Vox ficha a un alto cargo de Mañueco como 'número dos' de la Consejería de Agricultura
La formación verde exige a sus fichajes darse de baja en el PP. El director de la PAC en Castilla y León, Juan Pedro Medina, lo hizo la semana pasada
El líder de Vox y Mañueco se dan la mano tras llegar a un acuerdo el 10 de marzo. | Claudia Alba (Europa Press)
Vox sigue perfilando su equipo en Castilla y León. La formación verde quiere fichar a un alto cargo de Alfonso Fernández Mañueco como número dos de la Consejería de Agricultura. El elegido es Juan Pedro Medina, que lleva casi dos décadas al frente de la Política Agraria Común (PAC) en la región. El dirigente ya ha abandonado el PP. Los de Santiago Abascal, que necesitan perfiles técnicos, están exigiendo a sus fichajes darse de baja en las filas populares para mantenerles en el organigrama.
«Juan Pedro Medina es la persona que más sabe de la PAC en España», revela alguien cercano. «Vox acierta. Es una gran elección», insiste otra persona relacionada con la agricultura en la región. Ingeniero agrónomo por la Universidad Politécnica de Madrid (1988), Medina fue nombrado director de Política Agraria Común en Castilla en julio de 2003. No ha abandonado ese cometido desde entonces. La última vez que tomó posesión fue el 2 de agosto de 2019, según la web de la Junta de Castilla y León.
Los fichajes de Vox
Medina comenzó en 1990 una beca de investigación sobre Técnicas de cultivo y laboreo en el Servicio de Investigaciones Agrarias de la Consejería de Agricultura. Al acabar, en verano de 1992, ingresó como funcionario en la Junta de Castilla y León. Antes de ocupar el cargo que lleva desarrollando casi dos décadas realizó funciones relacionadas con la gestión y tramitación de ayudas del FEOGA, gestionó ayudas por adversidades climáticas y trabajó en el Programa LEADER y el desarrollo rural.
La intención de Juan García-Gallardo, líder regional de Vox en Castilla y León, es nombrar a Medina como viceconsejero de Agricultura, la cartera en la que más interés ha puesto durante los últimos meses. Se convertiría en el lugarteniente de Gerardo Dueñas, al que la semana pasada la formación verde confirmó como su hombre fuerte en la consejería. Una de las tres que le corresponde tras el pacto con Mañueco.
Para aspirar a ese cargo, los de Abascal han pedido a Medina que abandone el PP, partido al que estaba afiliado. Incluso formaba parte de la dirección provincial en Palencia. El alto cargo de la Junta abandonó la familia popular la semana pasada, según ha informado a THE OBJECTIVE una persona de su entorno.
La necesidad de fichar perfiles técnicos en su primera experiencia de gobierno está llevando a Vox a pescar en las filas del PP. Les solicitan que abandonen el partido de Alberto Núñez Feijóo para mantener sus cargos en la Administración, aunque no les exigen darse de alta en la formación verde. Es el caso de Jesús Enríquez Tauler, exportavoz popular en el Ayuntamiento de Valladolid, que dejó hace unas semanas de militar en el PP para acompañar a Mariano Veganzones en la Consejería de Industria.
La nueva PAC
El propio Veganzones fue afiliado del PP. No es el único. Por ese partido también pasó Jose Antonio Maté, jefe de gabinete del presidente de las Cortes, Carlos Pollán, uno de los 13 procuradores de Vox en la Cámara. Maté fue durante años mano derecha de Antonio Silván, exalcalde de León. Incluso le siguió en su intento de presidir la formación azul en la región tras la renuncia a la reelección de Juan Vicente Herrera, aunque aquellas primarias las ganó Mañueco.
«Se sumarán otros nombres, esto no ha hecho más que pensar», revela un dirigente popular. El siguiente parece ser Medina. Hace dos semanas, en la apertura del XII Congreso Empresa y Finanzas que organiza la Fundación Caja Rural en Segovia, el dirigente aseguró que Castilla y León estaba trabajando para recibir 900 millones de euros de ayuda directa por la nueva PAC, la misma cantidad que en el periodo actual, el de 2015-2020, prorrogado hasta este año.
En una entrevista con la revista Empresa Agraria, hace apenas unos días, Medina se refirió al «gran distanciamiento» que existe entre los foros de decisión políticos de Bruselas y Madrid, «a muchos kilómetros del campo», y «la realidad del día a día de los agricultores y ganaderos». También se refirió a la necesidad de que Europa plantee un modelo neoproductivista «que incentive la producción», como en los inicios de la política agraria común, pero «combinándola con otros requerimientos como la dimensión medioambiental y la seguridad de los consumidores».
