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El Gobierno informó 11 días antes a EEUU del giro sobre el Sáhara en una reunión en Madrid

La ‘número dos’ de Blinken se reunió con Albares el 7 de marzo y al día siguiente con Bourita en Rabat. Allí utilizó las mismas palabras de Sánchez con Mohamed VI

El Gobierno informó 11 días antes a EEUU del giro sobre el Sáhara en una reunión en Madrid

José Manuel Albares y la número dos del Departamento de Estado, Wendy Sherman. | Twitter del MAEC

El Gobierno español puso en aviso a Estados Unidos del giro que iba a dar en el contencioso del Sáhara Occidental en dos reuniones que mantuvieron el ministro José Manuel Albares y su ‘número dos’ en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Ángeles Moreno, con la vicesecretaria del Departamento de Estado, Wendy Sherman, el 7 de marzo en Madrid, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE.

Ambos encuentros se produjeron, por tanto, 11 días antes del anuncio por parte de Marruecos de la carta de Pedro Sánchez a Mohamed VI el pasado viernes. Una información que el Ejecutivo no trasladó con carácter previo a Podemos, su socio de Gobierno, ni al Partido Popular, principal grupo de la oposición.

Tanto Albares como Moreno omitieron cualquier referencia al Sáhara en sus mensajes en redes sociales con Sherman. El ministro resaltó que España seguía «fortaleciendo» la relación bilateral con EEUU «en todos los ámbitos, desde defensa de la democracia hasta ciberseguridad». Además, hizo hincapié en que la «unidad transatlántica» permite a ambos países enfrentarse «a los retos y desafíos más sólidamente».

Mientras, la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores subrayó que había abordado con su homóloga estadounidense la agresión de Rusia a Ucrania, así como otros asuntos de la agenda internacional, «poniendo en valor la unidad transatlántica y el excelente estado de nuestras relaciones bilaterales».

Para la ‘número dos’ de Antony Blinken se trató de su primera visita de trabajo a España. Oficialmente, la presencia de Sherman en Madrid se justificó por el desarrollo de un seminario bilateral de alto nivel sobre ciberseguridad que se celebró en Exteriores en plena crisis de la guerra de Ucrania, pero las citadas fuentes ven muy relevante que la diplomática estadounidense pusiese rumbo a Rabat para reunirse al día siguiente con el jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita.

Lo más sorprendente es que la subsecretaria de Estado afirmó en una rueda de prensa conjunta con Bourita que el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara es «serio, creíble y realista», justo las mismas palabras que Sánchez utilizó en su carta a Mohamed VI. Una prueba, a juicio de las fuentes diplomáticas, de que Albares contó a Sherman los términos de la misiva que el presidente del Gobierno iba a enviar al monarca marroquí.

Washington se ha convertido en el más firme defensor del Reino alauí en la región del Magreb desde que Donald Trump reconoció la soberanía marroquí del Sáhara unas semanas antes de abandonar la Casa Blanca. Una decisión que Joe Biden no ha revertido ya que está vinculado al establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Marruecos, con el único matiz de que la Administración demócrata defiende que el contencioso de la excolonia española se resuelva entre las partes en Naciones Unidas.

La carta de Sánchez a Mohamed VI se gestó a lo largo de los últimos meses para encontrar una «solución diplomática» a la quiebra «brutal» de confianza que se abrió entre Madrid y Rabat por el caso Ghali, del que a mediados de abril se cumplirá su primer aniversario. «Reconstruirla ha sido un camino caro y costoso», dejan claro las citadas fuentes.

Precisamente, el presidente de la consultora Llorente y Cuenca, José Antonio Llorente, hizo hincapié en que este giro en las relaciones con Marruecos es «el resultado de muchas horas de trabajo y de una actividad diplomática bien pensada» por parte del gabinete de Albares, en el que trabaja su mujer, Irene Rodríguez, como asesora de protocolo del propio ministro. Llorente mencionó de forma expresa a Sánchez, Albares y Moreno como los artífices del acuerdo, un hecho que ha sido muy comentado en círculos diplomáticos.

Desde Exteriores se insiste en que la carta de Sánchez, de la que aún se desconoce su contenido íntegro, no se trata de un cambio de posición por parte de España ya que el Gobierno de Zapatero avaló en su día el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como una opción que estaba sobre la mesa y que valía la pena negociar. Así que la misiva de Sánchez al rey de Marruecos tiene «el valor político necesario para reconducir la situación».

En este sentido, en el departamento de Albares se reconoce que las palabras del presidente del Gobierno tienen un enfoque que va en línea «con la sensibilidad marroquí» sobre el Sáhara, «pero no se va más allá» ya que España no aboga por sacar el dosier de su excolonia de Naciones Unidas y mantiene que la resolución del conflicto debe ser «mutuamente aceptada por todas las partes» implicadas.

Reunión de Albares con el enviado de la ONU

Al hilo de ello, Albares trasladó este lunes su respaldo al enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, en sus esfuerzos de mediación entre Marruecos y el Frente Polisario tan solo tres días después de que el Gobierno respaldara el plan de autonomía marroquí para la antigua colonia española.

El respaldo del jefe de la diplomacia española a De Mistura se hizo en el transcurso de una entrevista en Bruselas que no estaba prevista en la agenda oficial del Gobierno. El objetivo del encuentro fue transmitirle «el apoyo de España a su labor para alcanzar una solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas», precisó Albares en las redes sociales para resaltar que estaba en línea con la posición tradicional de los sucesivos gobiernos españoles.

Sin embargo, el viernes Marruecos desveló que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, había indicado en una carta remitida a Mohamed VI que «España considera la iniciativa marroquí de autonomía, presentada en 2007, como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo».

El reconocimiento por parte de España de que el plan de autonomía, que dejaría al Sáhara dentro de Marruecos, constituye la «base más realista» para resolver el contencioso, provocó que Marruecos anunciara el regreso de su embajadora, Karima Benyaich, y el inicio de una nueva etapa en la relación, que quedará sellada con una visita del ministro de Exteriores a Rabat antes del 2 de abril, fecha de inicio del Ramadán, y a la que seguirá otra de Sánchez más adelante.

En contrapartida al cierre de la crisis con Marruecos desencadenada tras la acogida del líder del Frente Polisario en abril del pasado año, el Ejecutivo ha abierto una nueva crisis diplomática con Argelia, que llamó el sábado a consultas a su embajador en Madrid y que niega que el Gobierno les informara por adelantado de sus planes, como sostienen fuentes gubernamentales. Albares sugirió este lunes en Bruselas que no se informó a Argel del cambio sobre el Sáhara.

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