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El dilema del pagafantas

«Lo visto el otro día en el Parlamento augura no solo una legislatura corta y marcada por las puñaladas entre compinches, sino un verdadero calvario para Pedro Sánchez»

Opinión

Pedro Sánchez, flanqueado por Yolanda Díaz, Gabriel Rufián, Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. | Ilustración: Alejandra Svriz

  • Fundador y Director General de la compañía de consultoría estratégica Redlines.
    Ha dirigido campañas electorales tanto en España como en diversos países de América latina, y es analista político habitual en diversos medios de comunicación.
    Es autor de los libros : «Guía práctica para abrir Gobiernos» (Goberna, 2015), «Otro Gobierno» (Algón Editores 2012), y «Open Government – Gobierno Abierto» (Algón Editores, 2010).
    Le encantan los platos de cuchara, sufre con cada partido del Athletic de Bilbao y no se pierde un concierto de Los Planetas.

A mediados del pasado siglo, en un mundo marcado por el final de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría, un grupo de matemáticos y economistas entre los cuales hay que citar necesariamente a los ganadores del premio Nobel John Nash, John Harsanyi y Reinhard Seltense, se afanaron en conocer y comprender la conducta humana frente a la toma de decisiones, utilizando los conocimientos científicos de sus respectivas áreas.

Así nace la teoría de juegos, un área de conocimiento científico cuyo objetivo es encontrar una forma racional de jugar a algún juego, esto es, negociar un conflicto con uno o varios contendientes, teniendo en cuenta que todos los «jugadores» van a tratar de maximizar su beneficio y que, como seres racionales y complejos que somos, existen elementos no explícitos que van a influir en el resultado final.

Entre los juegos definidos por esta teoría, que ha ayudado durante los últimos 50 años a comprender y mejorar  las relaciones económicas, empresariales, políticas e incluso bélicas entre diversos actores en el mundo, destaca el denominado dilema del prisionero, un juego que demuestra que dada una situación de conflicto y, a pesar de que la solución más beneficiosa para todos los implicados en el mismo sea la colaboración, en muchas ocasiones los jugadores eligen traicionarse unos a otros.

El escenario más conocido de esta teoría es aquel que plantea a los jugadores el siguiente enunciado:

La policía arresta a dos sospechosos de un delito pero no hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante un año por un cargo menor.

Como verán, a pesar de que la actitud más racional sea negarlo todo esperando que tu cómplice haga lo mismo, al no encontrarnos dentro de una probeta existe el riesgo de que con esa decisión, si tú lo niegas todo y él confiesa y te delata, seas tú quien cargues con la condena más larga y él quede libre inmediatamente, con lo cual las posibilidades de este planteamiento jugado de forma iterativa lleva necesariamente a la búsqueda de un equilibrio, expuesto por John Nash, en el que dado que cada jugador individual no gana nada modificando su estrategia mientras los otros mantengan las suyas, cada jugador ejecute la que considera que es la mejor jugada posible teniendo en cuenta los movimientos de los demás jugadores.

Y, si todo esto sucede con solo dos jugadores, ¿se imaginan lo que pasaría con seis que, además de competir entre todos, luchan dos de ellos por la hegemonía ideológica dentro de un ámbito concreto y los otros cuatro, de dos en dos, se ocupan en sendas luchas territoriales ?

«Si uno o varios de los actores decide que no confía en el PSOE o en su principal rival y que por tanto debe maximizar su propio beneficio en el plazo de tiempo más corto posible, todo el tinglado corre el riesgo de terminar reventando»

Pues tampoco hace falta que imaginen mucho, porque ese escenario explosivo es el que se planteó el otro día en el Parlamento y se repetirá n veces hasta el final de la legislatura de forma iterativa, un escenario en el que a pesar de que la solución más racional para, tomados por pares, Podemos y Sumar, ERC y Junts per Catalunya, y PNV y Bildu sea colaborar entre ellos y con el Gobierno del PSOE para lograr sus objetivos políticos y territoriales de forma incremental, si uno o varios de los actores decide que no confía en el PSOE o en su principal rival y que por tanto debe maximizar su propio beneficio en el plazo de tiempo más corto posible, todo el tinglado corre el riesgo de terminar reventando.

Así, en lugar de un dilema del prisionero, estaríamos ante un dilema del pagafantas en el que iteración tras iteración cada vez más jugadores tratarán de tomar sus decisiones ya no en base a la confianza en el resto de compañeros de partida, sino en obtener el mayor rédito material/electoral y mostrar a sus socios de investidura y rivales ideológicos/territoriales como unos pagafantas del Gobierno y del PSOE.

Algo que augura no solo una legislatura corta y marcada por las puñaladas entre compinches, sino un verdadero calvario para Pedro Sánchez, ya que como sabían perfectamente los científicos que realizaron estos trabajos, la naturaleza humana en muchas ocasiones no nos lleva a tomar la decisión que más nos beneficia a largo plazo, sino aquella que consideramos que va a proporcionarnos una ventaja competitiva inmediata sobre quienes son nuestros principales rivales.

Y no es fácil que esto, con unas elecciones vascas y otras catalanas en el horizonte, pueda cambiar precisamente a mejor para el inquilino de La Moncloa.

5 comentarios
  1. Pontevedresa

    Lo hemos visto en el congreso, Junts ha puesto una cuerda al cuello de Sánchez y ha llegado a ajustarla hasta el punto de obligarle a resperar con dificultad, pero a la hora del tirón final éste no ha tenido lugar, ¿porque? porque Sánchez es todo un chollo que nunca volverán a tener gobernando. Se matarán entre ellos, pero no dejarán de apoyar al gran caimán.

  2. danif

    El País ( 1-10-16 ) definió a Sánchez en su editorial ”Salvar al PSOE” .“El cese inevitable y legítimo de Pedro Sánchez es la única salida para el partido”. “La salida del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.. es imprescindible…. Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso.
    Hemos sabido que Sánchez ha mentido sin escrúpulo a sus compañeros. Hemos comprobado que sus oscilaciones a derecha e izquierda ocurrían únicamente en función de sus intereses personales, no de sus valores ni su ideología, bastante desconocidos ambos”
    Este editorial histórico definía a Sánchez: mentiroso, insensato sin escrúpulos, fracasado, desacertado…El socialismo democrático ya adivinó lo que pasaría con la dirección de Sánchez y el tiempo les ha dado la razón. Tiene más futuro con ellos el PSOE que con Sánchez .Era tan claro que, si estas notas hubieran tenido la merecida difusión , Sánchez solo hubiera podido ser “el dirigente engañabobos” .
    Cambiar el PSOE por “ Salvar España” y vale para hoy.
    .Demasiado tiempo para no darse cuenta de lo evidente. Lo de CCanaria es de récord

  3. PepeGarcia7

    No tiene lógica el artículo, el beneficio individual de cada uno es seguir exprimiendo a los pobres españoles con un gobierno inmoral, por lo que nadie traicionará a Sánchez y este lo sabe, mira Junts como amaga pero nunca dejará caer al gobierno

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