Ciudadanos se salva de la desaparición con un escaño pero cae en la irrelevancia
Igea consigue el acta por Valladolid, pero pasará a la oposición. «Estamos en una situación muy peligrosa», advierte sobre el posible pacto entre PP y Vox
Ciudadanos ha esquivado la desaparición en Castilla y León al conseguir un escaño por Valladolid, el de su cabeza de cartel para el 13-F, Francisco Igea, pero deja de ser relevante en el tablero político de esta región ya que el Partido Popular y Vox alcanzan la mayoría absoluta.
La formación de Inés Arrimadas cayó a la séptima posición en las Cortes regionales cuando en 2019 era la tercera gracias a sus 12 procuradores, fruto de los 205.850 votos que supusieron el 14,9% de las papeletas. En esta ocasión, logró 54.100 votos, apenas el 4,5% de las papeletas escrutadas al 99,2%. Es decir, se dejó por el camino 150.000 apoyos. O, si se quiere, el 75% de los sufragios que recibió en las pasadas elecciones autonómicas.
El equipo de campaña del candidato naranja confiaba en lograr tres diputados y superar el listón del 5% de las papeletas en todo el territorio, lo que le hubiera dado derecho a tener grupo parlamentario propio en el Parlamento autonómico, pero el sueño se esfumó con los sondeos a pie de urna y el inicio del escrutinio.
Igea ya adelantó en la campaña que nunca apoyaría a Alfonso Fernández Mañueco como presidente, por lo que Ciudadanos pasará a la oposición. Su escaño tardó en llegar y solo apareció en el marcador cuando se llevaba el 34% del recuento en Valladolid y los nervios estaban a flor de piel. Los 18.700 votos en esta provincia (el 6,9%) se quedaron muy lejos de los 52.200 apoyos (17,6%) de 2019. Mientras, en Burgos y Palencia, los otros territorios donde Ciudadanos había depositado esperanzas en lograr también procuradores, no se acercaron a ese objetivo.
«Por primera vez la ultraderecha aspira a ocupar sillones de Gobierno en una comunidad que vio nacer y crecer la democracia en España»
Francisco Igea
Igea compareció visiblemente emocionado ante los medios para reconocer que Ciudadanos no tenía «nada que celebrar» en estos comicios, si bien quiso dar las gracias a todo su equipo de campaña. «Hoy no tenemos nada que hacer, nada que celebrar. Esta comunidad y este país hoy no tiene nada que celebrar, vivimos en una situación fragmentada, polarizada en la que esta comunidad ha sido sometida a unas elecciones completamente innecesarias, absurdas, estúpidas», ha advertido el hasta hace poco vicepresidente.
En su opinión, la gobernabilidad en Castilla y León se torna «difícil y complicada», por lo que ha pedido a PP y PSOE que se sienten y «reflexionen» lejos de su «ambición personal» para pensar «en grande» sin caer en la polarización y las «trincheras» que, a su juicio, representa Vox.
«Por primera vez la ultraderecha aspira a ocupar sillones de Gobierno en una comunidad que vio nacer y crecer la democracia en España», lamentó Igea tras recordar que los comicios del 13-F tenían dos objetivos por parte de Mañueco: lograr la mayoría absoluta y echar a Ciudadanos de las Cortes, pero ambos escenarios no se cumplieron.
Ciudadanos ve una situación «muy peligrosa»
«Este país no puede continuar deslizándose por esa polarización, frentismo, trinchera. Estamos en una situación muy peligrosa, lo hemos visto, les hemos oído. Quiero recordar palabras PP, dijeron que no negociarían nunca un Gobierno con Vox, si esto es todo lo que tiene que ofrecer el PP a los españoles, apañados estamos», criticó el cabeza de cartel naranja.
Igea ironizó con la realidad de que, al haber logrado escaño, no tuvo que dimitir en la noche electoral. En este sentido, se comprometió a seguir trabajando en el Parlamento por los ideales de su partido e hizo hincapié en la necesidad de que la región tenga «estabilidad» política. Antes de abandonar la sede de Cs, hizo una encendida defensa -«hoy más que nunca»- del liderazgo de Arrimadas: «Mi presidenta, mi compañera y mi amiga», sentenció.