Doble juego
«La gente ingenua cree que los socialistas nacionalizan cuando, en realidad, privatizan. Y que construyen un Estado más fuerte, cuando se lo apropian»
Me parece fascinante el sistema que han montado los socialistas de Sánchez como trampa saducea para timar a los más crédulos de sus seguidores. Por una parte el Gobierno parece obedecer a rancias directrices de sus socios marxistas, de manera que nacionaliza todo lo que puede, se inmiscuye en los consejos de administración de los negocios privados, presiona a los bancos para que le dejen poner unos cuantos empleados del Gobierno en sus centros de decisión, cruje a impuestos a todos los negocios del país que funcionan, salvan de la ruina a las empresas aeronáuticas de sus socios, en fin, invaden con el Estado el mundo privado, a la manera del tiránico Gobierno venezolano.
Pero, por otra parte, todos aquellos mecanismos del Estado y la administración que fueron diseñados para controlar los abusos del poder y de los políticos en general, sean instituciones que velan por la transparencia, para la fiscalización de los fraudes o para el control del gasto público, sencillamente se las apropia Sánchez con indecente arbitrariedad. Así, también, pone a los pies de los caballos a la Fiscalía del Estado o al Centro de Investigaciones Sociológicas.
Y aún peor, allí en donde puede enchufar a un pariente o a un empleado, lo hace sin arrobo, al modo franquista más puro. Así toma Correos, toma Renfe, Adif, todos los servicios públicos de comunicación (todas las teles, todas las radios, todos los periódicos) con hombres (y mujeres) de paja, y si no se dejan, los compra mediante la publicidad del Estado.
«La agencia de publicidad del PSOE es la más grande de España y funciona como una empresa privada»
Este mecanismo, que aplican todos los caudillajes latinoamericanos, privatiza para una empresa llamada Partido Socialista Obrero Español, es decir, el PSOE SA, una montaña de empresas que luego utiliza para dar sueldos de soborno a sus esbirros y para influir mediante lo que antes se llamaba Agitación y Propaganda. La agencia de publicidad del PSOE es la más grande de España y funciona como una empresa privada.
La gente ingenua (y los cínicos, por supuesto) cree que los socialistas nacionalizan cuando, en realidad, privatizan. Y cree que construyen un Estado más fuerte, cuando en realidad se lo están apropiando. A todo lo cual hay que añadir el uso que hace Sánchez de las leyes contra los jueces, los únicos capaces (aún) de controlarlo, o los privilegios para los hijos del terrorismo y del separatismo que entran en sus negocios.
Un panorama que pone los pelos de punta y contra el cual no parece que haya fuerza en España capaz de enmendarlo, castigarlo, anularlo, ni mucho menos destruirlo. A la vista de las actuales cabezas esclarecidas de Europa, tampoco parece que de allí vaya a llegar la menor ayuda.
Una de las mejores revistas que se publican en nuestro país, Letras Libres, dirigida en España por un verdadero talento del periodismo, Daniel Gascón, ha dedicado su número de marzo a este asunto bajo el título (excelente) de Las instituciones y nosotros, que las quisimos tanto. A estos aún no han podido comprarlos.