THE OBJECTIVE
Victoria Carvajal

La deuda de Draghi

«El liderazgo de Mario Draghi al frente del BCE salvó la unión monetaria, pero su éxito fue posible gracias a la intervención del jurista español Pedro Cruz Villalón»

Opinión
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La deuda de Draghi

El expresidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. | Europa Press

La unión monetaria podría haber saltado por los aires. Quién sabe si hubiéramos vuelto a una Europa a dos velocidades. El rencor, que se disparó durante la Gran Recesión por las políticas de austeridad, se hubiera probablemente instalado entre los 27 de forma definitiva. Y cualquier avance hacia la integración sería hoy casi impensable. El liderazgo de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo ayudó a evitar esos desastrosos escenarios. Galardonado hace dos semanas por el Rey Felipe VI con el Premio Europeo Carlos V, su actuación sorteó un tremendo escollo judicial gracias a la intervención del jurista español, Pedro Cruz Villalón, expresidente del Tribunal Constitucional español (1998-2001). 

Distinguido también hace días por Su Majestad con el Premio 15 de junio a los valores constitucionales, Cruz Villalón avaló como abogado general del Tribunal de Justicia de la UE la intervención de Draghi en los mercados en 2012, cuya legalidad el Tribunal Constitucional alemán cuestionaba. Y lo que es más importante aún: su fallo permitió allanar el camino para la adopción de nuevas medidas monetarias expansivas que han sido claves para superar las graves crisis que han golpeado a la eurozona desde la Gran Recesión. 

Primero fue su whatever it takes del 26 de julio de 2012. En septiembre de ese año fueron las operaciones monetarias de compraventa (OMT en sus siglas en inglés) las que permitieron al Banco Central Europeo adquirir en el mercado secundario de deuda bonos de aquellos países rescatados por la UE a los que exigía a cambio una serie de condiciones. Con ambas intervenciones, Draghi logró frenar en seco la peligrosa fragmentación de los tipos de interés entre los países periféricos y los del centro y norte de Europa que, durante ese convulso verano, con unas primas de riesgo disparadas, amenazaba con llevarse por delante la unión monetaria.  

El Tribunal Constitucional alemán cuestionó entonces la compatibilidad del programa OMT con el mandato del BCE. El banco central por su parte argumentó que el citado programa era el instrumento adecuado para afrontar una situación excepcional y que, a pesar de su carácter no convencional y de los riesgos que podía entrañar, su objetivo era recuperar la imprescindible capacidad del BCE para hacer uso eficaz de sus instrumentos de política monetaria. En juego estaba no sólo la legalidad de las operaciones de compraventa de bonos por parte de la autoridad monetaria europea, sino también su margen para adoptar nuevas medidas de estímulo en un momento de aún intensa debilidad económica de la eurozona. La intervención del jurista español, que la hizo casi íntegramente en alemán, permitió salvar ese gran escollo. Tras las conclusiones de Cruz Villalón, el TJUE en la sentencia Gauweiler dio la razón al BCE.

«Los estímulos monetarios finalmente dieron sus frutos y la UE logró salir de la espiral de crecimiento débil e inflación negativa»

De forma que en marzo de 2015 y durante casi cuatro años el BCE puso en marcha su propia expansión cuantitativa (Quantitive Easing en inglés) para, al igual que estaba haciendo con éxito la Reserva Federal estadounidense, comprar de forma masiva bonos y otros activos financieros a las entidades financieras con el objetivo de estimular el crédito. Junto con la bajada hasta tasas negativas de los tipos de interés, esta fue una intervención en la que la autoridad monetaria gastó casi tres billones de euros. Los estímulos monetarios finalmente dieron sus frutos y la UE logró salir de la espiral de crecimiento débil e inflación negativa que le amenazaba y recuperar una tasa sólida de crecimiento en 2018. Que se vio bruscamente interrumpida por los efectos de la pandemia un año y medio después. Fue entonces, con Christine Lagarde ya al frente, que el BCE activó el Asset Purchase Program (APP) para ayudar a la eurozona a salir más rápidamente del colapso económico provocado por el Covid. Sólo la crisis inflacionista provocada por la invasión rusa de Ucrania obligó a abortar el programa y empezar a subir los tipos de interés. 

La capacidad del BCE de adaptarse y responder a las sucesivas crisis que han azotado a la eurozona ha sido decisiva para evitar daños económicos y sociales mayores y quién sabe si incluso efectivamente hasta la ruptura del euro. El papel que ha jugado Mario Draghi, con su habilidad para estirar al máximo el ortodoxo mandato del BCE, ha sido también decisivo. Pero quién sabe si su whatever it takes (todo lo que haga falta) se podía haber quedado en whatever little they let me do (lo poco que me dejen hacer) de no haber sido por la intervención de Cruz Villalón. 

De forma que el catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad de Sevilla y la Autónoma de Madrid no sólo es uno de los constitucionalistas más representativos de una generación de grandes juristas españoles cuyo trabajo ha sido decisivo para la consolidación de nuestro Estado de derecho, sino que ha contribuido de forma decisiva al proceso de integración europea. Y en un contexto de permanente tensión entre los órganos judiciales supranacionales y los de los Estados soberanos, el mérito es aún mayor. Draghi tiene una deuda con él. Europa seguramente también.

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