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La carta de los siete amigos de Casado desactivó el «enroque suicida» de Egea

La dirección del grupo parlamentario maniobró al ver que el secretario general iba a exigir adhesiones en el propio Congreso

La carta de los siete amigos de Casado desactivó el «enroque suicida» de Egea

Teodoro García Egea y Pablo Casado | Eduardo Parra (EP)

La carta que firmaron siete destacados miembros del grupo parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados a las 12:15 horas del martes desactivó al «enroque suicida» en el que se había embarcado el entonces secretario general, Teodoro García Egea, a la hora de conseguir apoyos de diputados, senadores y dirigentes orgánicos para Pablo Casado, según explican a THE OBJECTIVE fuentes populares que han seguido de cerca la crisis interna del partido en la última semana.

La misiva fue respaldada rápidamente por buena parte de la bancada popular y provocó que Casado y Egea perdiesen a un ritmo frenético los respaldos que habían recogido la víspera durante la larguísima reunión de nueve horas del Comité de Dirección, en la que intentaron organizar un contraataque desde la séptima planta de Génova.

«Los acontecimientos de los últimos días han conducido a nuestro Partido a una situación de extrema gravedad que exige una respuesta eficaz inmediata». Con esta frase, siete diputados del PP reclamaron la destitución «inmediata» de Egea y la celebración de un congreso extraordinario.

Los firmantes fueron el secretario general del grupo, Guillermo Mariscal, y otros pesos pesados como José Ignacio EchánizPablo HispánSandra MoneoCarlos RojasMario Garcés y Adolfo Suárez Illana. Todos ellos indicaron que «es urgente poner fin de manera inmediata al proceso de fragmentación interna en el que ha quedado sumida nuestra organización a consecuencia de actuaciones que nunca deberían haberse producido».

Los elegidos fueron personas con ascendencia sobre Casado desde el congreso extraordinario de 2018. Hispán fue hasta mayo de 2021 su jefe de Gabinete. Mariscal es amigo del presidente desde hace años y ‘número dos’ de la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, quien ya se había colocado en el lado de los críticos en la decisiva reunión del Comité de Dirección en la víspera. Garcés fue el primer cargo del Ejecutivo de Mariano Rajoy que le apoyó en el proceso de primarias de hace cuatro años.

Echániz, por su parte, iba en la candidatura de María Dolores de Cospedal y fue el encargado de fusionar su equipo con el de Casado cuando hubo que ir a la votación de los compromisarios. Suárez Illana fue un pilar muy importante de la candidatura ganadora de hace cuatro años, mientras que Moneo y Rojas forman parte del grupo de amigos del presidente en la Cámara baja, quienes se reunían de forma periódica en un restaurante antes de que Casado sucediese a Rajoy al frente del PP.

Egea utilizaba a Casado como «cortafuegos»

Varios de los firmantes hablaron con Casado durante el fin de semana para advertirle de que Egea «le estaba utilizando como cortafuegos» y que el secretario general «estaba acabando con él». También le apremiaron e «imploraron» que cesase a su número dos «antes de que fuera tarde» ya que Alberto Núñez Feijóo todavía mantenía la puerta abierta a que Casado siguiese al frente del PP.

Pero el lunes se produjo el «enroque suicida» de García Egea con sus llamadas a diputados, senadores y presidentes provinciales para pulsar el grado de apoyos que tenía Casado. Ese punto de no retorno en la crisis llevó «a la zozobra y el colapso» al partido, según las citadas fuentes.

La primera concesión de Casado fue convocar una Junta Directiva Nacional para el próximo martes, pero al día siguiente «todo seguía igual». Es más, los dirigentes del Comité de Dirección que habían amenazado con dimitir en la víspera, se dieron cuenta de que Egea tenía intención de presentarse a las 13:00 horas ante el grupo parlamentario del Congreso «junto a entre ocho y diez diputados» para exigir fidelidad a Casado.

Ello provocó que la dirección del grupo lanzase la citada ‘carta de los siete’, un texto que fue remitido antes al propio Casado y que Egea intentó «retrasar» para intentar ganar tiempo. El golpe de efecto fue inmediato ante el consenso «generalizado» de que no se podía ir por esa vía. «Desde ese momento, todo fue como la seda», admite uno de los firmantes. Casado se vio obligado a publicar el orden del día de la Junta Directiva, en el que aparecía la convocatoria de un congreso extraordinario y a las pocas horas se produjo la dimisión de Egea.

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