Giro en la investigación de Pablo Sierra: la Policía baraja que desapareció tras un accidente

Giro en el caso de Pablo Sierra. La Policía Nacional baraja un posible accidente como razón de la desaparición del joven estudiante de 21 años, al que se le perdió el rastro hace casi dos semanas en el centro de Badajoz, según indican fuentes cercanas a la investigación a THE OBJECTIVE. Tal como afirmó hace unos días la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García, todas las líneas de búsqueda continúan abiertas, pero en este momento, indican las mismas fuentes, los investigadores se acercan más a la idea de que Pablo Sierra pudiera haber tenido algún percance en la madrugada del pasado 3 de diciembre, cuando diferentes testigos lo vieron por última vez.

Este martes, el Grupo Especial de Operaciones (GEO) se ha incorporado por primera vez a la investigación y ha rastreado de nuevo el río Guadiana en busca del joven desaparecido. Los agentes de este cuerpo especial han estado buscando en El Pico, la zona próxima a donde un militar encontró el móvil del extremeño, a tres kilómetros del último lugar donde se le vio y con restos de sangre, que aún están por determinar. En cualquier caso, el Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, encargado de las pesquisas, decretó el secreto de las actuaciones el pasado viernes 10 diciembre.

Lo llamativo del operativo de búsqueda de Pablo Sierra, oriundo de Zorita (Cáceres), es que no es la primera vez que los investigadores ponen el foco en esa parte del rio Guadiana. Durante tres días, las unidades de los bomberos de Badajoz y la Guardia Civil también acudieron allí para peinar la zona, sin éxito. Una búsqueda que terminó el 5 diciembre, pero que diez días después se ha reanudado de la mano de los buzos especializados de la Policía Nacional. La decisión de volver a la cuenca del río extremeño, según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, estaría relacionada con la principal hipótesis que manejan ahora los investigadores: que el joven pudo desaparecer tras un accidente en la zona del río.

Distintas hipótesis

Tras la desaparición del joven, el pasado 3 de diciembre, la primera posibilidad que barajó la Policía fue la de la marcha voluntaria. Una teoría que perdió peso conforme pasaron los días, a raíz de hallazgos policiales como el teléfono móvil con sangre o las declaraciones de testigos que le implicaban en una supuesta pelea, y que apuntaban a que terceras personas podían estar implicadas en su desaparición. Los investigadores, en cambio, ven este último supuesto cada vez más improbable.

Por un lado, distintos testigos aseguraron que vieron a Pablo Sierra en la madrugada del jueves al viernes en la calle Zurbarán, en Badajoz, desde donde se marchó para coger un autobús y volver a la residencia de Caja Badajoz, en la que vivía. Por otro, el dueño de un pub del centro de la capital pacense manifestó que el joven estuvo allí y abandonó el local a las 23:45. Poco antes, no obstante, añadió que tuvo un problema con otro joven en la puerta, pero que lo resolvió de forma amistosa. «Sus amigos se quedaron dentro», añadió antes de indicar que cuando se marchaba calle abajo, «tuvo un resbalón» en mitad de la calle, se levantó y siguió su camino.

El portavoz de la familia, Joaquin Amills, poco después, aportó más claridad sobre lo ocurrido en el establecimiento. Precisó que Pablo tropezó con otro chico, y eso hizo que se le cayera el teléfono móvil. «Inmediatamente, Pablo le dijo que no se preocupara, que le perdonara, que se hacía cargo de la reparación». Amills, en cambio, sí matizó que el desaparecido se fue del bar con un amigo, que lo acompañó un tramo de camino hasta que dijo que cogía un taxi.

Formulario web

Ese mismo viernes, según publicó Hoy, en torno a las 19:00 horas, en una zona de piedras situada junto al camino que rodea la zona conocida como el Pico, un miembro del Ejército escuchó sonar un teléfono y decidió acercarse. Era el dispositivo de Pablo Sierra y estaba manchado de sangre. Los amigos del joven dijeron después que tenían una aplicación que les permitía conocer la ubicación del terminal, pero que habían perdido la señal en la zona de la Puerta de Palmas.

Bomberos, Policía Nacional y servicios de emergencia rastrearon esa zona, una actuación que se repitió durante ese primer fin de semana y se prolongó hasta el martes 7 de diciembre. Desde entonces, el Juzgado de Instrucción número 3 centraliza la investigación, que llevan a cabo distintas brigadas la Jefatura Superior de Policía de Extremadura, apoyadas con medios de Madrid, que permiten en principio detectar el recorrido que pudo haber hecho el joven extremeño mientras estuvo con su móvil.

En paralelo al trabajo de los buzos de los GEO de la Policía, la difusión de la desaparición de Pablo se ha extendido a Portugal, donde la asociación Sos Desaparecidos ha lanzado carteles con los datos del joven traducidos al portugués. Y el Ministerio del Interior ha habilitado un formulario en su web para que se puedan dejar pistas sobre el caso del joven estudiante. Es un medio al que suelen recurrir la Policía cuando busca testimonios de personas que tienen miedo de declarar o evitan hacerlo por otras circunstancias.