Brahim Ghali declarará ante la Audiencia Nacional por vía telemática
Según fuentes saharauis, Ghali declarará porque «respeta a la Justicia española» y quiere «desmontar la estrategia de Marruecos de criminalizar al líder del Frente Polisario»
Según fuentes saharauis, Ghali declarará porque «respeta a la Justicia española» y quiere «desmontar la estrategia de Marruecos de criminalizar al líder del Frente Polisario»
El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, internado en el Hospital San Pedro de Logroño, ha aceptado declarar ante la Audiencia Nacional de forma telemática, confirmaron fuentes saharauis.
Según estas, Ghali lo hará porque «respeta a la Justicia española y porque quiere desmontar la estrategia de Marruecos de criminalizar al líder del Frente Polisario», puesto que la querella ha sido «impulsada por Rabat para crear un conflicto a España y el Frente Polisario».
Ghali está citado el 1 de junio por una querella que interpuso el activista español de origen saharaui Fadel Mihdi Breica por delitos de lesa humanidad, detención ilegal y torturas cometidos supuestamente en 2019 en los campamentos polisarios de Tinduf (Argelia), y para notificarle además la reapertura de otra investigación contra él por presunto genocidio, impulsada por la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadeh) en 2008.
El líder del Frente Polisario rechazó firmar la citación del 1 de junio con relación a la querella del bloguero saharaui aduciendo que necesitaba «varios días» para decidir si lo hacía y que debía contactar «con la embajada argelina y con personas de su confianza».
El martes el juez Santiago Pedraz rechazó la petición de Asadeh de retirarle el pasaporte a Brahim Ghali al fin de asegurar su comparecencia como imputado el 1 de junio y evitar su huida.
El magistrado de la Audiencia Nacional adoptó la medida en una providencia, en la que reitera a la asociación Asadeh que no da lugar a «adoptar medida cautelar» contra Ghali.
La llegada del líder saharaui a España para recibir atención médica causó el malestar de Marruecos y una crisis diplomática entre ambos Gobiernos, agravada con la llegada masiva de entre 8.000 y 10.000 marroquíes a la ciudad española norteafricana de Ceuta a primeros de la semana pasada.