Igea no se quita la bata: compaginará su trabajo en el hospital con el acta de procurador

El único procurador de Ciudadanos en Castilla y León, Francisco Igea, va a seguir trabajando como médico especialista en el aparato digestivo en el Hospital Río Carrión de Palencia, así que compaginará su empleo en la Sanidad pública con la presencia parlamentaria en las Cortes regionales de Valladolid.

A Igea le hubiera gustado dedicar todo el tiempo a lo segundo, subrayan fuentes de su entorno a THE OBJECTIVE, pero el problema es que no tendrá una nómina del Parlamento castellano-leonés, sino únicamente indemnizaciones y dietas por asistencia a plenos y comisiones.

Ello se debe a que la Cámara divide a procuradores que tienen dedicación exclusiva -y que por tanto reciben unos emolumentos fijos- de los que no. Entre los primeros había 23 diputados en la última legislatura: el presidente de la Cámara, los miembros de la Mesa y los portavoces de los grupos cobraron el año pasado 94.811 euros brutos anuales cada uno, mientras que portavoces adjuntos recibieron 90.491 euros.

El resto de los procuradores que no tuvieron dedicación exclusiva-58 en total- sólo percibieron 220 euros por asistir a los plenos y 0,20 euros por kilómetro recorrido en sus desplazamientos a los plenos. Unas cifras insuficientes para llegar a final de mes y que obligan a todos los que están en este grupo a compaginar su asistencia a plenos y comisiones con sus respectivos puestos de trabajo -si los tienen-.

Igea estará entre los procuradores sin dedicación exclusiva porque Ciudadanos no podrá formar grupo parlamentario. Hubiera tenido que llegar a los tres escaños y superar el listón del 5% de votos en cada provincia. El cabeza de cartel naranja se quedará en el Grupo Mixto como diputado raso, con dos inconvenientes añadidos: tendrá menos asesores que la pasada legislatura y deberá multiplicarse para que la voz de Cs se oiga más allá de los plenos.

Igea lo afronta con «humildad y ganas»

Entre varios dirigentes de Cs en Castilla y León, así como en otros partidos, se ha especulado en los últimos días si Igea tirará la toalla en algún momento de la legislatura después de un mandato muy exigente como vicepresidente en el gobierno de coalición con Alfonso Fernández Mañueco. Para un político, pasar del escaño en la primera fila a que le coloquen en el ‘gallinero’ del hemiciclo es un trago amargo en algunos casos, pero las fuentes consultadas por este periódico hacen hincapié en que el cabeza de cartel naranja asume la nueva condición con «humildad y ganas».

«Es un día difícil. Hoy hemos perdido, pero eso no quiere decir que no tengamos razones, que no tengamos unos ideales que defender», subrayó en la noche electoral del 13-F para levantar los ánimos. «Tenemos que ser capaces de transmitir mejor lo que nosotros queremos. Lo que dice este resultado que este partido tenía techo, pero también tiene suelo», añadió Igea. La propia Inés Arrimadas le animó a seguir trabajando juntos.

Igea retomó el trabajo de galeno tras ser destituido por Mañueco. Pidió el reingreso en su puesto de la Sanidad castellano-leonesa al día siguiente de su inesperado cese y desde el 22 de diciembre trabaja por las mañanas en el citado hospital de Palencia, ciudad a la que se desplaza a diario desde Valladolid.

Desde entonces, ha pasado la mayor parte del tiempo en el centro hospitalario en tareas formativas para reciclarse después de varios años alejado de los utensilios médicos, pero también ha realizado actividades de su especialidad como la colonoscopia que le practicó a un asustado alcalde del PP tras su abrupta salida del Ejecutivo.

El candidato de Cs hizo un alto en su trabajo de médico especialista del digestivo a finales de enero, cuando empezó la campaña electoral, pero ha vuelto a sus tareas hospitalarias en Palencia. Un recorrido de ida y vuelta a Valladolid al que se tendrá que acostumbrar a lo largo de la legislatura.