Itziar Ituño y la libertad
«Defiendo que Itziar Ituño pueda apoyar la amnistía a los presos etarras. También que se pueda criticar esa postura. Es lo que tiene la libertad democrática»
Nada hay más libre y acotado que la libertad. No es una obviedad. Nuestra libertad existe porque también existe la de los demás. Esto sirve para todas las libertades: de opinión, de prensa, de religión, de asociación… En todas. Si falla alguna de esas libertades, falla la libertad. Insisto, parece una obviedad, pero no todo el mundo lo entiende. Cada individuo tiene derecho a su plena libertad y esa plena libertad solo existirá de verdad si funciona también la de los demás ciudadanos. Para que eso se consiga y no haya conflictos existen las leyes democráticas que reflejan los ámbitos y limites en los que cada ciudadano puede ejercer su plena libertad sin que perjudique a la de los demás.
La libertad, por tanto, tiene la grandeza de permitirnos hacer, decir, pensar, creer lo que queramos. Y tiene también la responsabilidad de saber encajar, comprender, asimilar y defender esa misma libertad de los demás. Eso es más difícil, menos satisfactorio porque a veces la libertad de los demás les permite hacer o decir cosas sobre nosotros que no nos gustan pero que debemos respetar porque si no lo hacemos, falla también la esencia de nuestra propia libertad.
Hace unos días la actriz Itziar Ituño, una de las estrellas de la serie La casa de papel ejerció su libertad de manifestarse a favor de la amnistía para los presos etarras. No era la primera vez. En 2016 Itziar Ituño fue una de las convocantes del acto de apoyo a Arnaldo Otegi en el Velódromo de Anoeta. A los pocos meses y durante las fiestas de su pueblo, la intérprete defendió el acercamiento de los presos de ETA que cumplían, por entonces, sus condenas fuera del País Vasco. El vídeo también se viralizó, aunque tuvo mucho menos impacto. Todavía no era tan famosa por la serie, aunque sí muy conocida en el ámbito vasco por su presencia continua en otra serie de ETB. Ahora la reacción contra ella ha sido gigantesca hasta conseguir que dos marcas con las que colaboraba en publicidad y promoción hayan decidido cortar todo tipo de relación con ella por el rechazo que ha generado. Antes de seguir, mi total repudio a insultos y amenazas anónimas que desgraciadamente siempre se producen en las redes sociales. Estamos ante un caso de conflictos de libertades, algunas ejercidas, otras limitadas e incluso muchas cortadas de raíz. La actriz ejerció su pleno derecho legal y democrático a pedir la amnistía para presos de ETA condenados por la justicia. No entro en la moralidad y ética de esta valoración, pero sí en la nueva dimensión que ha tenido.
Todo se produce en un contexto en el que Bildu, los herederos políticos de ETA, han conseguido de Sánchez todo lo que han pedido, incluso por encima de los procedimientos habituales. Todos los presos etarras estén ya en el País Vasco a pesar de las decenas de informes penitenciarios en contra y de que nunca lo llevó en su programa electoral el PSOE. Y sin que haya habido arrepentimiento ni colaboración con la justicia para averiguar los mas de doscientos asesinatos etarras en los que no se ha podido todavía descubrir la autoría. Esos presos que ahora, con las competencias penitenciarias en manos del gobierno vasco con privilegios como ser los únicos que tienen asegurada una celda habitual o poder beneficiarse de terceros grados distribuidos a discreción sin necesidad de cumplir las condiciones, aunque la justicia lentamente consigue ir anulando algunos.
Un contexto político en el que muchos millones de españoles se temen que, tras la amnistía a los golpistas catalanes, venga la amnistía a los asesinos de ETA. En esta situación surge la foto de la actriz pidiendo la amnistía de los presos etarras. La reacción en redes sociales fue inmediata. Y de nuevo criticando los insultos y amenazas, hubo muchos ciudadanos que decidieron ejercer su libertad de opinar sobre ella. Estas reacciones no eran para censurar o prohibir la libertad de expresión, manifestación, o asociación de Itziar Ituño. Eran críticas a su defensa de los presos etarras.
«Cada individuo tiene derecho a su plena libertad y esa plena libertad solo existirá de verdad si funciona también la de los demás ciudadanos»
Y también hubo contra reacción. El portavoz del gobierno vasco, Bingen Zupiria, dijo que «se están produciendo situaciones inadmisibles desde el punto de vista de la convivencia democrática». Repito: «Inadmisible desde el punto de vista de la convivencia democrática». Inadmisible es un concepto usa para criticar a los que critican, pero que sirve también para hablar de una banda que asesinó a mas de ochocientas personas. Desde el punto de vista de convivencia, aquello sí que fue inadmisible. Inadmisible para la convivencia fue también que más de un cuarto de millón de vascos tuvieran que exiliarse por miedo al asesinato o a la extorsión.
Para explicar del todo la doble vara de medir las libertades tenemos a la Unión de Actores y Actrices Vasc@s (EAB) que en un comunicado defendió la «libertad de expresión de todas las personas» y reclamó que «no se criminalice a nadie por posicionarse ante las injusticias, ilegalidades o excepcionalidades legales».
Traduzco: «Libertad de expresión de todas las personas» se refiere a la libertad de expresión solo para los que piensan igual. Y «por posicionarse ante las injusticias, ilegalidades o excepcionalidades legales» se refiere a las condenas legales y juzgadas democráticamente.
Este episodio de libertades en juego es muy significativo porque nos muestra lo que sería nuestro país si no existiera un estado de derecho con un poder judicial, todavía, independiente. Existe un riesgo alto de que las tentaciones de parte de la izquierda acaben siendo como el pensamiento interno de Bildu. Y no olvidemos que la actual fachada buenista con la se intenta blanquear a los herederos políticos de los asesinos de ETA les ha servido para ser ya el aliado más fiel de Sánchez y que este les regale el poder de Pamplona. Pero su concepto de la libertad sigue estando más cerca del estalinista que del democrático.
Ese es el riesgo que siempre vive la libertad con los que no quieren la libertad para todos. Para los que defienden la libertad democrática, la libertad es de todos. Todos pueden ejercerla dentro de los límites marcados por la ley. Por eso defiendo que Itziar Ituño pueda apoyar la amnistía a los presos etarras. Y defiendo que miles de españoles puedan criticar esa postura. Es lo que tiene la libertad democrática. Y debe de seguir teniendo.