Algunos hosteleros amenazan con reabrir sus locales a partir del 16 de febrero ante la falta de ayudas públicas
La Generalidad Valenciana prorrogará hasta el 1 de marzo el cierre total de bares y restaurantes en la Comunidad, el de los comercios a las 18.00 horas en todo el territorio y el perimetraje de las grandes ciudades los fines de semana para intentar frenar el avance de la pandemia del coronavirus.
Así lo ha anunciado este jueves el president de la Generalidad, Ximo Puig, tras la reunión de la Mesa Interdepartamental para la Prevención y Actuación ante el COVID-19.
Puig ha señalado que son «decisiones difíciles» pero «no podemos relajarnos» porque «no sería responsable» y ha anunciado que se mantendrán las restricciones actuales hasta el 1 de marzo porque están dando «buenos resultados».
Gran esfuerzo de la sociedad
Ha destacado que «el gran esfuerzo» y «sacrificio» de la sociedad valenciana está permitiendo mejorar la situación de una forma «más rápida» de la que esperaban, pero ha advertido de que las cifras actuales no permiten ninguna relajación.
Ha destacado que la incidencia acumulada del COVID es de 777 casos por 100.000 habitantes, una cifra que se ha reducido significativamente en estos 15 días de restricciones, pero que aun está muy alejada del objetivo de 50 casos por cada 100.000 habitantes.
Además, ha señalado que la cantidad de muertos por COVID que cada día comunica la Consejería de Sanidad (106 este jueves) es «insoportable y un doloroso recordatorio de la magnitud de esta tragedia», por lo que ha afirmado que es momento de hacer «un esfuerzo suplementario y seguir esta inercia que salva la salud de los valencianos».
Medidas «muy difíciles de tomar»
El president ha asegurado que las restricciones durarán «solo el tiempo necesario, ni un día más», aunque ha indicado que en estos momentos no están para pensar en qué condiciones se pueden relajar las restricciones, pues no se trata de relajar sino de cumplir lo previsto por las autoridades sanitarias.
Ha dicho que le gustaría que en 15 días se pudiera hablar de relajar estas medidas porque, según ha dicho, «es muy difícil tomarlas», y porque es consciente de que afectan a nuestra vida cotidiana, a los derechos de las personas y generan situaciones injustas.
Lo que no habrá, según Puig, es «una desescalada rápida, inminente y sin prudencia», y por ello, ha recordado que desde la Generalitat se ha puesto en marcha en Plan Resistir para ayudar a los sectores más afectados por la crisis de la pandemia, cuyo malestar comprende.
La hostelería se rebela
Puig ha apelado al diálogo con el sector hostelero para superar esta crisis, y sobre aquellos que amenazan con reabrir sus locales a partir del 16 de febrero, ha pedido que atiendan las circunstancias y que no promuevan «una confrontación estéril».
«La restricciones son positivas pero entendemos que hay que contrarrestar las pérdidas de estas empresas, y por eso se ha hecho el Plan Resistir», y se hará un plan 2 si es necesario, que lo será», ha asegurado Puig, quien espera también ayudas directas por parte del Gobierno.
En este sentido, confía en que se imponga el diálogo y no sea necesaria «una cuestión de carácter disciplinario», pues, a su juicio, no deben producirse «atajos a la legalidad».