El Gobierno se prepara para un «catástrofe humanitaria» de cuatro millones de refugiados
Exteriores descarta una zona de exclusión aérea en Ucrania «supondría poner a la OTAN en contacto con Rusia y a escalar el conflicto»
El Gobierno es pesimista en cuanto al escenario que se atisba en Ucrania y sus consecuencias para Europa, pero no sólo en el plano económico. Fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE alertan de una «catástrofe humanitaria» sin precedentes en la que «todas las estimaciones hacen prever que se rebasará con creces el millón y medio de personas». La cifra prevista: cuatro millones de refugiados que se llegarán en varias olas de aquí a los próximos meses.
«Vienen días complicados», explican estas fuentes ante el reto de primera magnitud que tiene la Unión Europea frente a sí. En Exteriores se preparan para una primera ola «pero habrá más» y la UE ha de organizar la recepción y el reparto posterior de los desplazados por países. «Europa no se plantea las cuotas», como ocurrió con la crisis de refugiados sirios «pero nosotros sí creemos que debe haber un reparto por cuotas». Y enmarcan una apertura de fronteras de Hungría y Polonia como una forma de habilitar el paso, más que una voluntad de acogida permanente.
Cuestiones que tendrá que decidir en la reunión informal de líderes del Consejo Europeo que se celebrará el próximo jueves 10 de marzo y viernes 11 en Versalles, Francia. Algo que también se abordará a los pocos días a escala nacional en la Conferencia de Presidentes que se celebrará en La Palma el próximo domingo 13 de marzo. Algunos presidentes autonómicos ya están organizando la logística aprovechando los espacios que destinaron hace meses a las cuarentenas obligadas por el covid-19.
No a la zona de exclusión aérea
Reuniones en las que también se coordinará el plan estratégico y militar de la UE y la OTAN. El Ejecutivo descarta tajantemente una zona de exclusión aérea en Ucrania porque «supondría poner a la OTAN en confrontación con Rusia y escalar el conflicto». Un riesgo inasumible por los aliados que abogan por la «unidad y serenidad» ante la agresión de Putin.
Algo que sirve también para el contexto nacional respecto a los socios de Podemos. El Gobierno español intenta ignorar las afrentas de las dos ministras moradas que pretenden avisar el conflicto interno: Irene Montero y Ione Belarra. La ministra de Asuntos Sociales avivó el incendio en la coalición este domingo al incluir al PSOE entre «los partidos de la guerra». Algo que los asistentes al Comité Federal del PSOE intentaron esquivar para no acrecentar la tensión interna.
Algunos ministros se limitaron a constatar las «diferentes sensibilidades» en la coalición pero también advirtieron a sus socios minoritarios la necesidad de «no confundirnos de enemigo» porque «el interés de todo el Gobierno es (o debería ser) estar todos juntos en esto».
El plano energético
El último eje de actuación de las autoridades comunitarias es el campo económico y concretamente, el llamado «chantaje energético» por parte del presidente Sánchez. Tras la reunión mantenida el pasado sábado en Moncloa entre Sánchez y la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, el Ejecutivo solicitó a la Comisión «que mejore la interconexión de gas entre España y Francia respecto a la seguridad de suministro» porque «al tratarse del suministro de toda Europa, lo tiene que garantizar la UE».
El análisis de la comisión es que «la locura de Putin ha reventado los precios del gas y ha puesto en evidencia la dependencia tan alta de un proveedor como Rusia» ante lo que se ha iniciado la búsqueda de proveedores alternativos como «EEUU, Argelia, Australia y Noruega, que había cerrado sus pozos y ha retomado la actividad». Algo que se complementa con dos procesos en paralelo que relatan desde el Gobierno: la reducción de la dependencia del gas y el carbón y, en consecuencia, la aceleración en la producción de energías renovables. Un campo en el que España puede jugar un papel esencial.
