Dejen de discutir con el PSOE
«El Gobierno no cree en lo que dice. Son argumentos fabricados para la ocasión: cuando la ocasión fue otra, los argumentos también fueron otros»
Ilustración de Alejandra Svriz.
No le demos más vueltas, el debate es artificial: para el Gobierno no existe un terrorismo «que viola gravemente de derechos humanos» y otro que los viola sólo un poco. El PSOE considera terrorismo amnistiable aquél del que están acusados sus socios y no amnistiable aquél del que sus socios no están acusados. La intensidad del terror es irrelevante, porque no se trata de hacer justicia, sino de comprar apoyos parlamentarios: si Carles Puigdemont hubiera puesto una bomba de hidrógeno en el Santiago Bernabéu sería amnistiado bajo el pretexto de que las bombas malas de verdad son las de fisión nuclear, que emplean uranio o plutonio. Y si Marta Rovira no estuviera acusada de terrorismo sino de organizar peleas de gallos, estaríamos hablando de la urgente necesidad de redefinir el delito de maltrato animal.
Hace tiempo que Oriol Junqueras nos dio la plantilla para interpretar todo esto. Se tramitaba la reforma para eliminar del Código Penal el delito de sedición y un periodista le preguntó por qué no habían presionado para eliminar también el delito de rebelión. Junqueras respondió con total sinceridad: «Porque no nos han condenado por rebelión». Mientras tanto el Gobierno repetía, tan fiel a la verdad como suele, que el objetivo era homologarnos con lospaísesdenuestroentorno.
Entiendo que es indignante: nos alecciona sobre la gradación de un delito el mismo Gobierno que considera que el pico de Rubiales y una violación encajan en el mismo tipo penal. Pero no se dejen embaucar, dejen de discutir; el Gobierno no cree en lo que dice. Son argumentos fabricados para la ocasión: cuando la ocasión fue otra, los argumentos también fueron otros. Hasta hace muy poco, nadie en el PSOE dudaba de que las actividades de los CDR y de Tsumani Democràtic podían ser consideradas actos de terrorismo. Los 12 militantes del CDR procesados tenían precursores de explosivos y planes para atentar en infraestructuras estratégicas de Cataluña. Y los amigos de Tsunami son responsables de los disturbios que concluyeron con el asalto al aeropuerto del Prat. En realidad, quien se integra en una organización que se llama Tsunami Democrático tiene difícil fingir mansedumbre (todavía si se llamara Brisilla Democrática), pero ese es otro tema.
Lo más triste no es que el PSOE crea que existe un terrorismo que no vulnera los derechos humanos, sino que intente convencernos de ello con tanto aplomo. Quizá por influencia de Orwell, es en la propaganda donde más siento latir la pulsión totalitaria. Toda distopía empieza igual: un portavoz del Gobierno que exige que sus ciudadanos le crean a costa de ignorar lo que ven con sus propios ojos. Los díscolos pronto seremos paganos. Y a mucha honra. En su Diccionario del Diablo, Ambrose Bierce define pagano como «Ser descarriado que incurre en la locura de adorar lo que puede ver y sentir». ¿Y saben cómo define amnistía? «Magnanimidad del Estado para con aquellos delincuentes a los que costaría demasiado castigar». Algo falla cuando la realidad se parece tanto a la sátira.
Debe de haber leído usted con provecho un famoso manual de lógica formal de un famoso profesor, Alfredo Deaño, porque sus argumentos son elegantes, diáfanos e implacables. Pero la propaganda es más divertida y más efectiva. La historia lo demuestra con reiterado fatalismo. Con todo hay que seguir batallando para que se obre el milagro aunque nos confesemos agnósticos. Y el placer de leerle no me lo quita nadie.
PD: En la seminal serie sobre Arte contemporáneo de Robert Hughes The Shock Of The New (1980), que sigue siendo impresionante, se mencionaba uno de esos aspectos que se nos pasan por alto simplemente porque nuestra perspectiva implica ciertos sesgos inherentes, tan connaturales, que pasan inadvertidos.
Pensamos que cuando se construyó la Torre Eiffel era considerada una muestra del poder de la ingeniería y el progreso, una exaltación de los logros de la tecnología… Y así era, PERO… lo que sorprendió a los parisinos coetáneos no fue eso; ni fue su ostentosa imagen metálica desafiantemente nueva: lo nuevo para ellos fue VER DESDE ARRIBA, por primera vez, una perspectiva completamente nueva de su ciudad… Lo nuevo no era mirar desde abajo a la Torre nueva sino mirar desde arriba su vieja ciudad…
Es cierto: tenemos que tener el valor de subir a la torre y mirar desde arriba lo que están haciendo con nuestra democracia los que nos entretienen y engañan con lo bonita que es la torre… ¡¡A LA CALLE!!
Brisilla Democrática: genial; si se añade el componente olfativo y ruidoso ya tenemos la definición perfecta: VENTOSIDAD RETRÓGRADA.
Recuerdo el frío que me paralizó (y lo recuerdo porque todavía se reproduce) cuando escuché a esa desaseada indepe que se dice experta en teoría de juegos (pero que evoca inmediata e inevitablemente la imagen de un rijoso cura rural de peli mala en blanco y negro)…, pues la indepe-ludópata hablaba de algo así como… lo bien que hubiera venido un muerto para la independencia. UN MUERTO.
UN MUERTO.
Y lo cerca que eso nos hubiera puesto rápidamente de miles de muertos…; por cuatro fanáticos endiosados, codiciosos, sin la menor noción real del cálculo y la probabilidad, jugándose a DOBLE O NADA nuestra PAZ y nuestro FUTURO.
De hecho, seguimos con el futuro hipotecado, SIN OTRA POSIBLE ACTIVIDAD que atender a sus caprichos y extorsiones y SIN POSIBILIDAD DE OPINAR SOBRE ELLO.