Elecciones para Puigdemont

Hasta tal punto el Gobierno Sánchez vive a la hora catalana, que a las pocas horas de convocarse las elecciones se anunciaba la renuncia a pactar los Presupuestos Generales del Estado, hasta ese mismo momento el eje de la legislatura y garantía de su estabilidad…

Elecciones catalanas ya, cuando la amnistía y su devenir son una incógnita a varios meses vista, qué inoportuno para todos, ¡menos para Puigdemont! 

Para él parece por fin llegado el momento de volver, como Napoleón de su exilio en Elba. Y si lo meten en la cárcel, mejor que mejor, la prueba del nueve de que el Estado español no es democrático y no aplica las leyes de punto final de su propio Parlamento. Ya se encargarán la Comisión, el Parlamento o el TJUE de mediar para su liberación. Y Serveis penitenciaris de ponerle a disposición una buena sala de prensa desde donde hacer mítines e ir concediendo entrevistas a medios nacionales e internacionales. Por fin, ¡el mundo lo mirará! El Mandela del flequillo loco, el que pudo con Rajoy y con Sánchez, el President of Catalonia en el exilio…

Y todo al mismo tiempo tan evitable, pudiendo haber prorrogado perfectamente Aragonès los presupuestos, a los que les faltó un mísero voto, porque los Comunes, a los que la gobernabilidad de Cataluña y España les preocupa una higa, se negaron a tragar con el Megacasino de Salou y sus mil y pico tragaperras, un viejo negocio que colea desde la época del comisionista Artur Mas.

¿Por qué es tan importante esta elección para el independentismo?

Pues porque todo apunta a que habrá, aparte de la CUP, un par o tres de nuevos partidos indepes, y que el voto soberanista quedará bastante fragmentado. Sin embargo, si suman una mayoría de escaños (que suele ir aparejada a una mayoría de votos, por el sistema electoral), sería complicado que no formasen gobierno de coalición, al menos los dos partidos principales, ERC y Junts, siendo presidente el líder de la formación más votada, y presidente del Parlament el líder de la menos votada. El déjà vu  de Junts per Cat que provocó el Procés. Y ello con un Gobierno en Madrid incapaz de activar un 155. El momento de ir a por todas, las estrellas nunca estuvieran tan bien colocadas.

¿Y para el socialismo?

Hasta tal punto el Gobierno Sánchez vive a la hora catalana, que a las pocas horas de convocarse las elecciones se anunciaba la renuncia a pactar los Presupuestos Generales del Estado, hasta ese mismo momento el eje de la legislatura y garantía de su estabilidad.

Es vital para Sánchez que Illa tenga un buen resultado pues (al margen de que Salvador Illa pudiese ser presidente de la Generalitat con el apoyo de otras fuerzas llamadas de izquierdas, que renunciarían implícitamente de este modo a la vía unilateral, bingo), sería indispensable para intentar repetir una «coalición de progreso» en 2027: dicho de otro modo, sólo sacando  mucho diputados a Cortes en Cataluña  Sánchez podría volver a gobernar; y a la inversa, el PP sólo podrá llegar a Moncloa si obtiene un buen resultado en Cataluña (bueno: en Barcelona, básicamente). Estas elecciones son por tanto la primera vuelta de las generales para los dos grandes partidos.

 ¿Y por qué es tan importante para el PP?

Porque un mal resultado dibujaría un futuro muy negro en las generales, tan decisivos son los escaños catalanes para forjar mayorías de gobierno en Madrid. Y porque, por vasos comunicantes, lo que se le pierda a izquierda y derecha, desparecido Ciudadanos, iría al socialismo o a Vox. 

¿Y Ciudadanos? 

Si hay un sitio y un momento en los que pueda resurgir de las cenizas es en Cataluña, el lugar donde nació y el lugar donde llegó a ser el partido más votado tras el golpe. Para ello ha de mantener sus siglas, y no integrar a algunas de sus figuras en las listas del PP. De que lo logre depende en gran parte el futuro del constitucionalismo en Cataluña y… en España. Arrimadas como símbolo de lo que debió ser y no de lo que fue.

De los Comunes y de Vox, calderilla, mejor no hablar. Los primeros, nacionalistas vergonzantes, y los segundos, nacionalistas vergonzosos.

