Lucha contra el gasto disparado
«En España el déficit es gasto, no es inversión, y, por tanto, no es productivo. Es para poder tapar los agujeros de una economía que no tira»
Ilustración de Alejandra Svriz
Bruselas ha sido el último en criticar el gasto disparado y, permítanme, electoralista, de los gobiernos. Aunque quizá llega demasiado tarde. La crítica a la reforma de las pensiones del Gobierno de Sánchez es la última pieza de un tablero de ajedrez demasiado complicado para las finanzas públicas.
Tener que cuadrar todos los desmanes electorales se ha convertido en el principal problema de la economía. Con raíces en prácticamente todos los aspectos de la economía. Desde la deuda desbocada hasta una inflación galopante que viene empujada por un gasto fiscal que permite seguir gastando y gastando.
El FMI pronosticó esta semana que Estados Unidos tendrá en 2025 un déficit del 7,1%. Una auténtica salvajada, pero que tiene como contraparte que una parte muy importante de ese déficit es productivo. Es decir, lo van a invertir, no lo van a gastar. Que no es menor la diferencia. Viene para ayudar a transformar la economía y que podamos ver en las próximas décadas una economía más productiva, más tecnológica y con mayor capacidad para competir o liderar determinados sectores.
No nos sucede lo mismo en gran parte de Europa y más concretamente en España. Aquí el déficit es gasto, no es inversión, y, por tanto, no es productivo. Es para poder tapar los agujeros de una economía que no tira. Nos lo venda Sánchez como le diga Óscar que tenga que venderlo están los dos profundamente equivocados. Sacar más de los bolsillos de los ciudadanos para poder seguir adelante con una agenda de gasto desbocado y de desorden presupuestarios no es la solución. Lo único que le llega y le llegará al ciudadano es que es un fraude en toda regla. Como avanzar unos gastos que no podrás suplirlos en el futuro para poder conseguir unos votos en el presente.
«Lo que estamos volviendo a hacer es tirar el dinero. No invertirlo, sino gastarlo»
El problema es que han visto que Estados Unidos genera déficit y no se han parado a pensar qué déficit están generando. O directamente no saben. Mientras las cosas van bien, todo tranquilo, pero no se está aprovechando el momento económico para una reforma estructural de la economía. Lo que estamos volviendo a hacer es tirar el dinero. No invertirlo, sino gastarlo.
Y lo peor es que las generaciones futuras no se están dando cuenta de la tomadura de pelo astronómica que le están planteando. Gastar, gastar y gastar. Subir impuestos, subir impuestos y subir impuestos. Y si cae la recaudación por culpa de un momento económico peor ya no habrá margen de maniobra porque así somos en Europa y España. Sánchez es la mejor expresión del carpe diem.
Pero cuidado que los cuentos al final siempre acaban. Y no siempre bien.
