El ministro neozelandés de Salud, David Clark, ha dimitido tras vivir en el ojo del huracán desde que el pasado abril se saltara el confinamiento por la COVID-19, a pesar de su exitosa gestión contra la pandemia. «Desafortunadamente, seguía siendo una distracción a nuestra respuesta (contra el virus) y era algo que no se podía mantener», ha recalcado la primera ministra, Jacinda Ardern.
En contexto: Clark, que reconoce haberse saltado el confinamiento en dos ocasiones, y se sospecha que una tercera, ya había presentado su dimisión hace tres meses tras reconocer públicamente una salida familiar a 20 kilómetros de su hogar el 7 de abril para visitar una playa.
Sin embargo, en ese momento, cuando se combatía la etapa más crítica de la pandemia, la primera ministra rechazó la dimisión de Clark para proseguir con la lucha. El ministro, que durante el confinamiento también admitió haber dado un paseo en bicicleta y al que se le acusa de haberse mudado de casa durante las semanas de alerta máxima, será reemplazado por Chris Hipkin, hasta ahora ministro de Educación.
Dicho esto, Nueva Zelanda ha sido aplaudido mundialmente por su pronta respuesta a la pandemia y registra actualmente solo 22 casos activos de la COVID-19, tras confirmar un total de 1.178 infectados, que incluyen a 22 fallecidos.