MyTO

¿Cómo ha sido posible?

«¿Cómo es posible que Sánchez nos haya echado a la basura a la mayor parte de los veteranos, empezando por el desprecio hacia Felipe González y Alfonso Guerra?»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • Joaquín Leguina. Villanueva de Villaescusa (1941). Nací en el año del hambre, pero lo hice en la tahona de mi abuela Pilar. Estudié el bachillerato con los curas escolapios en Santander y la licenciatura en CC. Económicas en Bilbao. Después fui becado en la Sorbona, donde obtuve dos master y un doctorado. También me doctoré en la Complutense. Más tarde saqué la oposición a Estadístico Facultativo del INE (hoy Estadístico Superior) y como tal trabajé para la CEPAL en Chile, donde me pilló el golpe de Estado de Pinochet.
    He sido profesor en la Complutense y concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Y diputado nacional. Ah, se me olvidaba (hace ya tanto tiempo), también he sido presidente de la Comunidad de Madrid durante doce años. He escrito novelas, relatos, ensayos y cientos de artículos en variados periódicos y revistas.

Recuerdo bien la noche electoral del 3 de marzo de 1996. Durante la mayor parte del recuento, el PSOE fue ganando en votos y el PP en escaños. Era una situación inédita y, además, peligrosa, y el presidente Felipe González estaba sumamente inquieto.

Considerando el clima de crispación existente, el Gobierno resultante de ese resultado tendría que soportar un serio déficit de legitimidad política, pero al filo del 90% del recuento, el PP pasó por delante también en la cuenta de los votos. Claro que los números daban para que el PSOE intentara una coalición con Izquierda Unida y los partidos nacionalistas, pero ni por un instante se le ocurrió a Felipe encaramarse a un balcón y proclamar: «Somos más».

Como cualquiera puede comprobar, el 23 de julio de 2023, la cosa fue muy distinta: en la sede del PSOE en Ferraz, se comenzó a gritar: «¡Somos más!», pero Pedro Sánchez y los suyos se limitaron a amontonar números hasta concluir que, amalgamando todo lo que no fuera el PP y Vox, podrían superar el listón de la investidura y quedarse en La Moncloa.

Y uno se sigue preguntando: ¿en verdad son más? Sumando no churras y merinas, sino nazis más comunistas, sí son más, pero no se puede saber qué hacen juntos, porque ese resultado más que un Frankenstein es un sin dios.

Así lo ha visto Ignacio Varela:

«A partir del imprescindible ingreso del partido de Puigdemont en el bloque de poder, el presupuesto de viabilidad de la legislatura fue una amnistía que garantizara la impunidad completa para todos los autores de hechos delictivos cometidos en Cataluña durante más de una década y relacionados con la insurrección de 2017. Empezando por la impunidad del propio Puigdemont, sin la cual —él mismo lo dejó claro— no habría investidura».

«Los felipistas trajimos al PSOE de 1936 a la socialdemocracia. Y nunca tratamos como enemigos a nuestros adversarios»

Pero, como acabamos de comprobar la semana pasada, el pacto con Puigdemont no era para la legislatura, era sólo para la presidencia de Sánchez.

En fin, no quiero seguir con argumentos de racionalidad política y, con el permiso de los lectores, me centraré en mí mismo. ¿Cómo es posible que Sánchez nos haya echado a la basura a la mayor parte de los veteranos, empezando por el desprecio hacia González y Guerra?

Cualquiera en su sano juicio entenderá que por muchos errores que cometiéramos en su día los felipistas, nadie podrá negar que Felipe y sus seguidores (entre los cuales quiero contarme) trajimos al PSOE de 1936 a la socialdemocracia de finales del siglo XX. Y nunca tratamos como enemigos a nuestros adversarios políticos ni levantamos ningún muro como pretende construir Sánchez en cada paso por más trivial que sea el asunto a comentar.

Pondré sobre el papel el último ejemplo por ahora: en La Sexta (él no trata con televisiones «fachas») le preguntaron sobre un asunto tan banal como una canción titulada Zorra destinada a representar a España en Eurovisión. Y Sánchez dijo que a él le gustaba porque el feminismo es también divertido, aunque «otros preferirían enviar al festival el Cara al sol». El himno falangista comienza así: «Cara al sol con la camisa nueva que tú bordaste en rojo ayer».

Pero es precisamente el rojo el único color que sabe manejar Sánchez. Bueno, también maneja el verde. Ese verde que ha dejado sin agua a Cataluña.

15 comentarios
  1. Arenaza

    Pues uno de los factores puede haber sido la pusilanimidad de los intelectuales. Gran tristeza me produce que escritores de reconocido prestigio y supuestamente defensores de los derechos humanos, como puedan serlo Rosa Montero, Muñoz Molina, Javier Cercas, Elvira Lindo, no tuvieran la decencia de renunciar a su colaboración, otrora prensa libre, ante la expulsión de Fernando Savater, adalid de la lucha por la libertad, como también de otras personalidades de brillante pluma que respondieron con la bajeza del silencio, como Luis Landero. Literatos de vida resuelta no hayan aprendido (o querido hacer) nada con las enseñanzas de su comportamiento ético ante la barbarie de las dictaduras, una lucha de más de medio siglo, primero enfrentándose al franquismo y padecer cárcel, más tarde arriesgando su vida, durante muchos años, frente al fanatismo terrorista etarra (sé de lo que hablo, un anónimo donostiarra exiliado). Esconderse alegando divergencia de opinión, no les exime de culpa ante la valentía de uno de los imprescindibles de nuestra sociedad, merecedor incuestionable de ser defendido. Artistas de salón. Cobardes en acción. Sí, unos cobardes con mayúsculas bien grandes.

  2. Chindas

    Vine al Objetivo detrás de Sabater y he sentido una gran decepción. Se borran los comentarios, y no recuerdo haber dicho nada inapropiado. Bueno…

  3. Chindas

    Hombre Leguina parece mentira que hagas esa pregunta. El Pedrito no quiere cerebros que funcionen a su lado. Para ser el LIDER necesita rodearse de indocumentados como Patxi López o la Chiqui…(madre mía qué pareja) y ya poco más allí a la Yoli, juas juas.. Ah y como máster al ZP !!!

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