El Gobierno militar de Birmania ha anunciado que liberará e indultará a 5.636 detenidos que participaron en las protestas tras el golpe de Estado que vivió el país en febrero. La fecha escogida será antes de el festival de las luces ‘Thadingyut’, uno de los más importantes del país y que conmemora tres episodios fundamentales de la vida de Buda.
La inestabilidad es uno de los principales problemas que arrastra Birmania desde hace años. El golpe promulgado por los militares es un episodio más de un Estado en una continua situación de conflicto interno. Tras levantamiento, los observatorios internacionales hablan de más de 1.100 civiles asesinados durante los actos de represión y más de 8.000 detenidos. La Asociación de Asistencia a los Presos Políticos (AAPP) denuncia que aún hay más de 7.000 civiles encarcelados de forma injusta.
Tras elecciones de 2020, donde el partido de la Liga Nacional por la Democracia logró vencer en el Congreso y en el Senado con más del 50% del apoyo, los militares del país denunciaron una situación de fraude y el día 1 de febrero tomaron el poder y derrocaron a la presidenta legítima, Aung San Suu Kyi. Una vez tomado el poder, los militares declararon el estado de excepción durante un año y nombraron a Min Aung Hlaing como presidente del Consejo Administrativo del Estado de Birmania, el órgano que dirige el país.
La decisión de los indultos y la liberación de presos llega tras un golpe internacional al Gobierno militar birmano tras haber sido excluidos de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que se celebrará a finales de mes. Los estados miembros han rechazado invitar al líder de la Junta en representación del país y desde el Gobierno paralelo, leal a la presidenta Aung San Suu Kyi, han agradecido un gesto que consideran «necesario» y han ofrecido la posibilidad de enviar un representante.
