De Vox a Robles: Iglesias lanza un cuerpo a cuerpo con Sánchez que debilita al Gobierno
El ex líder morado reniega ahora de la «alerta antifascista» que diseñó con Iván Redondo en un contexto casi de paranoia preelectoral
La relación personal entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias nunca fue idílica. El ex secretario general de Podemos está convencido (así lo declara en su nuevo libro) que fue el muñidor de la moción de censura que entronó a Sánchez. Y es cierto: su labor, como revelan otras fuentes, fue esencial para el golpe a Mariano Rajoy. Sin embargo, durante todo el año electoral de 2019, Iglesias y sus colaboradores más estrechos concluyeron que el socialista «no es de fiar», pero frenaron su orgullo para llegar al Consejo de Ministros.
Todo cambió con las elecciones autonómicas de Madrid del año pasado. Iglesias tomó la decisión de dejar todos sus cargos para volver a la arena mediática. El exvicepresidente tenía apalabrados varios contratos de colaboración, según aseguran desde el partido morado, y en algunos casos se sorprendió por el interés generado en emisoras como la Cadena Ser, consideradas enemigas. Volvió a interpretar el papel de tertuliano y de presentador (con el podcast La Base). Y recuperó un estilo más cercano al de pepito grillo que al de hombre de Estado.
A partir de ese momento avisó de que se quitaría el candado de los labios. Es decir, que empezaría a contar «verdades» y desgranaría secretos que no podía explicar durante su paso por el Gobierno. El primero fue afirmar (el libro Al olor del dinero ya lo desveló) que al salir del Ejecutivo advirtió a sus hombres de confianza que calculaba que Sánchez planeaba un adelanto electoral para el último trimestre de este año.
Desconfianza de Pablo Iglesias hacia Sánchez
Fue en diciembre del mes pasado, durante un acto en la Blanquerna de Madrid, que Iglesias volvió a enarbolar el discurso de que Sánchez no es una persona de fiar. Pocos días después, lanzó el primer ataque directo y personal al presidente. En plena polémica por las macrogranjas de Alberto Garzón, Podemos esperó unos días para después atacar a Sánchez. Pero Iglesias fue más rápido y dijo que era «muy grave» que Sánchez haya «dado por cierto una noticia que él sabe que es falsa”.
Esa ofensiva sorprendió a muchos. Hasta aquel momento los morados se limitaban a atacar directamente a varios ministros considerados enemigos, pero nunca al presidente. «Sánchez se ha convertido en el jefe de Pablo, y al jefe no se le critica», ironizaba un alto cargo de Podemos durante los meses previos a la salida de Iglesias del Ejecutivo. Sin embargo, en aquel momento había arrancado la campaña electoral en Castilla y León, y en la Moncloa entendieron que las palabras de Iglesias respondía a una maniobra de propaganda para activar a los votantes morados.
La situación, no obstante, ha ido empeorando. Después de Castilla y León, llegó la polémica sobre el envío de armas a Ucrania. También en ese caso Iglesias intervino directamente para señalar a Sánchez. El ex secretario general volvió al ataque pocos días después, cuando se dio a conocer el giro diplomático del Gobierno sobre el Sáhara Occidental. «No te puedes fiar de él», dijo Iglesias para referirse a Sánchez, tal y como recogió Onda Cero.
La paranoia del adelanto electoral
Según Iglesias, el asunto del Sáhara afecta a la «credibilidad» del presidente, y volvió a hablar de adelanto electoral: «¿Cuando diga que no va a convocar elecciones quién le va a creer? Convocará elecciones en el momento que más le convenga y no avisará a nadie».
El último ataque se ha registrado esta semana. Pero esta vez afecta a un asunto mucho más sensible para la militancia de izquierdas, que atañe al crecimiento y al peligro de Vox. Iglesias lanzó la llamada «alerta antifascista» después de las autonómicas en Andalucía de 2018. Entonces Vox logró su primera representación institucional, e Iglesias interpretó que este factor podía aprovecharse para movilizar a su militancia.
Sánchez acababa de llegar a la Moncloa, y su exguru estratégico Iván Redondo planificó algo parecido para impulsar al PSOE. El factor Vox fue esencial para ayudar la reelección de Sánchez en 2019. De ello nadie duda en Podemos, donde recuerdan que fue Sánchez quien presionó para que Santiago Abascal estuviera presente en los debates electorales en televisión.
«Alerta antifascista» y dardo a Robles
Pero esta semana Iglesias ha vuelto a hablar de ello, para debatir sobre si fue un error o no ese planteamiento de Sánchez. Lo que el exlíder morado olvida, según recuerdan fuentes de Podemos, es que ese mismo esquema fue el que él planteó para las elecciones en Madrid del año pasado, y que resultó ampliamente erróneo. La «alerta antifascista» la planificaron Iglesias y Redondo, sostienen en Podemos, aunque ahora el exlíder morado lo achaque todo a Sánchez. Así que concluyen que los ataques directos a la figura del presidente socialista tienen otra deriva: debilitar a Yolanda Díaz.
Según estas fuentes, el exlíder morado está sacudiendo al Gobierno a través de maniobras diferentes (desde los ataques a Sánchez hasta la pinza con ERC en asuntos como el de Pegasus) para mantener viva la llama morada en el Ejecutivo. De ahí vendría también la maniobra contra la ministra de Defensa Margarita Robles, que los morados aspiran de la mano de ERC a alejar del Consejo de Ministros, tal y como adelantó en exclusiva el lunes este diario.
Iglesias y Podemos están llegando a la conclusión de que, con la postura filosocialista, de Díaz el papel de los morados queda en entredicho. Díaz se acercó a Alberto Garzón y tiene el apoyo de Joan Subirats, lo que deja a Ione Belarra e Irene Montero en minoría dentro del propio grupo de ministros de Unidas Podemos. Por eso Iglesias aprovecha sus megáfonos para generar lo que en entorno de Díaz califican de «ruido” para enredar las relaciones en el Ejecutivo.
Todo, en definitiva, para mantener una «correlación de fuerzas» lo más paritaria posible en la coalición rojo-morada. Y para frenar el crecimiento de Díaz, quien se ve obligada a un difícil equilibrismo entre la defensa de Sánchez (y del Gobierno) y los empujones de Podemos. Miembros cercanos a Díaz saben que Iglesias ha salido del Gobierno, pero que su influencia en la vida política está al alza. Y ese hecho les preocupa.