El ala comunista de Unidas Podemos acusa a sus ministros de apoyar el «fascismo ucraniano»

El secretario de Estado para la Agenda 2030 y líder del Partido Comunista Español (adscrito a Izquierda Unida), Enrique Santiago, se negó a aplaudir al presidente de Ucrania Volodimir Zelenski en su comparecencia por videoconferencia el pasado martes en el Congreso. Santiago se levantó y amagó con aplaudir, aunque finalmente no lo hizo. El ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, se mostró sorprendido. Los miembros del Gobierno habían pactado respetar a Zelenski por «responsabilidad institucional», pero Santiago evitó aplaudir para no activar contra él el frente más radical del PCE a pocos meses del congreso que se celebrará en julio. Mientras, desde este sector atacan a los ministros morados y a sus referentes de IU por respaldar el «nacional-fascismo ucraniano».

Santiago pensó más en su partido que en la imagen del Gobierno. De ello no tienen dudas fuentes de Izquierda Unida y gubernamentales. En el próximo mes de julio se celebrará el congreso del PCE, que se aplazó aprovechando la pandemia (estaba previsto para el año pasado), y Santiago llega al cónclave rojo con menos apoyos de lo esperado. Tiene varias secciones del partido contrarias a su elección. Entre ellas, la madrileña. Solo cuenta con el respaldo de los andaluces. Así que no se puede permitir más fisuras.

El problema es que el PCE es una formación que en el asunto de Ucrania se decanta por lo que en Europa ya se conoce como «equidistancia». Es decir, que condenan la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, pero con igual contundencia ataca a la OTAN, a la que considera corresponsable de la tragedia. También desconfían profundamente de Zelenski, a quien los sectores más duros del PCE llaman directamente «nacional-fascismo ucraniano».

Enrique Santiago y la «desnazificación» de Ucrania

Estos sectores de IU organizaron manifestaciones en la capital para rechazar el envío de armas a Kiev. Y en estos días han aumentado su activismo. En algunas cartas que circulan en los canales internos (titulada «Texto del XX Congreso del Partido Comunista de España sobre el nacional-fascismo ucraniano») a las que ha tenido acceso este diario se ataca directamente a los ministros de Unidas Podemos, a quienes tachan de hipócritas: «Los mismos que aprobaron el documento, reconociendo el fascismo del gobierno ucraniano, aplauden a su presidente en el Congreso y denuncian la lucha por la desnazificación del país». Este término, el de la «desnazificación» forma parte de la propaganda rusa para defender la invasión.

El Gobierno de Zelenski es, según estas secciones del PCE, un ejecutivo de «corte europeísta». Un país «donde UE y EEUU han promovido un alzamiento de corte nacional-fascista que amenaza no solo la integridad de esta República exsocialista sino toda la seguridad europea». En estos canales se pueden encontrar imágenes con miembros del actual Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos, acompañados con la esvástica nazi incrustada en la bandera de Ucrania. Este documento está siendo difundido por los sectores más «ortodoxos» del PCE.

En el ala izquierdista de IU, a la que pertenece Santiago, no ha gustado el envío de armas a la resistencia de Ucrania, la promesa de Sánchez a la OTAN de subir el gasto militar y la unanimidad a favor de Kiev. Amplios sectores de Podemos piensan exactamente lo mismo, aunque no trasciende en los medios porque el partido morado tiene un sistema férreo de control del debate interno.

Dos diputados salen del Congreso

En el PCE, sin embargo, siguen existiendo familias y sectores que explicitan su crítica sin ambages. Máxima cuando el partido se acerca a un Congreso. Hacia ellos estaba dirigido el gesto de Enrique Santiago de negarse a aplaudir a Zelenski. Otros dos diputados de IU decidieron no acudir al hemiciclo. En este caso Roser Maestro y Miguel Ángel Bustamante explicaron su ausencia del Congreso por «conciencia antifascista». Mientras que Alberto Garzón aplaudió y después reiteró su postura a favor de Ucrania, si bien matizó afirmando que se debe «criticar» que Ucrania «prohíba a más de una decena de partidos políticos legales hasta ese momento» y que «están participando en una democracia representativa».

La posición de Garzón es diferente de la de Santiago, reflexionan las fuentes consultadas. «Garzón fue reelegido coordinador de IU en 2021 mientras que Enrique tiene un Congreso del PCE conflictivo y apretado en julio de este año», afirman desde el frente izquierdista para explicar la conducta de Santiago. En Izquierda Unida confirman esta versión. Para estas fuentes el gesto de Santiago y el hecho de que Garzón no quisiera dar la cara por él revela, además, la distancia que permanece entre los dos políticos. Pero en IU también admiten que Santiago «ha quedado mal» y por ello guarda silencio ante las preguntas de los periodistas.

Toda la plana mayor de Podemos, al igual que la vicepresidenta Yolanda Díaz se decantaron en cambio por aplaudir al mandatario ucraniano. En el PSOE lanzan la consigna interna para rebajar la polémica sobre los diputados de IU. Pedro Sánchez no quiere que el asunto se difunda a nivel de opinión pública y que los cuerpos diplomáticos de los países europeos tengan delante otro ejemplo de la heterogeneidad de su coalición. En el ministerio de Exteriores, por ejemplo, creen que el hecho de que Santiago no aplaudiese no representa un problema diplomático. Una versión favorable al Gobierno que, sin embargo, es difícil de corroborar.

Del «régimen del 78» a pactar con Sánchez

En el caso de Santiago, las fuentes consultadas sostienen que el problema del líder del PCE atañe al cambio de su discurso en estos años. Estas fuentes recuerdan que tanto Santiago como Garzón llegaron al poder en IU con un discurso rupturista y anti-socialista inspirado en la propaganda de Podemos. «Ellos eran los que hablaban de régimen del 78, y ahora gobiernan con el PSOE», explican. Y añaden: «Santiago es prisionero de una retórica que le aupó al control del PCE en 2017, y al mismo tiempo quiere seguir en el Gobierno y que Yolanda cuente con él».

De ahí que el secretario de Estado de Unidas Podemos se levantara el martes tras el discurso de Zelenski y evitara aplaudir, si bien juntó sus manos en un movimiento de cierta ambigüedad. Garzón se mostró sorprendido. Santiago le había prometido que iba a alinearse con los demás miembros del Gobierno. Pedro Sánchez avisó hace unas semanas a Yolanda Díaz de que no admitirá más salidas de tono. Y ella así lo trasladó a sus compañeros. Pero Santiago tiene por delante un congreso, con una protesta interna que amenaza con su continuidad. Y entre el gobierno y el partido, se decantó por el segundo elemento. «Difícil papeleta la suya», comentan desde el espacio de Unidas Podemos.