The Objective
Esperanza Aguirre

Extremadura es el principio

«Las elecciones que se avecinan, Aragón, Castilla y León y Andalucía van a servir para que los ciudadanos rechacen la arrogancia de Sánchez y su deriva totalitaria»

Opinión
Extremadura es el principio

Ilustración de Alejandra Svriz.

Hay quien piensa que María Guardiola se ha equivocado al convocar anticipadamente unas elecciones en Extremadura para conseguir una mayoría absoluta, y no haberlo logrado. Esos son los que se fijan únicamente en el significado regional que tenían los comicios del domingo pasado. Sin embargo, esta convocatoria, además de servir para determinar quién y cómo debe gobernar esa región, estaba llena de contenidos que desbordaban su carácter meramente extremeño. Gracias a estas elecciones, hemos conocido de manera fehaciente lo que piensan los ciudadanos de esa región, tradicionalmente de izquierdas, de muchas cosas de lo que está pasando en toda España y de lo que preocupa a los españoles.

El pueblo español llevaba dos años y medio sin hablar. La última vez que habló fue en el tristísimo 23-J. Entonces dijo que su opción preferida era la del PP, y que Sánchez, a pesar de que se presentaba como opuesto al independentismo catalán y al filoterrorismo etarra, se tenía que ir a la oposición. Pero Sánchez, fiel a su condición de mentiroso compulsivo, la misma noche electoral brincaba en Ferraz junto a su mujer y a Santos Cerdán, al grito de «somos más», haciendo suyas las propuestas, los objetivos y los métodos de aquellos con lo que había jurado que nunca gobernaría.

El resultado es que España, desde entonces, está gobernada por una coalición, que aparentemente es la del sanchismo (corrupción e hipocresía feminista) con el comunismo bolivariano (wokismo y chavismo), pero que, a la hora de la verdad, es la que forman Otegi y Puigdemont. Por mucho que Sánchez, malabarista de las mentiras, y sus innumerables medios afines lo intenten disimular, cada vez son más los españoles que saben que quien gobierna en España son los sucesores de los asesinos de ETA y los golpistas catalanes, comprometidos sin complejos en la destrucción de España.

Que cada vez eran más los españoles que se habían dado cuenta de las trampas de la banda de Sánchez lo notábamos los que andamos por la calle y hablamos con la gente, pero no había ocasión para que, de manera clara, lo dijeran los ciudadanos en las urnas, que es donde hay que decirlo.

Y el domingo, por fin, se dio la palabra a los ciudadanos. A los extremeños que, desde que hay democracia en España han sido los más fieles votantes del PSOE y de la izquierda en general. Sólo una vez de las 11 en que habían ido a las urnas dieron más votos al PP que a los socialistas, en 2011, pero, incluso entonces, Izquierda Unida y el PSOE tuvieron más votos que los populares.

«Los extremeños han hablado. Y lo han hecho con una claridad meridiana: el 60% han votado a la derecha y sólo el 36% a la izquierda»

Los extremeños han hablado. Y lo han hecho con una claridad meridiana: el 60% han votado a la derecha y sólo el 36% a la izquierda. El PSOE, que nunca había bajado del 39% y que siete veces de las 11 que han votado en Extremadura había tenido más del 45%, ahora se ha quedado en el 25%. Si me apuran, diré que me escandaliza que todavía haya habido 136.000 extremeños que se han atrevido a votar a un partido que gobierna para la coalición Otegi-Puigdemont, que privilegia a Cataluña, contra el resto de comunidades españolas (el dinero que no hay para el AVE de Extremadura se emplea a raudales para las cercanías de Cataluña), que está hasta las orejas de casos de corrupción y que es un nido de hipócritas y falsos feministas.

La designación del candidato, hecha directamente por Sánchez, un personaje imputado en el caso de su hermano, cuyo único objetivo era ser diputado autonómico para evitar a la jueza Biedma, ya era desde el principio un disparate.

Y la arrogancia con que predica los dogmas del wokismo, entre los que está el acabar con la energía nuclear, aunque eso sea para Extremadura cerrar Almaraz, su principal fuente de riqueza, otro disparate.

«La claridad con que han rechazado el sanchismo y la arrogancia del autócrata es muy sintomática»

Y si hablamos de arrogancia, tuvo la cara dura de decir que menos mal que está él para luchar contra la corrupción y para defender a las mujeres de agresores.

Hay que agradecer a Guardiola que haya dado la voz a los ciudadanos. Es verdad que el censo electoral de Extremadura es de unos 900.000 ciudadanos y el del conjunto de España es de 38 millones, pero la claridad con que han rechazado el sanchismo y la arrogancia del autócrata es muy sintomática. Y no es muy aventurado prever que las elecciones que se avecinan, Aragón, Castilla y León y Andalucía van a servir para que los ciudadanos rechacen de plano, como han hecho los extremeños, la arrogancia de Sánchez y la deriva totalitaria que él lidera junto a todos los que quieren acabar con nuestra patria.

Y quizás, aunque esto pueda parecer demasiado optimista, para que en el PSOE surjan, por fin, algunas voces que recuerden cómo y con quién Sánchez se hizo con la Secretaría General para sumergirse en un mar de corrupción, e inicien una rebelión interna.

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