El ministro de Transportes fue el hombre de Moncloa a la hora de cerrar el acuerdo con Ciudadanos para sacar a López Miras de la Región
La moción de censura presentada por Ciudadanos y PSOE contra el todavía presidente murciano, el popular Fernando López Miras, se fraguó en secreto y al más alto nivel entre naranjas y socialistas.
La jugada, que este jueves desencadenó un adelanto electoral y dos mociones de censura en Madrid y otra cuestión de confianza en Castilla y León, fue negociada por uno de los hombres fuertes del presidente Sánchez, José Luis Ábalos. Por el lado naranja, el vicesecretario general de Ciudadanos, Carlos Cuadrado, mano derecha de Arrimadas. Ambos actuaron con la bendición de sus jefes de filas.
Según publica ‘El Mundo’, el asunto venía cocinándose desde hace un mes y las conversaciones se intensificaron el martes a última hora. A la mañana siguiente, se registró la moción.
La negociación, además, no solo contó con el visto bueno de los líderes de ambos partidos a nivel nacional, sino que se llevó con el máximo secretismo. Las cúpulas de ambas formaciones no estaban al tanto. Muestra de ello fue la denuncia publicada ayer por el líder de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, Toni Cantó, que escribió en su cuenta de Twitter que, «como gran parte de la ejecutiva, no era conocedor de esta decisión».
La operación empezó a gestarse cuando la cúpula de Ciudadanos en Murcia le transmitió a Arrimadas que la relación con el PP estaba rota. Con todo, siempre según ‘El Mundo’, el partido naranja no pretendía que su movimiento contra los populares tuviera consecuencias más allá de la Región de Murcia, tal y como acabó sucediendo.
