Mañueco recibió un chivatazo de Cs alertando de que Igea preparaba una moción de censura
Fuentes de la comunidad adelantan a THE OBJECTIVE que la amenaza era «reiterada», lo cual provocó una «quiebra total de confianza»
«La amenaza era real y reiterada», explican fuentes del Gobierno de la Junta de Castilla y León sobre los planes del exvicepresidente de Ciudadanos, Francisco Igea, de presentar una moción de censura con el PSOE. Una iniciativa para derrocar al Gobierno del popular Alfonso Fernández-Mañueco y que no se limitaba a una mera sospecha, sino que estaba sustentada en las afirmaciones que el propio Igea había confesado en «ámbitos privados oficiales y no oficiales».
Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la situación de convulsión interna que se vivía en Ciudadanos por las encuestas que pronosticaban su extinción política y la fractura del grupo tras la presentación de la anterior moción de censura en marzo de 2021 -que provocó la salida de una de sus representantes al Grupo Mixto y la perdida de la mayoría absoluta-, es la que provocó el chivatazo de algunos miembros de Ciudadanos. Estos alertaron al Gobierno de Mañueco de la intención de Igea de presentar una moción de censura.
El primer aviso se produjo en septiembre y se reiteró en varias ocasiones motivando las conversaciones entre la presidencia de la Junta de Castilla y León y la dirección de Ciudadanos, al objeto de «informar» de sus planes y consultar si contaba con el respaldo de la líder del partido, Inés Arrimadas. Desde la cúpula de la formación naranja se le tranquilizó al respecto con el mensaje: «Ya sabes cómo es Igea». Y se dejó claro que la dirección naranja ni estaba detrás ni respaldaba las intenciones del vicepresidente de la Junta.
Pero las alarmas saltaron días después, cuando Igea acudió al plató de una televisión local en la que afirmó lo siguiente: «Ustedes han dicho: ‘No se puede presentar una moción de censura’. Falso. Sumen. Sí se puede. Yo podría haber presentado una moción… Podría haberlo hecho. Sí se puede». Y, efectivamente, las cuentas que tenían en el entorno de Mañueco eran las mismas que las de Igea: «Solo se necesitaban 13 firmas de quien no hubiera firmado antes», esto es, excluyendo a los 35 procuradores del PSOE que habían cometido el error de reunir, en la moción de marzo, todas las firmas del grupo parlamentario en bloque sin que fuera necesario. Y las cuentas para una nueva moción salían de diferentes formas: «11 de Ciudadanos, un tránsfuga, uno de Por Ávila, uno de UPL, dos de Podemos o incluso con Vox», explican estas fuentes.
«Quiebra total de confianza» desde septiembre
«Igea había manifestado su intención de presentarla de forma reiterada en privado», avisan las citadas fuentes sobre una moción de censura patrocinada por Cs. Es más, su afirmación pública en televisión supuso una «quiebra total de confianza» que provocó la ruptura de relaciones y conversaciones por parte de Mañueco, quien ya había tomado la decisión de que la convocatoria de elecciones era «inevitable» y la permanencia del Ejecutivo de coalición, «insostenible».
Solo así se entiende la frialdad de la conversación telefónica final entre Mañueco e Igea el pasado lunes para informarle de que acababan de ser cesados todos los consejeros de Ciudadanos, a lo que respondió el vicepresidente naranja: «Pues muchas gracias, Alfonso».
Desde septiembre hasta hoy, una pieza más inclinó la balanza: la constatación de que, según adelantó THE OBJECTIVE, PSOE y Ciudadanos apoyarían las enmiendas de la formación Por Ávila (XAV). En este contexto, fuentes de la Junta aseguran que se produjo una conversación del portavoz del PP con los representantes de la formación local, en la que estos aseguraron: «Ya está hablado con el vicepresidente Igea. Y si no lo apoyáis, tenemos los votos del PSOE y Ciudadanos».
Algo que fue recibido como una declaración de guerra en el equipo de Mañueco. La alternativa a la convocatoria era asumir que «éramos un Gobierno intervenido, sin capacidad de decisión sobre el Presupuesto», concluyen las citadas fuentes de la Junta castellano-leonesa.