
Fue un asesinato cualquiera
Una chica cualquiera camina un día cualquiera por un lugar cualquiera cuando se cruza un tipo en su vida para sesgarla con las manos.

Una chica cualquiera camina un día cualquiera por un lugar cualquiera cuando se cruza un tipo en su vida para sesgarla con las manos.

José Luis Roig comparte con The Objective tres cosas sobre el que es en su opinión “el político más desastroso de todos los tiempos”: Artur Más.

Pasó algo precioso el otro día, con Pessoa. Me dio por poner en Twitter la siguiente encuesta: “Sobre esta frase que circula de Oscar Wilde: ‘Sé tú mismo. Los demás puestos ya están ocupados’. ¿Qué creen que diría Fernando Pessoa? ‘Mi propio puesto está…’”. Ofrecía dos opciones: “vacante” y “superpoblado”. Lo precioso fue que casi empatan las dos. Se mantuvieron durante muchas horas al 50%, y al final ganó “vacante” con un 52%.

Porque los pobres nos recuerdan a qué estamos llamados. Nos asusta la pobreza porque nos llama a gritos. Es pánico.

¿Cuánto se tardará en programar seres humanos más inteligentes, o geniales, mediante la selección y manipulación genética? Esa es una de las revoluciones del futuro inmediato llamadas a cambiar la naturaleza del ser humano. Yo creo que todo lo que se puede hacer, se hace, y por consiguiente también aquí se trabajará y se obtendrán, a no mucho tardar, resultados extremados y polémicos.

Dionisio, hijo de Zeus, es el dios de la embriaguez, pero es también el dios de la vida inconsciente, con lo que es el nexo entre este mundo y otro cubierto por el misterio. Él simbolizaba la regeneración, y también la fertilidad. Se le veneraba en rituales (orgeia) secretos, en los que se bailaba y bebía vino para entrar en trance (enthusiasmus), y realizar en común todo tipo de acto sexual. Nietzche explica, en El origen de la comedia, que la práctica de los ritos en torno al dios (o diosa) griego lleva a quienes participan en ella al olvido de este mundo y la pérdida de conciencia de uno mismo. Durante el rito desaparecen las personas, es decir, los papeles que cada uno juega en sociedad, desaparecen las normas, y se vuelve a una vida animal. Las bacanales eran focos de conspiración para el crimen o para la política (una rama más ordenada del crimen), por lo que fueron prohibidos por el Senado romano, salvo autorización expresa.

A pesar de todos mis esfuerzos, regreso a España sin una copia de Fire and Fury. Tal ha sido la conmoción en Estados Unidos que ya no quedan ni en Amazon. Y se entiende: el libro revelación de los primeros meses de la más histriónica de las presidencias norteamericanas, la del chabacano hombre de tabloides y reality shows que es Donald Trump (quien por cierto ha sido, quizás adrede, el principal promotor de la fiebre) con su destape de conspiraciones, secretos a tras-cámara, chismes del aposento conyugal presidencial, promete un schadenfreude de mucho cuidado y el record mundial de trapos sucios limpiados fuera de casa.

Bannon es una de las principales fuentes de este libro tan polémico y alarmante. En su arranque, con la eficiencia de un buen reportero, el autor describe una cena entre amigos en Greenwich Village. Hace sólo un año.

Cuando cada año llegan los Reyes por estas fechas, suelo recordar unas palabras de Chesterton: «En los cuentos de hadas, el universo se vuelve loco, pero el héroe no».