Las cinco incógnitas que Albares tiene que despejar sobre el giro en el Sáhara
El ministro de Asuntos Exteriores comparece este miércoles en el Congreso para dar cuenta de la nueva posición del Ejecutivo
El ministro de Asunto Exteriores, José Manuel Albares, comparece este miércoles a las 16:30 horas en el Congreso de los Diputados para explicar el alcance del acuerdo del giro de España en el contencioso del Sáhara Occidental con una serie de incógnitas aún por despejar. THE OBJECTIVE ha resumido las más importantes
¿Cuál es el contenido íntegro de la carta de Sánchez a Mohamed VI?
Es el punto más delicado y controvertido del acuerdo entre Madrid y Rabat que ha puesto fin a un año de crisis diplomática. La Casa Real marroquí publicó el pasado viernes varios extractos de la misiva que el presidente del Gobierno remitió al monarca alauí, donde España reconoce «la importancia de la cuestión del Sáhara para Marruecos». Por ello, el Ejecutivo español «considera la iniciativa marroquí de autonomía, presentada en 2007, como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo».
Sánchez también destacó «los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable», por lo que España no abandona la vía de la ONU para la resolución del contencioso, un aspecto que fue subrayado por Albares al enviado especial de Naciones Unidas para el Sáhara, Staffan de Mistura.
El hecho de que Moncloa se niegue a desvelar el contenido de la carta enviada a Mohamed VI coloca en una difícil posición al Ejecutivo porque da a entender que hay aspectos de la misma que no quiere que salgan a la luz. Lo que es indudable es que Rabat cerró rápidamente la crisis tras recibirla, pues al día siguiente del anuncio se produjo el regreso a Madrid de la embajadora marroquí, Karima Benyaich.
¿España informó a Argelia de su cambio de posición en el Sáhara?
El Gobierno ha agravado la crisis diplomática con Argelia por esta polémica. Inicialmente, Argel llamó a consultas a su embajador en Madrid al día siguiente de que se conociese para protestar por el cambio de posición de España, pero fuentes gubernamentales se apresuraron a corregir al país magrebí.
«El Gobierno español informó previamente al argelino sobre la posición de España en relación al Sáhara. Para España, Argelia es un socio estratégico, prioritario y fiable con el que pretendemos mantener una relación privilegiada», se trasladó desde Moncloa a los medios de comunicación el sábado.
Sin embargo, el Gobierno argelino rechazó de plano tal posibilidad. Y Albares empeoró la situación el lunes cuando desde Bruselas vino a admitir que el país magrebí tenía razón. «Las comunicaciones entre España y Marruecos son comunicaciones bilaterales entre España y Marruecos exclusivamente», insistió en varias ocasiones cuando se le preguntó si Argelia conocía el paso que iba a dar nuestro país.
Las contradicciones dentro del Ejecutivo pueden llevar a una escalada de la crisis con Argelia, país que rompió relaciones diplomáticas con Marruecos hace varios meses y que, desde entonces, ha llevado a cabo una serie de medidas punitivas contra su vecino como la clausura del gaseoducto hispano-argelino que pasaba por su territorio o el cierre del espacio aéreo argelino para vuelos civiles y militares marroquíes.
¿Estaba amenazada la integridad territorial de Ceuta y Melilla?
El Gobierno de Sánchez se apresuró a resaltar que Marruecos aparca sus reivindicaciones territoriales sobre ambas ciudades autónomas. «Siempre es un buen momento para alcanzar un acuerdo que garantiza la integridad territorial de España, la prosperidad, la gestión de los flujos migratorios irregulares, los intereses comerciales y la lucha contra el terrorismo», aseguró Albares el lunes.
Sánchez reiteró en su misiva a Mohamed VI su «determinación para afrontar juntos los desafíos comunes, especialmente la cooperación de la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y el Atlántico, con un espíritu de total cooperación». Todas estas acciones se llevarán a cabo, según el jefe del Ejecutivo, «con el objetivo de garantizar la estabilidad y la integridad territorial de los dos países».
El propio presidente se desplaza este miércoles a Ceuta y Melilla para explicar a sus presidentes, Juan Jesús Vivas y Eduardo de Castro, el alcance de la nueva relación entre España y Marruecos. Ambas ciudades viven asfixiadas en términos económicos desde que Rabat ordenó el cierre de la aduana que había en Melilla en verano de 2018 -justo tras la llegada al poder de Sánchez- y luego, aprovechando la pandemia de coronavirus, el fin del llamado ‘comercio atípico’ con Ceuta.
¿Por qué este pacto en plena guerra de Ucrania?
Un buen número de diplomáticos españoles se pregunta si este era el mejor momento para pasar página con Marruecos cuando todos los esfuerzos políticos tienen que estar enfocados a la guerra de Ucrania y las consecuencias económicas que acarrea la invasión rusa.
La carta de Sánchez a Mohamed VI se gestó a lo largo de los últimos meses para encontrar una «solución diplomática» a la quiebra «brutal» de confianza que se abrió entre Madrid y Rabat por el caso Ghali, del que a mediados de abril se cumplirá su primer aniversario. «Reconstruirla ha sido un camino caro y costoso», dejan claro fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE.
Desde Exteriores se insiste en que la misiva de Sánchez no se trata de un cambio de posición por parte de España ya que el Gobierno de Zapatero avaló en su día el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como una opción que estaba sobre la mesa y que valía la pena negociar. Así que el escrito enviado al rey de Marruecos tiene «el valor político necesario para reconducir la situación».
En este sentido, en el departamento de Albares se reconoce que las palabras del presidente del Gobierno tienen un enfoque que va en línea «con la sensibilidad marroquí» sobre el Sáhara, «pero no se va más allá» ya que España no aboga por sacar el dosier de su excolonia de Naciones Unidas y mantiene que la resolución del conflicto debe ser «mutuamente aceptada por todas las partes» implicadas.
¿Medió EEUU en la resolución de la crisis?
Este diario desveló el martes que el Gobierno español puso en aviso a Estados Unidos del giro que iba a dar en el contencioso del Sáhara Occidental en dos reuniones que mantuvieron el ministro José Manuel Albares y su ‘número dos’ en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno, con la vicesecretaria del Departamento de Estado, Wendy Sherman, el 7 de marzo en Madrid.
Ambos encuentros se produjeron, por tanto, 11 días antes del anuncio por parte de Marruecos de la carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI el pasado viernes. Una información que el Ejecutivo no trasladó con carácter previo a Podemos, su socio de Gobierno, ni al Partido Popular, principal grupo de la oposición.
Para la ‘número dos’ de Antony Blinken se trató de su primera visita de trabajo a España. Oficialmente, la presencia de Sherman en Madrid se justificó por el desarrollo de un seminario bilateral de alto nivel sobre ciberseguridad que se celebró en Exteriores en plena crisis de la guerra de Ucrania, pero es muy relevante que la diplomática estadounidense pusiese rumbo a Rabat para reunirse al día siguiente con el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita.
Lo más sorprendente es que la subsecretaria de Estado afirmó en una rueda de prensa conjunta con Bourita que el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara es «serio, creíble y realista», justo las mismas palabras que Sánchez utilizó en su carta a Mohamed VI. Una prueba, a juicio de las fuentes diplomáticas, de que Albares contó a Sherman los términos de la misiva que el presidente del Gobierno iba a enviar al monarca marroquí.
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