
O todas putas o todas decentes
Tengo una amiga guionista que usa muchos dichos pegadizos, castizos, que a veces sobrepasan lo políticamente correcto. Yo creo que se los ha pegado su marido

Tengo una amiga guionista que usa muchos dichos pegadizos, castizos, que a veces sobrepasan lo políticamente correcto. Yo creo que se los ha pegado su marido

Invierno de 1939. Una muchedumbre deshauciada y macilenta huye por fríos pasos de montaña de una guerra que ha perdido

Tengo por vicio pincharme por las mañanas las inenarrables tertulias de RAC1. Me gusta que el día no me pille con la guardia baja ni sin una carcajada a flor de labios. Sin ir más lejos, la señora Pilar Rahola esta mañana ha afirmado sin despeinarse la permanente que El acorazado Potemkin le parecía un insufrible coñazo. Sin empacho y desatada, ha recordado que la vio en sus años de estudiante con rebaba intelectual en el desaparecido y añorado cine Capsa, y que además tuvo que tragársela en ruso.

Tú que prefieres la foto a leer un texto entero, que respondes al instante cualquier notificación, que ves la serie el día de su estreno y haces la compra por internet, ¿vas a decidir tu voto? Si la respuesta es afirmativa, ¿votarás basándote en tus ideas? ¿Estás dispuesto a cambiarlas según lo que escuches, veas y leas en campaña electoral? La cultura de la inmediatez también afecta a la política, dejando a líderes y partidos sin ideas ni capacidad de reflexión y rezando porque su gracia sea la más viral en redes sociales. Todo queda reducido al estímulo visual. ¿Tenemos lo que nos merecemos?

El 14 de abril de 1933, día de viernes santo, Kelsen estaba desayunando con su esposa, Margarette, en su domicilio de Colonia. Fue ella quien le avisó de que salía en el periódico: en aplicación de la Ley de Restauración de la Administración, el insigne catedrático era expulsado de la Universidad por su condición de judío. El decano de la Facultad de Derecho, Hans Niperday, elevó una carta al ministro prusiano de ciencia para que reconsiderara la decisión y aceptara de nuevo al profesor de Viena, que además se había nacionalizado alemán. Todo el claustro apoyó con su firma la carta, excepto Carl Schmitt, que por aquel entonces había recalado en Colonia pese a los reparos de Adenauer, alcalde de la ciudad.

Desde que en febrero de 2001 se presentase por primera vez la secuencia del genoma humano el desarrollo tecnológico ha allanado el camino al descubrimiento de herramientas terapéuticas basadas en la predicción genética.

En los días pasados ha tenido lugar en Roma una cumbre de presidentes de conferencias episcopales, para abordar la lucha contra los abusos a menores. Al menos desde hace unos quince años, parte del diagnóstico y de las soluciones son evidentes. Otra cosa es que se actúe en consecuencia, y que cambie la cultura dentro de la Iglesia, especialmente en los países con menos recursos y de culturas menos favorables al rigor institucional.

Lo conocí por medio de otro amigo poeta. Mediante un correo electrónico. Le enviaba yo un manuscrito raro, heterodoxo, una miniatura que había sido rechazada por un par de editoriales de las grandes. En otra, la tercera, se me exigía dinero.

Una de las cosas buenas de todos estos años ha sido el comprobar no sólo la legitimidad sino la altura moral de creernos un verdadero proyecto común.