Moltes gràcies
Enrique García-Máiquez

Moltes gràcies

La idea de este artículo no es original. Incluso me copio a mí mismo, que ya es el colmo, pues ya hice dos acciones de gracias al nacionalismo catalán, una por su tozudez, y otra, aquí mismo, por la maravillosa pax catalana que reina en los chats familiares del resto de España. Muchos otros colegas han escrito artículos de gratitud al independentismo por esto o por aquello. Yo no vengo aquí, pues, a ser rompedor, sino sistemático y meticuloso. A poner mis agradecimientos en fila y numerados ahora que se avecina un cambio de tercio. También a cumplir religiosamente con una españolísima ley, que recordaba en otro artículo de gratitud el filósofo Ruiz Zamora: “Es de bien nacidos el ser agradecidos”.

Pisito franco
José María Albert de Paco

Pisito franco

La cinematografía sobre ETA, excepción hecha de la imponente obra de Iñaki Arteta, es la historia de un fracaso. En el apartado de ficción, apenas merecen tenerse en consideración El pico y La muerte de Mikel. El resto han sido aproximaciones propagandísticas de valor catártico (Operación Ogro, La fuga de Segovia, El proceso de Burgos); rarezas del calibre de Comando Txikia, un infame docudrama a mayor gloria del almirante Carrero (puro cine de barrio de los años setenta).

Los pequeños amores y el “procés”
Juan Claudio de Ramón

Los pequeños amores y el “procés”

El periodista barcelonés Pablo Mediavilla Costa publicó el otro día en twitter, a cuenta del proceso independentista catalán, algo que me pareció triste y emotivo: «Afortunados los que no habéis tenido que presenciar la caída en este delirio de una persona querida (y perdida)». Todas las palabras son las precisas: caída, delirio, querida, perdida.

Quiero tartas
Lea Vélez

Quiero tartas

“Quien parte y reparte, se lleva la mejor parte.” Esto lo decía mi madre, con un guiño, al cortar una tarta. Cuando se habla de igualdad entre hombres y mujeres en el mundo de las letras, siempre pienso en esto, y mi mente desbarra hasta imaginar a la mujer que dio a conocer al mundo las tartas gráficas: Florence Nightingale, pues solo a una mujer podía ocurrírsele la ideaza de dibujar en gajos de la tarta los porcentajes de una encuesta, de un estudio o de un muestreo, para que sus teorías sean comprendidas de un golpe de vista por los golosos varones. Florence, enfermera y genia, quiso introducir en 1885 las normas de higiene en los hospitales, al ver que los soldados de Crimea caían como chinches a causa de la disentería y apenas morían por culpa de un balazo. Para demostrar sus observaciones ante los incrédulos varones del ministerio de la guerra, se inventó esto de las tartas y las porciones y la imagen tan brutal que vieron los convenció, pues ya sabemos lo de las mil palabras inútiles ante una imagen demoledora. Los hospitales comenzaron a poner azulejos en las paredes, a limpiar, a usar lejía para los suelos. Las sábanas se lavaron con alegría, las aguas fecales se separaron de las trincheras y la mortalidad cayó drásticamente.

Dictaduras blancas
Jordi Bernal

Dictaduras blancas

Lo contó el propio Ivan Tubau en el Mundo (10/05/2010). La entrevista tenía que salir en la jugosa “Penthouse” pero ya en talleres fue “levantada”. Finalmente apareció en Diario 16 el 15 de agosto de 1982. En ella, el presidente Tarradellas (creo que por primera vez en letra impresa) utilizaba el preciso sintagma “dictadura blanca” para referirse al por entonces bisoño pero apuntando ya maneras gobierno de Jordi Pujol. La clarividencia del viejo político:

Federico Luppi: por qué amamos a éste (y otros) cabrones
Lorena G. Maldonado

Federico Luppi: por qué amamos a éste (y otros) cabrones

El viernes estaba en redacción y pensaba que la vida es una mierda: qué se puede esperar de un mundo en el que los sobres contra el resfriado saben a coca-cola (eso tan de capitalismo triste, de hedonismo amargo), joder que me estoy muriendo, cread medicinas que no parezcan cubatas, y qué frío, que diluvie ya o pase algo, y encima se muere Federico Luppi, qué tarde he nacido para tantas cosas que hubiese amado, como charlar con él en un bar de Madrid sobre que el futuro es un cachondeo, no más que una trampa del sistema para que agachemos la cabeza y nos convirtamos en esclavos.

La cara del terror
Jaime G. Mora

La cara del terror

David Foster Wallace empezó a llevar su característica bandana en el pelo cuando se marchó a estudiar a Tucson, Arizona. El calor le hacía sudar tanto que las gotas manchaban las páginas de lo que escribía o leía. Ese trozo de tela lo evitaba. “Luego se convirtió en una gran ayuda en el 87 en Yaddo, porque las gotas caían en la máquina de escribir, y me preocupaba la posibilidad de electrocutarme”. 

La mentira de la transversalidad anti-española
Andrea Mármol

La mentira de la transversalidad anti-española

Durante el ya completamente iliberal procés, la estrategia del independentismo se ha basado en apropiarse de la bandera de la democracia cada vez que, en un baño de realidad, los moradores de la Generalitat han reparado en que sus planes de separación no son respaldados por una mayoría de ciudadanos de Cataluña.