La llegada de inmigrantes a Canarias baja un 42% desde la carta de Sánchez a Marruecos
La migración irregular ha descendido un 42% en las islas desde que que el presidente del Gobierno planteó iniciar una «nueva relación» entre ambos países
El cambio de posición de España en la cuestión del Sáhara Occidental en favor de Marruecos empieza a dar sus frutos en la contención de los flujos migratorios del Atlántico. El número de inmigrantes irregulares que llega a Canarias ha descendido un 42% desde que el día 14 de marzo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, remitiera la carta al Rey Mohamed VI en la que planteaba iniciar una «nueva relación» entre ambos países y reconocía a Marruecos esfuerzos «serios y creíbles» en la cuestión del Sáhara.
Este freno a la llega de migrantes irregulares era de hecho objetivo uno de los objetivos expresos que el líder del Ejecutivo español fijó en la misiva que envió el pasado 14 de marzo a Marruecos, en la que apoyaba el plan de autonomía del país magrebí y que ponía fin, según anunció el propio Gobierno, a una crisis diplomática entre ambos países de más de diez meses.
En concreto, el número de personas que irregularmente ha llegado a Canarias por vía marítima desde el 15 de marzo hasta este 15 de abril es de 807, por las 1.400 que llegaron en el mismo periodo del año anterior, según cálculos realizados con los últimos datos disponibles del informe de migraciones del Ministerio de Interior.
De esta forma, son 593 personas menos las que alcanzaron las costas canarias en pateras o cayucos en el último mes en comparación con el mismo periodo del año precedente.
Sin embargo, el dato todavía contrasta fuertemente con la estadística acumulada de 2022, cuando debido al aumento de enero y febrero las entradas de inmigrantes por Canarias dan un dato de crecimiento de más de un 59% hasta el 15 de abril, pasando de 3.980 en 2021 a las 6.359 registradas ahora.
En la carta que envió al rey marroquí, Sánchez insistía en «renovar y profundizar la relación privilegiada» entre los dos «países hermanos, en un espíritu de estrecha concertación» y en «reiterar nuestra determinación para afrontar juntos los desafíos comunes, especialmente la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y el Atlántico, actuando siempre con un espíritu de total cooperación y restablecer la plena normalidad en la circulación de personas y bienes, en beneficio de nuestros pueblos».