
Ginny y Martha
Virginia Cowles llegó a Madrid en 1937, una semana después de la batalla de Guadalajara, con tres vestidos de lana y una chaqueta de pieles en la maleta.

Virginia Cowles llegó a Madrid en 1937, una semana después de la batalla de Guadalajara, con tres vestidos de lana y una chaqueta de pieles en la maleta.

La Unión Europea saca músculo. Puede que su popularidad se haya deteriorado por la gestión de la reciente Gran Recesión pero no su determinación a ejercer su autoridad.

Me preguntaba, siendo adolescente, si con el paso del tiempo mi afición al otoño se disiparía. Ignoro el motivo, pero el otoño es mi estación preferida. Las gotas de lluvia en las ventanas, la hojarasca tapizando las calles, menos abarrotadas, el humo del café o el cigarrillo entre las manos frías, y esas mismas ventanas donde se estrella la lluvia encendidas en mitad de la noche igual que lámparas chinas, tan ambarinas, como en los cuentos de Dickens. Los árboles transformados en antorchas y las primeras nieves sobre Granada. Las nubes, las preciosas nubes. Atravesar una calle sin gente aspirando la humedad o mirar embobado una lluvia o fumar mientras se lee con una estufa cerca de las piernas son actos que me devuelven al paraíso.

Uno de los programas culturales más exitosos de nuestro tiempo (y entiéndase ‘programa’ en el sentido en que lo pueda ser la corrección política) fue el que promovieron a principios de los noventa Manuel Vázquez, Javier Marías, Santiago Segurola y Jorge Valdano. Hablo, claro está, de la imbricación del fútbol y la vida, que podríamos definir como la fijación del cauce expresivo que liberó al juego de su servidumbre semántica para presentarlo tal cual era: un fenómeno asombroso.

La lista de escritores que han encontrado en el fútbol un asunto digno de interés literario es considerable y sobre todo variopinta. En los papeles y fuera de ellos. Puede que Camus tuviera razón con la declaración citadísima del fútbol, la moral y la vida pero no me parece menos certero el juicio de Borges según el cual veintidós tíos en calzón corto persiguiendo una pelota nada tiene de hermoso.

José Luis Roig afirma que España es un país tan divertido y tan poco normal que los políticos como Pablo Iglesias se reúnen en las cárceles para hablar de sus asuntos partidistas… y un par de cosas más.

He ido por fin a Mallorca. Había pospuesto el viaje quince, veinte años, porque todo lo cercano se pospone, pero al final un regalo de Aurora me ha llevado a la isla.

Jean-Denis Bredin pronunció un notable discurso en la Académie française el 4 de diciembre de 1997 en el que se imaginaba que “una mujer, muy joven, muy hermosa, vestida solamente con un largo velo” se dirigía a los miembros de esta venerable institución con un aspecto tan radiante que los académicos, al completo, se ponían de pie para escucharla.

Pues sí, han salido las clásicas estadísticas del ministerio de Cultura que nadie lee sobre la edición de libros y parece que la noticia es clara: el libro de papel todavía no ha muerto. Los augurios que desde hace décadas vaticinan que el lector abandonará el papel en favor de la pantalla electrónica siguen manchándose de barro las perneras. De hecho, según este estudio la producción de libros físicos ha subido un 1.2 %, dato que no debería corresponder a un soporte que según todos los gurús se hunde sin remedio.