¿Y si Patxi sí es el tapado?
Teodoro León Gross

¿Y si Patxi sí es el tapado?

Con los debates del PSOE sucede aquello de Mark Twain en el calendario de Wilson al visitar la Ciudad Eterna: “El primer día en Roma, lamentas que Miguel Ángel muriera joven. Al tercer día allí, lamentas que no muriera antes”. Hasta ahora lamentábamos que no hubiera más debates; ahora celebramos que no haya ninguno más. Uno ya ha sido, como dice el maestro Alcántara sobre el dry-martini, un poco demasiado.

Memento mori 2.0
Enrique García-Máiquez

Memento mori 2.0

Si William Blades hubiese vivido en el siglo XXI en vez de en el XIX, habría incluido en su exhaustivo catálogo de Los enemigos de los libros a los virus informáticos. Junto al fuego, al agua, al gas, a los sirvientes, a los niños, a la cucaracha rubia y a los biblioclastas, habría añadido, además de los biblioplastas -que merecen otro artículo-, los problemas informáticos, capaces de bloquear en un segundo bibliotecas inmensas de libros electrónicos y de perder, lo que es peor por lo que tienen de únicos, libros inéditos o en avanzado proceso de escritura.

Contra el chotis
José Antonio Montano

Contra el chotis

Amo Madrid, la ciudad más vivible de España, quizá la única ciudad vivible de España. La ciudad a la que todos los españoles no madrileños huimos, o tenemos la posibilidad de huir, desde nuestras ciudades, desde nuestras regiones.

De Fátima a Eurovisión
Ignacio Vidal-Folch

De Fátima a Eurovisión

El centenario de las supuestas apariciones de la Virgen en Fátima a unos niños pastores con los que conversó varias veces, y a los que reveló unos cuantos secretos de vital trascendencia, se ha celebrado en Portugal con un gran despliegue informativo. Medio millón de peregrinos han acudido a Fátima, entre ellos el Papa, que ha canonizado a dos de los tres pastorcillos visionarios y que en su oración en la “Capillita de las apariciones” le ha prometido a la Virgen que “recorreremos todas las rutas, seremos peregrinos de todos los caminos, derribaremos todos los muros y venceremos todas las fronteras, revelando así la justicia y la paz de Dios.”

¿Por qué Rajoy?
Ferran Caballero

¿Por qué Rajoy?

¿Rajoy o Rivera? Rajoy, incluso por sus defectos. Cuando se trata de definir sus cualidades, pocos políticos como el Presidente Rajoy generan tanto consenso entre críticos y aduladores. Y bien está, porque en nadie como en los políticos se ve tan claro que las virtudes que uno tiene suelen ser indiscernibles de sus defectos.

Citoyens
Jordi Bernal

Citoyens

“Francia ha escogido a #MacronPresident, 39 años, liberal, progresista, europeísta y con la voluntad de unir a los franceses. Félicitations”. Así celebraba Albert Rivera en twitter la victoria de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales de Francia. Unos días después el político catalán escribiría un artículo en El País desarrollando su entusiasmo por la elección de Macron y por lo que esto suponía para afianzar el cambio en los usos y costumbres políticos. Era evidente que Rivera elogiaba al francés mientras se miraba en el espejo. En cualquier caso, no parecían descabellados ni febriles los argumentos a favor de una higienización del ecosistema partidista alejados de los mamporros dialécticos del podemismo falaz.

Levantar a un muerto
José Carlos Rodríguez

Levantar a un muerto

Entre los poderes del Congreso de los Diputados está la facultad de levantar a un muerto. O, por ser más precisos, de pedirle al Gobierno que lo haga. El muerto, que es el general Francisco Franco, lleva 42 años de purgatorio en la vida política nacional. Es lo menos que le corresponde, después de haber ejercido como dictador durante 39 años. Pero la purga debe ser exclusivamente histórica. Franco basó su poder en su persona, por lo que políticamente está tan muerto como lo están sus restos.

Basta ya de remakes
Jesús Terrés

Basta ya de remakes

Tras un remake casi siempre se esconde un velado chantaje. En realidad es (casi) la única razón por la el rebaño acude (acudimos) en masa a la cola de los Renoir cada jueves por la noche —como mártires en procesión, con los cirios de nuestra culpa en todo lo alto. Un paso tras otro.