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Los ministros de Podemos quieren aprovechar el 'caso Pegasus' para que caiga Robles

Los morados activan una pinza con ERC para eliminar a una ministra considerada problemática para sus intereses: «Es más grave que el Watergate»

Los ministros de Podemos quieren aprovechar el ‘caso Pegasus’ para que caiga Robles

«¿Quién se va a atrever a hacer política si pueden entrar en tu teléfono móvil y sacarlo absolutamente todo? Eso nos pone en frente de una situación de regresión democrática sin precedentes». Con estas declaraciones, el pasado viernes Pablo Iglesias aprovechó un viaje a Barcelona para lanzar un ataque a la ministra de Defensa Margarita Robles. En el Congreso, el portavoz parlamentario Pablo Echenique exigía sus dimisiones, mientras que los morados activaban la pinza con los nacionalistas. Los portavoces de ERC llegaron el lunes a amenazar a Pedro Sánchez con dinamitar la legislatura si no se descubren y sancionan a los «responsables».

El choque con Robles viene de lejos, aunque la crisis de Ucrania lo ha intensificado. La ministra ganó la batalla del envío de las armas a Kiev y logró que los ministros morados quedaran muy tocados en las negociaciones posteriores. Pero ahora Podemos quiere cobrarse su venganza. Y planifica un ataque en «bloque» con los nacionalistas catalanes para que Robles «caiga» del Gobierno, según afirman fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE.

La relación de Podemos con la responsable de Defensa es históricamente problemática. Al igual que Nadia Calviño, Robles representa un dique de contención para los intereses de los socios de gobierno de Sánchez. Podemos quiere aislar a todos los segmentos críticos hacia el pacto con ellos, y tiene un modus operandi que consiste en identificar a su enemigo y aislarlo en el Consejo de Ministros. Con Calviño fracasó, pero Juan Carlos Campo y Carmen Calvo han sido apartados.

Iglesias a Robles: «Váyase al PP»

Podemos cree que el presunto espionaje de los móviles de varios dirigentes independentistas a través de la empresa Pegasus puede convertirse en un arma política para condicionar los equilibrios del Consejo de Ministros. Este diario desveló el lunes que los morados y el sector duro del independentismo coinciden en creer que, más allá del CNI, el espionaje se pudo desarrollar a través de miembros de la Policía Nacional.

Sea el CNI o un «nuevo Villarejo», para Podemos la responsable del operativo es Robles. Ella la que tiene que dar explicaciones, insisten. «Convenza usted a sus subordinados de que dejen de espiar sin autorización judicial», dijo Iglesias el viernes en Barcelona para referirse a Robles. «Y si no lo están haciendo, pues explíquelo y que depuren el aparato del Estado de elementos contrarios a las leyes y a la democracia. Y si no es usted capaz de hacerlo, váyase a su casa o váyase al PP, que le va a recibir con los brazos abiertos», agregó.

No obstante, Podemos quiere esconder la mano tras lanzar la piedra. Y usa a los independentistas para su ataque. En la mañana del lunes, la portavoz de ERC Marta Vilalta exigía a Sánchez dimisiones «el más bien posible» de aquellos que considera «responsables» del supuesto espionaje. Los nacionalistas amagan con dinamitar la legislatura si el presidente socialista no actúa con contundencia en este asunto. Esto significa la caída de Robles del Gobierno.

«Más grave que el Watergate»

El programa de espionaje Pegasus depende de una empresa israelí que lo vende a organismos públicos como la policía, el ejército o servicios de inteligencia. Se instala de manera secreta en los móviles y sirve para investigar delitos o terrorismo. Sin embargo, una investigación de un centro de estudios de la Universidad de Toronto (con el que colaboran afines a los partidos nacionalistas) ha destapado que entre los políticos investigados se hallan miembros del independentismo, como Carles Puigdemont y otros dirigentes. Para Podemos, sin embargo, no es relevante que el supuesto espionaje afecte a políticos fugados de la justicia, y centran el tiro en los que residen en el territorio español.

La maniobra contra Robles no pasó desapercibida en los ambientes morados. Queda también claro que Iglesias quiso ayudar a su compañera Ione Belarra. La ministra de Defensa había ironizado sobre sus esfuerzos por imponer algo parecido a un apaciguamiento en Ucrania. «Ojalá tenga suerte y pueda convencer a Putin de que pare la masacre», dijo para referirse a la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales.

La provocación de Robles llegó pocos días después de que Belarra firmara un documento (al igual que Iglesias) para pedir la paz en Ucrania y en el que no aparecía el nombre de Vladimir Putin. La carta proponía un «alto al fuego inmediato» y la firmaban cargos de Unidas Podemos como Idoia Villanueva, responsable de política exterior del partido morado. Con ellos, suscribían el documento Echenique y políticos como Noam Chomsky, Yanis Varoufakis o Jeremy Corbyn, que dialogan con Podemos desde hace semanas para buscar un perfil propio en la crisis bélica.

Posición tibia de Yolanda Díaz

Echenique acusó a Robles de «ridiculizar» todos los esfuerzos por la paz. Y subió la apuesta cuando dijo que «Margarita Robles debería explicar el espionaje masivo por motivos ideológicos que (todo apunta) han realizado sus subordinados, asimilándonos a regímenes no democráticos». Antes, Iglesias había lanzado su anatema desde su programa La Base: «Pegasus es mucho más grave que el Watergate y es una nueva humillación a la democracia española. Solo un negacionista o un lunático podría hoy afirmar que la nuestra es una democracia plena».

Detrás de la operación contra Robles se hallan las ministras Belarra y Montero, aseguran fuentes conocedoras del planteamiento. Mientras que la posición de Yolanda Díaz parece más tibia. La titular de Trabajo ha recordado que Robles comparecerá en el Congreso para hablar del asunto Pegasus, aunque ha pedido «prudencia». Una vez más, Díaz ha justificado el silencio de Pedro Sánchez por la «agenda intensa» del presidente.

No queda duda de que Díaz no forma parte de la pinza de los ministros de Podemos con los nacionalistas para debilitar a Robles. La gallega insiste en el «diálogo» entre las partes para que el Ejecutivo no sufra una crisis que desemboque en un adelanto electoral a finales de este año: una derivada que en algunos círculos de Podemos llevan semanas, tal vez meses, vaticinando. Entre ellos, el propio Iglesias que atrae a los independentistas en su estrategia de acoso y derribo contra una de las pocas ministras que quedan en el Ejecutivo escéptica sobre el papel jugado por los morados.

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