Fuera de juego
«A ERC y PNV les están haciendo la pinza, mientras siguen embobados aplaudiendo y apoyando el mamoneo al que les está sometiendo Sánchez»
Junts y el EAJ-PNV, haciendo de pinza independentista, han trasladado ya, después del primer pleno tras la investidura, la imprescindible necesidad de aprobar una ley de referéndum vinculante de independencia. Ambos lo hacen ya porque son plenamente conscientes de que esta legislatura va a ser corta. En sus votos está la duración de la investidura. Y saben que va a ser imposible mantener a Pedro Sánchez durante una legislatura completa. Habrá que romper porque les va a mentir más de lo que les va a dar, a pesar de que les entregará todo. Por eso, deben sacar el máximo posible de ese megalómano narcisista cuyo único proyecto —inviable— es él. Como dice Turull «colorín colorado», pues ya.
Dice Sánchez que de la necesidad hace virtud. Es mentira como todo en él. Sánchez ha demostrado que de la necesidad hace angustia, histeria y ruina. Él, que es mentira firme, lo sabe. Por eso dedica tanto tiempo en las entrevistas —amables— a definir qué es la mentira con el único objetivo de intentar evitar que se le trate como lo que es, un mentiroso patológico. En el fondo de su ser es plenamente consciente de que lo es. ¿Por qué tanto afán en aclarar qué es mentira? Pues eso.
Políticamente no debería preocuparle. Ya ha quedado demostrado que ser la mentira personificada, un traidor, un trilero que no cumple nada de lo que dice… no le cuesta votos. Es evidente que al electorado de la izquierda no le importa que les mientan mientras sea el suyo. No hay nada mejor que votar a su mentiroso. El PSOE es hoy una organización tan mentira que está por encima de ella.
El problema de Sánchez es que, por mantenerse en el poder, no tiene una visión estratégica del mismo. Sánchez, como buen mentiroso, es táctico y para cada momento crea su mentira. Así es como ha terminado en manos de Puigdemont. Hoy ver a Sánchez es encontrarse con ese muñeco de guiñol con camisa a rayas —qué metáfora de su vestuario en el futuro— llamado Monchito a quien con una mano metida por el culo le dan vida para seguir en La Moncloa, a base de decir y hacer lo que la mano le ordena. Su alma mentirosa le ha llevado a que su vida política esté sometida a la mano de Puigdemont. Así, mientras lo niegan, se asumen enmiendas a la Ley de amnistía para bloquear al Supremo, para que no puedan detener a quien le tiene cogido por detrás y meten en el paquete a terroristas y CDR.
El presunto Gobierno progresista de Sánchez y el PSOE está en manos de la extrema derecha racista y xenófoba catalana. Es lo que tiene claudicar ante el nazionalismo. Sí, con zeta. Ni Patxi López ni ninguno de los pedros ladradores van a conseguir desmontar del imaginario colectivo que el Gobierno de Sánchez se sostiene gracias a xenófobos racistas. Los nazionalistas. A Sánchez le parecen que no lo son. Lleva tanto tiempo entregado a Bildu que la xenofobia y el racismo le parecen una nimiedad homologable para su Gobierno. A Sánchez le vale todo con tal de seguir en el poder.
«El contador ético de la izquierda es que da igual lo que sean los partidos que le apoyan mientras les mantengan en el poder»
Es sorprendente escuchar al presidente del Gobierno de España decir que Junts no es xenófobo porque su secretario general ya ha dicho que no son xenófobos. ¡Qué gran argumento! Llevan años hablando de la ultraderecha xenófoba de Vox. ¿Acaso alguien ha escuchado a Ignacio Garriga o a cualquier líder de Vox declararse xenófobos o racistas? Según la lógica de Sánchez, el que les acuse de ello calumnia.
Pedro Sánchez, el derrotado en las urnas, tiene un contador ético absolutamente descacharrado. Todos los que se escondieron en su lado del muro, da igual filoterrorristas, xenófobos, racistas, ultras … son decentes y progresistas. Están con él. Los demás no. El contador ético de la izquierda es que da igual lo que sean los partidos que le apoyan mientras les mantengan en el poder. Ese grado de toxicidad ética y personal es aplicable a todos esos escribientes, opinadores y demás pseudomedios —en terminología PSOE— que apoyan al mentiroso firme de Sánchez.
En este falso escenario, que responde a la obsesión de Pedro Sánchez, lo más sorprendente es la inmolación gratuita de los butiflers de ERC y de los nazionalistas del EAJ-PNV. Dos partidos a los que les están haciendo la pinza, mientras siguen embobados aplaudiendo y apoyando el mamoneo al que les están sometiendo Sánchez y el PSOE esperando un futuro que no existe.
Les roban la cartera —o sea los votos— y muy educadamente les dan su apoyo y las gracias. Son dos casos que se parecen mucho aunque son diferentes. Los de ERC presiden la Generalitat pero les tratan como si lo hicieran en situación de cesión administrativa. No pintan nada. No escuchan al charnego pijo de Gabriel Rufián. Clama en el desierto recibiendo nada a cambio. Aguantan y votan lo que les manda Sánchez obedientemente para consolidar el ninguneo. Les someten a la mayor humillación posible y votan con el PSOE.
«Gran paradoja la del PNV. Apoyan a Sánchez para que todo lo que les transfieran sea para EH Bildu»
En ERC tragan todo. Ni un pero a que Sánchez ceda la inmigración, una concesión de gobierno, a un partido que no gobierna. Es digno de reconocimiento con qué disciplina asumen su condición de butifler.
Lo del EAJ-PNV es el espejo inverso. Para el PSOE los importantes son los de Bildu. Los únicos que tienen un plan. Apoyo por presos además de la lehendakaritza. En el País Vasco, el PSOE tendrá que elegir entre el PNV o EH Bildu. Hay grandes posibilidades de que el PNV sea el partido que más votos tenga de los dos, pero que el partido con más escaños sea EH Bildu. ¿A quién va a apoyar el PSOE? El PNV piensa que a ellos, que a EH Bildu les basta con la alcaldía de Pamplona. Juegan a que Sánchez engaña a Bildu y optará por ellos. En pocos meses la solución al engaño. De unos o de otros. Gran paradoja la del PNV. Apoyan a Sánchez para que todo lo que les transfieran sea para EH Bildu. Esos sí son izquierda. Es fascinante ver cómo el PNV y ERC asumen con tanta alegría que les dejen fuera de juego por mantener a Sánchez en Moncloa.
Postdata. Es incomprensible que Vox, partido provida, se abstenga en la supresión del término «disminuido». Defienden legítimamente que todo feto llegue a la vida, pero lejos de dotarles de la debida dignidad se meten en un galimatías político para no apoyar que constitucionalmente dejen de ser «disminuidos» para ser «personas con discapacidad». Ellos sabrán.