Coda 1) Amnistía para cuándo

Se aprobó por fin la ley más controvertida de la democracia, la que ha dividido al país en dos, la que difícilmente habría sido aprobada en referéndum, la que la Comisión de Venecia (por mucho que la retuerza el oficialismo) quisiera de otra manera, y la que acabará siendo cuestionada ante el Constitucional y el Tribunal Europeo. La pregunta es: ¿cómo y cuándo se aplicará, si es que llega a aplicarse en su redacción actual? Pues quedará varada en el Constitucional y el TJUE meses y meses, más de un año incluso. ¿Y entretanto? ¿Seguirán acaso su curso los procedimientos, dura lex sed lex? ¿Se aplicarán las medidas cautelares a los prófugos? ¿Qué papel jugará la fiscalía, que depende de quien depende? Esta amnistía divisiva, fruto del chantaje y redactada por sus beneficiarios ni siquiera supondrá el perdón de estos al Estado español. Es, por el contrario, un marco para seguir odiando a España, la validación legislativa de la vía unilateral y el trampolín político que usarán los amnistiados para volver a intentarlo. Y para volver a fracasar, pero mejor.

Coda 2) Humana, demasiado humana

No puede ser casualidad que se filtre el expediente fiscal del novio de Ayuso, pequeño defraudador y (¡predestinado!), intermediador de mascarillas, ay las mascarillas… justo en pleno caso Koldo. Objetivo alcanzado: el foco está ahora en la Presidenta de Madrid, azote de Sánchez.

Sin embargo, la defensa de Ayuso, victimizándose, no parece buena idea, aunque puede que funcione para la propia parroquia, tan dada al y tú más, exactamente igual que la parroquia contraria. Tampoco parece buena idea por su parte acusar sin pruebas a la mujer de Sánchez con circunloquios y retruécanos, pues incurre en aquello que critica. Golpes bajos, los justos, cuando se quiere estar en otro nivel ético. 

Nada indica, eso sí, que Ayuso estuviera al tanto de la supuestamente dolosa ingeniería fiscal de su novio, y que por lo tanto hubiera podido o debido tomar cartas en el asunto.

El dilema, como todos los dilemas en verdad importantes, es moral: ¿qué hacer cuando alguien al que quieres, cónyuge, pareja, hermano, padre, hijo, comete un delito? ¿El amor lo justifica todo? ¿Dónde poner el listón del perdón y de la complicidad?

En el caso de Ayuso: ¿quiere seguir conviviendo con un defraudador, aunque sea conformado? Nada ni nadie se lo podrán impedir, pero si así lo decide habrá de pagar el precio político de que se lo recuerden a todas horas y, sobre todo, a la hora en que quiera criticar a sus adversarios políticos por corrupción.  

Es en los  grandes dilemas morales  donde los héroes de las tragedias griegas se hacían más humanos…

Coda 3) Veinte años sí es nada

Cumplidos 20 años del atentado más cruento de la historia de España, y  prescritos cualesquiera delitos relacionados, no prescriben en cambio algunas dudas sobre la autoría y el operativo; y hay un condenado en primer grado que sólo saldrá de prisión en 2044, después de 40 años detenido, Jamal Zougam, acusado por dos testigos rumanas perjuras, y que sigue clamando su inocencia  al precio de no poder disfrutar de beneficios penitenciarios. 

Los dos principales partidos políticos, cual púgiles medio noqueados y abrazados, siguen reprochándose el haber utilizado el atentado con fines electorales.  Qué solas están siempre las víctimas.

Cuestionario maldito a Pere Aragonès:

-¿Por qué no ha querido prorrogar los presupuestos como Sánchez? 

Porque yo no soy Sánchez, no tengo quien me chantajee.

-¿Por qué apoyó el mega Casino de Salou? 

Porque de algo habrá que vivir cuando seamos independientes.

-¿Será usted o Junqueras el candidato?  

Será el que decidan las bases, es decir servidor.

-¿A Junqueras lo ha mirado un tuerto? 

Junqueras es clarividente.

-¿Desde cuándo lleva barba?   

Desde que era bebé, para parecer mayor.

-¿Qué hará si viene Puigdemont?  

Le dejaré asomarse al balcón de la Generalidad sin paracaídas.

-¿Está cómodo yendo a las europeas con Bildu? 

Sí, siempre es bueno ir con el primo de Zumosol.

-¿Dónde está Rufián?

En cura de desintoxicación por madrileñismo.

-¿Eso cómo se cura?

-Volviendo a la ciénaga y hablando la lengua propia.

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