Estados Unidos y China se imponen nuevos aranceles del 25% a la importación de productos

Estados Unidos y China se han aplicado nuevos aranceles mutuos en un 25% contra las importaciones de productos por un valor de 16.000 millones de dólares. Las aduanas de Estados Unidos han comenzado oficialmente a imponer estos gravámenes la madrugada de este jueves a un total de 279 productos chinos, como ciertos tipos de aceites lubricantes, tubos de plástico flexibles y motores de aires acondicionados, entre otros.

China ha respondido rápidamente a las medidas adoptadas por Estados Unidos, que gravó en un 25% a los bienes chinos con valor de 50.000 millones de dólares durante la primera ronda de aranceles adicionales a este país, y ha contraatacado con las mismas sanciones un minuto después de la aplicación de los nuevos gravámenes estadounidenses, según la agencia de noticias china Xinhua.

La escalada de tensiones se ha producido en un contexto de negociaciones entre Washington y Pekín para afrontar la guerra comercial. Estas reuniones bilaterales comenzaron el pasado miércoles tras las últimas negociaciones del pasado junio. El Gobierno chino ha comunicado su «firme» oposición a los nuevos aranceles aplicados por Washington, según un comunicado del ministerio chino de Comercio. Las autoridades chinas, que ya presentaron el pasado julio ante las Organización Mundial del Comercio (OMC) varias quejas contra las medidas proteccionistas de Trump, han insistido este jueves en su intención de «salvaguardar el libre comercio y los mecanismos multilaterales, así como sus derechos e intereses legítimos».

Por su parte, el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, ha manifestado que China «no será capaz de continuar con las represalias al mismo ritmo que Estados Unidos», según informa AFP. «Naturalmente, ellos responderán, pero a día de hoy nosotros tenemos más balas que ellos. Ellos lo saben», ha apuntado Ross en la cadena CNBC. «Tenemos una economía mucho más fuerte que ellos. Y eso también lo saben», ha agregado.

Trump amenaza con más sanciones

Donald Trump, que ha acusado a Pekín de llevar a cabo prácticas comerciales desleales, ha anunciado que piensa aplicar aranceles del 25% a productos importados de China por valor de 200.000 millones y también en un 25% a los coches importados para proteger la producción doméstica. Washington discutirá este asunto esta misma semana con representantes de las empresas estadounidenses afectadas. La Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR) encargada de imponer estas sanciones comerciales está analizando la propuesta de Trump de duplicar esta última ronda de aranceles y hará pública su decisión en las próximas semanas, según informa Efe.

Las conversaciones entre los dos países proseguirán este jueves, pero Trump ha comentado «que no espera nada de ellas«. «Somos un país que ha sido explotado por cualquiera y no lo vamos a volver a permitir», ha declarado. La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, ha señalado que el objetivo es alcanzar «mejores acuerdos comerciales para Estados Unidos». «El presidente quiere un comercio libre, justo y más recíproco con otros países, especialmente con China», ha añadido.

La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos no ha conseguido el principal objetivo marcado por Donald Trump, esto es, la reducción del déficit comercial con China. El Gobierno estadounidense ha calculado que en la primera mitad de 2018 el desequilibrio en el intercambio comercial bilateral a favor de Pekín aumentó en un 8,3%, después de que en 2017 alcanzase el récord de 375.000 millones de dólares.

Miles de grandes y pequeñas empresas estadounidenses han reclamado a Trump que reconsidere su política comercial porque consideran que les perjudica. Washington se ha visto forzado a anunciar un programa de ayuda de 12.000 millones para aquellos productores agrícolas perjudicados por los aranceles impuestos a China y a otros países. Un documento de la Reserva Federal divulgado el pasado miércoles ha revelado que esta entidad considera que las disputas comerciales implican «trascendentales» riesgos para la economía.