sea un estanco. Recuerden que el partido correspondiente al de Junts durante la República se llamó, en plan solidario y progresista, ¡Nosaltres sols! Creo que no hace falta traducirlo. Poco han cambiado sus herederos.
¿Cuál será el próximo orinado? ¿La nacionalización de la banca catalana, o sea, toda aquella que tenga sede social en la región? ¿La imposición a la UE de que la Vía Láctea pase a llamarse Via Catalunyea?
El actual Gobierno de España ha retrocedido a una velocidad de vértigo hacia los gobiernos de Primo de Rivera, a base de ser cada vez más progresista. El progreso de los socialistas nos conduce a velocidad ultrasónica a los Reyes Godos.