Urge una alerta antifascista
«Compañera, compañero, la situación es de extrema gravedad y sabes que no estás respondiendo con el compromiso que de ti se espera»
Compañera, compañero, la situación es de extrema gravedad y sabes que no estás respondiendo con el compromiso que de ti se espera.
No es aceptable tu inacción cuando la extrema derecha y la derecha extrema están desplegando una insoportable campaña de difamación contra Pedro y su familia con el objetivo de desprestigiar la impagable tarea de creación de nuevos derechos que el Gobierno más progresista del Universo ha realizado jamás.
Tienes, tenemos todos, la inexcusable obligación de responder con rotundidad a los ataques con los que el fascismo intenta empañar la impecable trayectoria académica y de mediación para el impulso de las mejores empresas que Begoña, como mujer libre y catedrática empoderada que es, ha tenido, tiene y tendrá.
«Nuestra obligación como progresistas, la tuya muy principalmente, es denunciar como indiscutibles falsedades todas las informaciones acusatorias dirigidas contra Begoña»
Es incomprensible tu falta de compromiso a la hora de replicar con fiereza a las inexactitudes con las que los medios patrocinados por la extrema derecha y la derecha extrema ceban los bulos contra la familia de nuestro Líder, Secretario General y Presidente. Nuestra obligación como progresistas, la tuya muy principalmente, es denunciar como indiscutibles falsedades todas las informaciones acusatorias dirigidas contra Begoña. Todas, sin excepción.
Sabes que la corrupción es patrimonio exclusivo e indelegable de la derecha, de esa pésima derecha que en este país encarnan la derecha extrema del PP y la extrema derecha de Vox. Sólo es corrupta la derecha, y más corrupta cuanto más extrema es. Te concedo que puede haber habido, en el pasado, algún caso aislado de alguna actuación discutible en nuestras filas, pero habrá que analizar con cuidado si se trataba de un auténtico progresista o de un derechista infiltrado entre nosotros. Y, desde luego, no es ni pensable que puedas poner en duda la impecable actuación de nuestro Secretario General, y menos aún de su familia.
Compañer@, tu pasividad y encogimiento de hombros son inadmisibles. Te parece normal, acaso, que el formidable esfuerzo que nuestro Presidente acaba de hacer para empatizar con las víctimas del fascismo franquista, visitando el osario de Cuelgamuros nada más aterrizar de un agotador viaje oficial, no haya sido aplaudido unánimemente por todos los que no somos fachas en este país. ¡Y deja ya de llamarle Valle de los Caídos, ni de pensarlo siquiera! ¿Cómo es posible que te dejes llevar por esos revisionistas que mienten y difunden bulos diciendo que esos huesos –precisamente ésos- eran de víctimas de la República? No hay víctimas de la República, métetelo en la cabeza. Todas son víctimas del franquismo fascista. Todas. También las que nuestros compañeros tuvieron que pasear, y ajusticiar, en legítima defensa ante el avance de la reacción.
Es más que censurable, también, que ni tú, ni ningún progresista, estuviera dispuesto a cantar unas cuantas verdades a las dos decenas de fachas que se congregaron a las puertas de una conocida iglesia en la calle Serrano de Madrid para aplaudir, nada menos, que al borbón Juan Carlos y a su familia; no sólo para jalear al novio y a sus invitados de la fachosfera. ¿Acaso te crees que es suficiente con llenar de memes graciosillos las redes sociales? No, había que haber estado ahí para que no quedara todo como lo que ni es ni puede ser. No me malinterpretes, compañer@, pero aún tenemos mucho que aprender de los simpatizantes de Bildu con el recibimiento que prepararon al tal Abascal este fin de semana. Se trata de que la derecha extrema y la extrema derecha sepan que no son bienvenidos y que, desde luego, la calle ni es suya ni puede serlo.
No es de recibo, compañer@, que José Luis –el único líder comparable en progresismo, empatía y bondad al nunca suficientemente admirado Pedro- sea la única voz reconocible en la defensa de nuestro Secretario General. Y no me objetes que las ministras y ministros también hacen lo que pueden porque eso no es excusa para ti. Además, si todos los progresistas de este país estuviéramos haciendo eficazmente nuestro trabajo de implacable marcaje a todas las expresiones de las derechas, los ministros podrían ocuparse de las tareas de gestión del Gobierno más progresista de la humanidad. Pero no, estamos, ¡estás!, a por uvas.
Compañera, compañero, en las próximas semanas se van a celebrar tres importantes convocatorias electorales en este país. Son elecciones que pueden reforzar nuestra convicción plurinacional y, a la vez, dar el merecido respaldo al Gobierno más progresista de la historia. O también –si seguimos sin hacer nuestro trabajo- pueden poner en riesgo los innegables avances en derechos que tanto debemos al mandato de Pedro. Es evidente que necesitamos urgentemente una alerta antifascista; una alerta del riesgo de involución que la peor derecha puede traernos: primero a Euskadi, después a Catalunya y, finalmente, a la imagen que este país (plurinacional) puede dar en Europa.
Urge una alerta antifascista y no podemos dejar a Pedro –con la única compañía de José Luis- abandonado en la imprescindible tarea de difundir los terroríficos riesgos del derechismo que nos acecha. Te pido por favor que no caigas en el revisionismo que ha infectado a quienes fueron –y ya no son ni podrán volver a ser- ejemplares socialistas… empezando por FG, el innombrable. No leas los bulos e infundios con los que los medios de la derecha atacan a la primera dama de nuestro amado líder. No des pábulo a ninguna crítica. No desfallezcas en tu progresismo. Es tu responsabilidad.