THE OBJECTIVE
España

España deporta al activista argelino Mohamed Benahlima días después de la crisis del Sáhara

«Hui a España porque mi vida corría peligro, porque iban a detenerme y a dejarme en las cárceles militares bajo tortura», afirma el exmilitar

España deporta al activista argelino Mohamed Benahlima días después de la crisis del Sáhara

Amnistía Internacional protesta para evitar la deportación del activista. | Rober Solsona (Europa Press)

España ha denegado el asilo al exmilitar y activista argelino Mohamed Benahlima. Tras varios días retenido en un centro de internamiento de extranjeros (CIE) de Valencia, finalmente ha sido deportado a Argelia, según muestra en un vídeo la organización porCausa. Su caso ha generado una oleada de críticas y peticiones al Ministerio de Interior por parte de Amnistía Internacional y la organización CIEsNO de paralizar su expulsión.

Ambas organizaciones aseguran que su expulsión a Argelia supone con una alta probabilidad su detención e ingreso en una prisión de máxima seguridad, donde se han registrado varios casos de tortura y maltratos. Por eso, afirman que su deportación es una vulneración del derecho internacional, que establece que no se puede tomar esta medida con una persona que corra peligro en su país de origen. 

El activista, que habitualmente es muy activo en redes sociales y tiene un canal de YouTube en el que cuenta con más de 150.000 seguidores, llevaba unos días sin dar alguna actualización sobre su situación. Al parecer, tras enviar un mensaje en el que pedía ayuda a políticos y a la opinión pública, le fue requisado el teléfono móvil.

Benhalima había pedido asilo en 2020 y había vuelto a hacerlo el 18 de marzo, un día después de ser detenido y trasladado a un CIE. Según denuncia la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) a través de su abogado Jaume Durà, su solicitud se denegó «sin profundizar en la persecución por motivos políticos y de grupo social que alegaba, sin valorar el principio de no devolución y sin tener en cuenta el informe favorable de ACNUR».

Expulsado en avión en lugar de en ferry

Las devoluciones de inmigrantes a países del norte de África se hacen habitualmente en ferry, pero la de Benhalima, junto a otros pocos ciudadanos argelinos, se ha hecho en un avión de Iberia y vigilado por policías españoles. Según afirma el diario El Confidencial, fuentes de Interior afirman que la devolución se ha acelerado para satisfacer a Argelia, país con el que las relaciones se encuentran en un momento de tensión tras el viraje en la política exterior española respecto al Sáhara Occidental.

Lo mismo opinan las organizaciones que llevan días pidiendo que se paralice su expulsión, que consideran que el ex militar ha sido utilizado como moneda de cambio para contentar a Argelia en un momento en el que España necesita mejorar la relación diplomática con el país.

Condenado por denunciar la corrupción de altos cargos militares 

Mohamed Benhalima era funcionario militar en Argelia y en 2019 decidió denunciar públicamente la corrupción entre los altos cargos militares de su país, un hecho que le cambió la vida.

Tras ser informado de que su nombre formaba parte de la lista de militares buscados por participar en el movimiento de protesta Hirak, Benhalima decidió huir a España, donde solicitó protección, como hizo también en Francia.

En enero de 2021, cuando ya había huido del país, fue condenado a 10 años de prisión por compartir vídeos online que exponían la corrupción del Ejército de Argelia.

En un vídeo difundido en su propio canal de YouTube y dirigido «a la comunidad española», explica que entró en el ejército en 2009 y que pasó sus primeros años en la frontera con el Sáhara y finalmente fue trasladado al Ministerio de Defensa en 2016, donde denuncia que «hay mucha corrupción, mucha injusticia». Asegura que los «obligaban a votar a quien ellos querían» y a «trabajar como empleados domésticos en casa de los generales» y que, en caso de incumplir, «te envían directamente a la cárcel militar por incumplir órdenes militares».

En 2019 se unió a los ciudadanos en el movimiento de protesta Hirak, que impulsó la caída de Buteflika, presidente del país desde 1999, en su lucha por la democracia. «Seguí en la calle con los ciudadanos argelinos hasta el 1 de septiembre de 2019, que hui a España para buscar protección porque me llegaron informaciones de que los agentes de inteligencia estaban buscando a militares y policías que estaban ayudando al pueblo argelino».

«Hui a España porque mi vida corría peligro, porque iban a detenerme y a dejarme en las cárceles militares bajo tortura», afirma.

Solicitud de asilo en Francia

En agosto de 2021, España deportó a Argelia a Mohamed Abdellah, otro disidente argelino que se había refugiado en el país en 2018 tras acusar de corrupción a militares de Argelia. Según declaró él mismo en una vista judicial en enero de este mismo año, fue sometido a tortura y malos tratos durante su detención en Argel cuando fue deportado.

«Yo entonces pensé que mi vida también corría peligro y que España iba a mandarme a Argelia y por eso pensé en huir a Francia», explica Mohamed Benhalima. Sin embargo, Francia, donde estuvo seis meses, también le denegó la protección.

Decidió finalmente volver a España, donde fue detenido en Zaragoza y trasladado al CIE de Valencia para proceder posteriormente a su deportación.

Un llamamiento a las autoridades españolas

Mohamed Benhalima, desde el CIE de Valencia, hizo un llamamiento a las autoridades españolas, al Ministerio del Interior, para que reconsideraran su solicitud de asilo, una petición que finalmente no fue escuchada.

«Quiero mandar este mensaje al señor Pedro Sánchez y al señor Grande-Marlaska: soy un ciudadano pacífico, activista político, tengo pruebas de eso, y además Argelia está aplicando torturas y mi vida corre riesgo si me mandan allí», dice el argelino. «Ustedes saben que soy militar y que por huir de allí hay un castigo militar, saben también que soy pacífico y no he cometido delitos en España», añade. En insiste en que su «única culpa es querer un estado civil en Argelia». «Mi caso es un caso de derechos humanos, soy humano como todos, quiero una vida normal, de justicia, de democracia, quiero mi libertad de expresión», concluye.

También se dirigía a «la opinión pública» y pedía que «apoyen su caso porque en Argelia no hay derechos humanos».

En el mismo sentido se pronuncian desde Amnistía Internacional. La directora regional adjunta de la organización para Oriente Medio y el Norte de África, Amna Guellali, afirma que «las autoridades españolas son muy conscientes del sombrío destino que le espera a Mohamed Benhalima». «La comunidad internacional tiene la responsabilidad moral de defender a quienes denuncian las violaciones de derechos humanos y alzan su voz contra la corrupción. España debe anular inmediatamente sus planes de deportación de Mohamed Benhalima y respetar el principio de no devolución», afirmaba.

También exigía que se paralizara la expulsión la Campaña CIEsNO, que considera que esta «supondría una vulneración del principio de no devolución, que asegura que aquellas personas cuya vida pudiera correr riesgo en su país de origen no serán deportadas». Denuncia, además, que «la expulsión de Mohamed Benhalima a Argelia podría suponer su detención e ingreso en una prisión de máxima seguridad, donde varias personas encarceladas por participar en las mismas protestas relatan haber sido maltratadas y torturadas».

También te puede interesar
Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D