El movimiento saharaui invita a Sánchez a visitar los campamentos de refugiados en Tinduf
Varias entidades solicitan por carta al presidente del Gobierno que viaje a Argelia para conocer la situación de estos ciudadanos, como ha hecho en Ucrania
A Pedro Sánchez se le acumulan los viajes. El movimiento saharaui ha invitado al presidente del Gobierno a visitar los campamentos de Tinduf (Argelia) para conocer «de primera mano» como viven los refugiados del Sáhara Occidental. La petición ha sido realizada a través de una carta enviada este jueves por cuatro entidades que integran más de 200 asociaciones españolas y se produce un día después de que el dirigente socialista visitara Ucrania.
«Sánchez vende a la población saharaui como si fuese un rebaño de cabras. Va a Ucrania a defender la legalidad internacional mientras que justifica la invasión de Marruecos, el expolio de los recursos y la violación de derechos humanos en el Sáhara. No he visto mayor hipocresía», lamenta Carmelo Ramírez, presidente de la Federación de Instituciones Solidarias con el Sáhara Occidental y uno de los responsables del documento, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
Una carta para Sánchez
La misiva está firmada también por Xavier Serra, presidente de CEAS-Sáhara; el fiscal Felipe Briones, secretario de la Asociación Internacional de Juristas del Sáhara (IAJUWS) y Carmelo Barrio, diputado del PP en el País Vasco y coordinador de los Intergrupos Parlamentarios Paz y Libertad para el pueblo saharaui. «Queremos que Sánchez escuche a las personas que llevan 46 años resistiendo, aunque también podría ir a los territorios ocupados», insiste Ramírez.
El texto manifiesta la preocupación del movimiento saharaui por la situación de este pueblo. Especialmente, después de que el presidente del Gobierno haya asumido el plan de autonomía para el Sáhara que planteó Marruecos ante Naciones Unidas en 2007 como «la base más seria y realista» para lograr una solución al conflicto, que dura ya 46 años. Las autoridades españolas se marcharon en 1975 de su antigua colonia, de la que sigue siendo potencia administradora.
España abandonaba así su postura tradicional para alienarse con las posiciones marroquíes. El giro, anunciado por carta a Mohamed VI a mediados de marzo, motivó que Argelia retirara a su embajador en Madrid. El Frente Polisario también rompió relaciones con el Ejecutivo hasta que este «se adhiera a las resoluciones de legitimidad internacional que reconocen el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación».
El Frente Polisario anunció su decisión en la madrugada del 10 de abril, días después del encuentro que mantuvieron Sánchez y el rey marroquí en Rabat. «Consideramos necesario que el presidente conozca de primera mano la situación que vive una parte considerable del pueblo saharaui en los campamentos de refugiados en Tinduf. Nos ponemos a su disposición para facilitarle y acompañarle en ese viaje», le invitan en la carta.
Una zona inhóspita
Estos campamentos de refugiados están situados en esa región del suroeste de Argelia. Alojan desde hace más de cuatro décadas a miles de personas que viven en condiciones de pobreza y extrema vulnerabilidad. Se estima que en estos momentos unos 175.000 saharauis habitan estos enclaves ubicados en una de las zonas más inhóspitas del mundo. Aquí se dan condiciones climáticas adversas, con temperaturas extremas, fuertes vientos y habituales lluvias torrenciales.
Los campamentos están divididos en cinco wilayas: Ausserd, Smara, Dajla, El Aaiún y Bojador. Son los nombres de las principales ciudades de su país, territorios que actualmente ocupa Marruecos. El Sáhara Occidental fue colonia española entre 1885 y 1975. Su proceso de descolonización se interrumpió cuando nuestro país lo abandonó tras la Marcha Verde organizada por el reino alauí y conforme a lo dispuesto en los Acuerdos de Madrid, que las organizaciones internacionales no admiten.
Marruecos ocupa gran parte del Sáhara, que es uno de los 17 territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas. En 1991, tras el alto el fuego, el organismo internacional creó la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO). Tres décadas después, el proceso democrático no se ha producido aún y, en los últimos años, países como Francia, EEUU, y Alemania se han alineado con la propuesta de autonomía marroquí.
España varió su posición en marzo, tras meses de tensión con Marruecos, que se irritó por no haber sido informado de la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en un hospital de Logroño. Esto motivó que el país alauí hiciera la vista gorda en las fronteras, lo que desencadenó una avalancha migratoria en Ceuta en mayo, días antes de que Mohamed VI retirara su embajadora en Madrid. Volvió a finales de marzo, después del giro de Sánchez.
«Sumisión al chantaje marroquí»
«Se trata de una sumisión al chantaje marroquí», sostiene Carmelo Ramírez, que también es consejero de Cooperación Institucional y Solidaridad Internacional del Cabildo de Gran Canaria. El activista prosaharaui afirma que la declaración del presidente del Gobierno no tiene valor alguno porque la política internacional la fijar el Ejecutivo, cosa que no ha sucedido.
La visita de Sánchez a Ucrania ha soliviantado al movimiento saharaui. Le acusan de cinismo. El delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, afirmó durante una entrevista con este diario que el problema con Marruecos «no desaparece sacrificando al pueblo saharaui». Además, acusó al presidente del Gobierno de defender el derecho internacional en Europa y «obviarlo cuando mira al sur».