Primera crisis para Albares: su 'número tres' pide el relevo por discrepancias
El secretario de Estado de la UE negocia con el ministro la salida a una embajada por divergencias sobre el rumbo de la política comunitaria de España
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afronta la primera crisis dentro de su departamento desde que asumió el cargo hace cinco meses. El secretario de Estado para la Unión Europea, el diplomático Juan González-Barba, le ha pedido el relevo por discrepancias entre ambos, según desvelan varias fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE. Un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID) prefirió no hacer comentarios y se limitó a subrayar que «se desconocían dichas diferencias». Por su parte, González-Barba guardó silencio a preguntas de este periódico.
González-Barba ha hablado con el ministro de su salida, que podría anunciarse en los próximos días o semanas al personal de la Secretaría de Estado para la UE. El Ministerio de Asuntos Exteriores está muy pendiente de las negociaciones sobre Gibraltar entre la Comisión Europea y el Reino Unido, que deberían concluir antes de que acabe el año. Bruselas consulta los avances con los Veintisiete y el país más interesado en cerrar un pacto es España, así que el relevo de González-Barba es un asunto delicado en estos momentos.
El ‘número tres’ de Exteriores fue el único alto cargo de la etapa de Arancha González Laya que Albares mantuvo en su puesto tras el relevo ministerial del pasado mes de julio. El secretario de Estado había tenido encontronazos con la anterior ministra, pero era una persona cercana al nuevo jefe de la diplomacia, de ahí que Albares apostase en aquel momento por la continuidad.
Sin embargo, los roces entre ambos se han ido incrementando con el paso de los meses, por lo que González-Barba le ha pedido al ministro que le releve de sus funciones y piense en él para un puesto de embajador justo ahora que se ha abierto una convocatoria de puestos en el exterior con una treintena de plazas en juego.
Las citadas fuentes subrayan que el secretario de Estado de la UE «no ha aguantado que no le dejen un mínimo de autonomía» en su departamento, un área de trabajo a la que Albares presta mucha atención tras sus puestos de director de política internacional en La Moncloa junto a Pedro Sánchez y luego de embajador en París.
González-Barba tenía «mucha ilusión» por estar al frente de la política comunitaria cuando empezase la Presidencia española de la UE el 1 de julio de 2023, según sus más allegados, pero ha tirado la toalla ante los problemas que ha tenido para imponer su criterio dentro del ministerio.
Giro con Kosovo
Por ejemplo, González-Barba reveló a finales de noviembre que España prepara un giro histórico en su posición sobre Kosovo con un anuncio que implicaría el primer reconocimiento de facto de este territorio balcánico desde su independencia unilateral de Serbia en 2008. En primer lugar, dejó claro en un coloquio del Real Instituto Elcano sobre los procesos de ampliación en los Balcanes que España no reconocerá diplomáticamente a Kosovo mientras no haya un acuerdo bilateral entre Pristina y Belgrado, pero por primera vez abrió la puerta a tener un gesto con las autoridades kosovares.
El ‘número tres’ de Exteriores hizo hincapié en que España quiere estar «más implicada» en la región y que esa estrategia quedaría coja si se sigue obviando «completamente» a Kosovo. «Tiene que haber un cierto acuerdo de compromiso y estamos revisando en estos momentos diferentes modalidades sin reconocer a Estados miembros», dijo refiriéndose a Kosovo y midiendo cada una de sus palabras ante un auditorio con diplomáticos y embajadores balcánicos.
González-Barba subrayó que esta decisión española «se tomará pronto y será anunciada», dando a entender que el paso diplomático es inminente. «Por supuesto, vamos a intentar cuadrar el círculo. Queremos que la decisión sea entendida por Serbia, nuestro socio principal en los Balcanes Occidentales», añadió a continuación a sabiendas de lo espinoso que es este asunto en Belgrado.
«Queremos contribuir a los esfuerzos de todos los Estados miembro y el enviado del alto representante -el exministro de Exteriores eslovaco, Miroslav Lajcak– para llegar a acuerdos entre Belgrado y Pristina, y esperamos que nuestro esfuerzo sea reconocido y apreciado por los restantes países balcánicos», concluyó.