Mentiras o silencio
«De cinismo se podría calificar que el PSOE ante el aluvión de irregularidades que se están descubriendo intente convertir el caso Koldo ¡en un caso del PP!»
Ningún país europeo democrático ha sufrido nunca tantos y tan intensos ataques a su estabilidad política e institucional en el último siglo, o quizás nunca, provocada por su propio gobierno que ha puesto en riesgo cosas tan sagradas como el estado de derecho, la independencia del poder judicial o la igualdad de los españoles ante la ley.
Por si fuera poco, estamos ya ante el descubrimiento del principio de lo que parece ya el mayor escándalo de corrupción de la democracia española. Sus ramificaciones en todo tipo de instituciones ministeriales y en muchos gobiernos autónomos socialistas (no todos porque Page y Lambán demostraron que se podía decir no); el uso corrupto de fondos europeos y sobre todo la inhumanidad de estafar con mascarillas en el peor momento de la pandemia del COVID, dejan al gobierno de Sánchez totalmente noqueado.
«En todo caso poco se puede esperar de manera activa del PSOE. Consideran que con la quema publica de José Luis Ábalos está ya todo explicado»
En cualquier país europeo democrático con gobernantes con sentido de la responsabilidad y de la ética, esta semana pasada habría supuesto no ya una comparecencia pública masiva para dar explicaciones exhaustivas de sus actos sino la dimisión de numerosos cargos del gobierno y del legislativo. En muchos gobiernos democráticos ni se hubiera esperado a la dimisión. El propio presidente de gobierno los hubiera cesado y hubiera explicado su decisión en sede parlamentaria a todo el país.
No es el caso de Pedro Sánchez. El político que más ha presumido de luchar contra la corrupción, eso sí, callando o haciendo como si no fueran socialistas todos los altos cargos de la Junta de Andalucía condenados en parte por el escándalo de los ERE. El político que se ha pasado meses mintiendo al insistir en considerar un caso de corrupción no juzgado el del hermano de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aun sabiendo que dos fiscalías, la de Anticorrupción y la europea, habían desestimado incluso abrir causa por encontrar todo legal.
Ese mismo presidente es el que ahora ordena decir a sus ministros, para que repitan sincronizadamente sus tertulianos afines, que no es bonito hablar de familiares. Ahora, justo cuando empiezan a aparecer extraños y no explicados todavía patrocinios de Globalia (Air Europa) a la esposa del presidente en eventos del centro que Begoña Gómez dirigía en el Instituto de Empresa, el Africa Center. Todo ello ocurría meses antes de Air Europa fuera rescatada durante la pandemia en un Consejo de ministros presidido por el propio Pedro Sánchez. Y no fue poco. 475 millones de ayudas que se sumaban a otros 140 millones de euros de créditos del Instituto de Crédito Oficial.
Una ayuda tan significativa que ninguna otra empresa española ha recibido tanto dinero de ayuda de la SEPI. La gravedad de los desvelado por El Confidencial ha llevado al PP a pedir explicaciones urgentes a Sánchez porque la Ley 3/2015 que regula los conflictos de intereses exige a los miembros del Gobierno abstenerse en aquellas decisiones que puedan beneficiar a sus «cónyuges» y prevé sanciones que pueden llegar a la separación del cargo.
La respuesta ha sido mandar a sus voceros a hacerse el “ofendido”. Dice Patxi López que es “indecente ensuciar la honorabilidad de Begoña Gómez”. No se niega, ni se explica, ni se argumenta. Se reconvierte en ofensa. Esa ofensa que parece que no existía con el hermano de Ayuso. En todo caso poco se puede esperar de manera activa del PSOE. Consideran que con la quema publica de José Luis Ábalos está ya todo explicado.
Y si los hechos de irregularidades son tozudos como en el caso de la actual presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, que cuando era presidenta del gobierno balear pagó unos tres millones de euros a la trama de Koldo por mascarillas pese a saber que no servían, que falsificó informes para Europa para poder cargarlos a los fondos europeos, que tardó tres años en reclamar la devolución del dinero a la trama del asesor de Ábalos y que sólo lo hizo cuando perdió la presidencia.
De cinismo se podría calificar que el PSOE ante el aluvión de irregularidades que se están descubriendo intente convertir el caso Koldo ¡en un caso del PP! Se agarraban a un clavo ardiendo pese a que sabían que la propia Guardia Civil quitaba todo valor y veracidad a los que Koldo García decía de una supuesta reunión con el dirigente popular Miguel Tellado y un tal Alberto, ya que los investigados sabían que estaban siendo grabados. Pues bien, el hacedor de pactos con un prófugo de la justicia, el actual secretario de organización, Santos Cerdán, el amigo de Koldo, el que se lo colocó a Ábalos, el numero tres del PSOE, pedía explicaciones al PP sobre si Alberto era Núñez Feijóo.
Estas maniobras defensivas manipulando los hechos ni son nuevas ni han sido las últimas. Si hay un alumno aventajado de Pedro Sánchez es su triministro Félix Bolaños. Es difícil superar las maniobras manipuladas de este ministro que no solo filtró deslealmente el borrador de la Comisión de Venecia, el órgano consultivo de la UE, sobre la ley de amnistía, sino que hizo que todos sus medios afines repitieran la mentira al decir que este borrador apoyaba al gobierno en su ley de amnistía.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio, decía Serrat. Y la verdad de ese borrador es que no tiene remedio para los deseos del gobierno. Es el mayor varapalo jurídico que pudiera tener el engendro jurídico pactado entre Sánchez y Puigdemont. Un engendro que se vota la semana que viene y que como es habitual en el gobierno Sánchez, en medio de la más absoluta oscuridad sobre su hay modificaciones.
Juraba Bolaños que la Comisión de Venecia le daba la razón al gobierno pero lo cierto es que, tal y como todos los expertos jurídicos avanzaban, lo que dice es que no es constitucional y exigiría una reforma de la Constitución. Un borrador en el que se recuerda que crea inseguridad jurídica y rompe el principio de igualdad. Denuncia que no tiene amplio consenso, ni ningún tipo de control y que, pese a que el gobierno la vende políticamente como un paso en la reconciliación, lo cierto es que la amnistía provocará una fortísima división política, jurídica, social e institucional en España.
Sin saber todavía que el Supremo iba decir que sí hay elementos para juzgar a Puigdemont por terrorismo por el “Tsunami”, el borrador advierte que en el supuesto de una ley de amnistía el terrorismo tiene que ser excluido sin matices, sin terrorismo bueno, ni terrorismo de baja intensidad, sin nada. Y va más allá porque critica las comisiones de “lawfare” que ya han empezado en el Congreso con el apoyo de los socialistas, y de las que dice que son incompatibles con el Estado de Derecho. Un borrador que es un apoyo total a la independencia del poder judicial y que Bolaños manipuló su interpretación.
Silencios estruendosos también el de todos los socios del gobierno sobre la corrupción del caso Koldo. Hace daño escuchar a Sumar, Podemos, ERC, Junts, PNV o Bildu en sus críticas a la corrupción socialista, con voz bajita y solo para fusilar a Ábalos.
El PSOE está muy tocado. Koldo, Ábalos, Armengol, Air Europa, mascarillas, ley de amnistía, chantajes de Junts, decisiones del Tribunal Supremo, borrador de la Comisión de Venecia…Y frente a todo ello, el gobierno se defiende con mentiras o con silencio.