El expresidente francés Nicolas Sarkozy ha sido declarado este jueves culpable de financiación ilegal de su campaña de 2012, siete meses después de haber sido condenado por corrupción y tráfico de influencias.
El Tribunal ha considerado que el jefe del Estado francés se benefició entre 2007 y 2012 de un sistema de doble contabilidad puesto en macha para poder superar los límites de gasto impuestos por la ley francesa.
La condena de este jueves se produce en el llamado caso Bygmalion, que se sumergió en las cuentas de la campaña de la presidencial de 2012, que el entonces mandatario perdió contra el socialista François Hollande.
La presidenta del tribunal, Caroline Viguier, ha leído el fallo antes de pronunciar las penas contra el exjefe de Estado, que no ha acudido a la lectura del veredicto, y contra los otros 13 acusados. Al término del juicio celebrado en mayo y junio, la fiscalía había pedido un año de prisión, de los cuales seis meses de cumplimiento obligatorio, por esta campaña de «espectáculos a la estadounidense», en la que dejaba pasar los gastos sin preocuparse por ellos.
A diferencia de las otras 13 personas que se sientan en el banquillo, al exjefe de Estado conservador no se le acusaba del sistema de doble facturación puesto en marcha, sino de «financiación ilegal de campaña». En concreto, se gastó 42,8 millones de euros, casi el doble del límite legal.
«Es un cuento», aseguró Sarkozy durante el juicio. «Me gustaría que me expliquen en qué hice más campaña en 2012 que en 2007. ¡Es falso!», afirmó.
Este nuevo revés judicial se produce siete meses después de que Sarkozy fuera condenado en primera instancia a tres años de cárcel, dos de ellos exentos de cumplimiento y el otro en arresto domiciliario, por corrupción y tráfico de influencias.
El exmandatario conservador también tiene abiertos otros procesos. La justicia lo acusa de corrupción pasiva y asociación de malhechores, entre otros delitos, por la presunta financiación libia de su campaña de 2007 que lo llevó al Elíseo. La Fiscalía Nacional Financiera (PNF) lo investiga además por tráfico de influencias y blanqueo de un crimen o un delito, en relación con sus actividades de asesoramiento en Rusia.